Y Fue Él...

Capítulo 32: Comienza el viaje

En algún lugar...

Casi en las sombras, en ciertos pasillos dentro de lo que parecía ser un refugio subterráneo, eran iluminados gracias a antorchas las cuales se encontraban en las paredes.

Un lugar siniestro, lúgubre, al menos para muchas personas en realidad... aunque dentro de una de las tantas habitaciones, casi en la oscuridad, una silueta se podía observar, sentado sobre la cama, medianamente reflexionando.

¿Había tomado la decisión correcta en haber tomado la ayuda de Orochimaru?

Esa era una incógnita que Sasuke había traído con él desde que había logrado salir del país del fuego, como tal, sabía y sabe de las intenciones verdaderas que una rata como Orochimaru trae entre manos... pero hoy en día, él era el único quien podía darle o enseñarle a tener el poder suficiente para hacerle frente a su hermano.

Aunque cuando ese pensamiento llegaba a su mente, otros tantos también lo hacían.

Uno en especial... el abrazo que Sakura le había otorgado para tranquilizarlo en el bosque prohibido, al igual que uno de Naruto, en donde ambos habían logrado escalar hasta la cima del árbol en el país de las olas.

Sakura y Naruto... durante sus años de academia nunca se había mostrado cooperativo en el hecho de forjar una amistad con ellos, incluso cuando los pusieron en el mismo equipo, ese pensamiento seguía vigente en él.

Si era sincero, justo antes de la reaparición de Itachi, sentía que podía tener otra oportunidad de comenzar de nuevo pero ¿a quién quería engañar? las decisiones estaban tomadas.

Los lastimó, pero él solo tenía un propósito: asesinar a su hermano.

Ese era su único fin.

Uno de sus dos objetivos primordiales para el futuro venidero.

Con ello, Sasuke cerró sus ojos, para después suspirar de manera algo tenue.

...

Konoha

Mientras le daba sus últimos retoques a las cosas que iba a necesitar para el viaje que tenía por delante, Ino se detuvo por un momento.

Si podía ser honesta en ese instante, se sentía nerviosa, no por la misión en sí puesto que ya habían hecho un par de misiones de ese estilo junto a su equipo, sino por el hecho de que iría sola con Naruto.

Claro que ya le había dicho hace varios días atrás que él le gusta, y él a ella, pero aún así se sentía nerviosa.

Suspirando y sonriendo también después de ello, tomó lo último que necesitaba y se dirigió hacía el piso de abajo, había que despedirse.

...

-¡Ya me voy, mamá!- se escuchó.

Aunque saliendo desde la cocina a toda prisa, junto con una bolsa que al parecer llevaba comida, la madre de la rubia abrazó a su hija, sabía de qué iría su misión y con quien iría, algo que en un inicio la había hecho felíz, así que, con ello, habló.

-Aquí van, por lo menos, tres días de comida y con lo que ustedes lleven, les será suficiente para llegar sin problema alguno hasta el país del colmillo- comentó.

Tomando la bolsa, la rubia no pudo hacer más que sonreír, además de devolver el abrazo que su madre le había dado.

Pero tras separarse, habló.

-Seguro que a Naruto le encantara esta noticia, come demasiado- dijo, con algo de vergüenza.

Riendo ligeramente, la mayor de los Yamanaka habló de igual manera.