Capítulo 12:
El sonido de una puerta abriéndose la despertó, el cuarto estaba oscuro, la única iluminación provenía de la débil luz de la luna, forzó su cuerpo a levantarse, notó la presencia de Cutler junto a la puerta ya cerrada.
-¿ Es esa forma de esperarme?
La chico susurro mientras se acercaba a la cama
-¿A ti se te hace que es caballeroso tenerme esperando horas?
La figura del chico se hacía cada vez más clara, pudo ver como una mueca orgullosa deformaba sus labios, trato de reprimir una arcada, pensando en que pronto tendría que besarlo y más. Cuando estuvo al alcance Cutler tomo sus manos y la obligó a levantarse y pegar su cuerpo al de él, el olor a sudor le invadió la nariz, el hombre ni había tenido la decencia de tomar una ducha primero, trato de reprimir una mueca cuando las rudas manos del joven agarraron su cintura y unos labios atacaron los suyos, lo que estaba pasando no podía ser descrito como un beso, parecía que Cutler quería devorarla o succionar su alma, finalmente abandonó aquella guerra de lenguas para asaltar el cuello de la chica, sus labios se sentían babosos, su lengua pasaba por la piel sin ritmo alguno, como si estuviera lamiendo una estampilla antes de pegarla en una carta, sus mordiscos ocasionales la forzaban a contener espasmos de dolor.
Cutler no quería hablar, jalo la bata de seda hasta que esta cayó al piso, trato de desabrochar el top de la chica y cuando sus torpes manos continuaban peleando con el broche decidió romper la parte frontal, liberando aquellos pechos, sus manos agarraban el músculo con fuerza y su boca pellizcaba el pezón de manera dolorosa, no había forma de guiar sus manos para que fueran más amables. La chica se dejó caer a la cama, sin ver al muchacho podía escuchar cómo se liberaba de sus pantalones, para luego tomar posición entre sus piernas, sintió como aquellos dedos movieron su ropa interior a un lado dejando su intimidad expuesta al frío, soltó un grito cuando Cutler invadió su interior sin preparación alguna, respirando agitadamente en su cuello, las embestidas eran erráticas y tras unos minutos pudo sentir como algo caliente era vertido dentro. Cutler sacó su miembro ya flácido y le dio la espalda.
-El amor no existe. Solo el deber.
Susurro a la nada las palabras de su madre, cerró los ojos, tratando de ignorar el desastre entre sus piernas y el dolor de su cuerpo.
Despertó nuevamente en total oscuridad, gruesas nubes cubrían la luz de la luna y las furiosas gotas de lluvia sacudían el ventanal del balcón, sentía su interior en llamas, como si su alma estuviera tratando de dejar su cuerpo, destrozando sus órganos en el proceso, trato de gritar, liberar de alguna forma su pecho de esa presión invisible, el corazón latía desbocadamente, retumbando en sus oídos, al abrir la boca no salió grito alguno, un líquido se deslizó subiendo por su garganta y salió con fuerza, la habitación fue iluminada en ese instante por la luz de un rayo, todo lo que vio fue rojo, sangre, su propia sangre, manchando sus manos, la cama y la poca ropa que aun llevaba.
Algo estaba mal, muy mal, se levantó, ignorando los gritos de cada uno de los músculos en su cuerpo, cada paso que daba era como si le clavaran cien agujas, todo se empezaba a nublar, manchones negros ocupaban su vista, pestañeo con rapidez luchando por enfocar sus ojos, logró abrir la puerta de la recamara con la poca energia que le quedaba, cayó de rodillas y vomito. Parecía ser aquel liquido negro que habia sido forzada a ingerir horas antes mezclado con mas sangre. El sonido de los guardias en la lejanía parecía un sueño febril.
Sentia el corazon en la boca y los pulmones en el estómago, cada bocanada de aire se volvia más difícil tomar que la anterior, el pitido en sus oídos le impedía escuchar cualquier otro sonido, y los manchones negros seguian apoderandose de su vision. Así iba a morir, llena de sangre y semidesnuda.
-Princesa!
Sintió como unas musculosas manos la recogían y fue envuelta en algo caliente, tal vez había sido lo suficientemente buena y un ser superior estaba allí para llevarla a algún otro lugar, cualquiera que fuera.
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La Llama Eterna
FantasyLa princesa de Multraba solo quería hacer sentir orgullosos a sus padres, realmente se esforzaba en ser una buena hija. ¿Cómo terminó uniéndose a una rebelión y qué secretos se esconden detrás de los ojos helados de Drach?