Capítulo 10:

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Capítulo 10:

-Shhh! ¡Callate! O al menos baja la voz.

-¿Cómo la conoces tú? ¡Explicate!

-Trabajo como guardia real en el castillo, y soy el encargado de la protección de la princesa, y no es como que te deba explicaciones, tu decidiste seguirme

Solamente él se las arreglaría para que el primer amigo que lograba hacer terminase siendo un guardia real. Algún día iba a dejar de meterse en problemas?

-¿Y nadie debe verla por qué...?

-Es tradición, el pueblo no debe saber cómo luce hasta el dia de su coronación

-Pero que estupidez

Milo paso una cansada mano por sus sedoso cabello y suspiro

-Ya lo se

-Eso significa que ella no conoce nada que no sea el castillo, no sabe cómo vive el pueblo realmente, no tiene idea de lo que sucede en las calles, ¿como planean que reine?

Con razón los líderes del reino no eran más que un montón de inútiles que vivían a costa de los demás, acostumbrados a esconderse entre su opulencia mientras afuera la gente se muere de hambre para hacerlos cada vez más ricos.

-Porque no quieren que lo haga, mira, esto es más complicado de lo que crees

-¿Por qué me ignoras? ¿Lo que siento te importa tan poco realmente? ¡Mírame! ¡Al menos ten la decencia de decirmelo a la cara! ¡Mírame a los ojos y demuéstrame lo poco que te afecta destruir lo que me importa!

El corazón se le encogió ante el aquel tono desesperado, no podía dar una opinión acerca de las relaciones familiares, porque nunca conoció padre alguno, pero incluso él podía notar que aquellas dos no tenían una buena comunicación. Y todo empeoró cuando la reina, en tono monótono, le reveló a su hija que la había mantenido alejada de un tal Darius?

-Darius es el rey..

-¿Me estás diciendo que su propia madre la mantuvo alejada de su padre porque este la volvió "débil"? Incluso yo, que nunca conocí a mis padres se que eso no tiene sentido alguno...

-¿Me llamabas?

Aquella voz debía pertenecer al joven de cabello cenizo que había visto junto a la reina

-Ah si, muestrale a la princesa tu trofeo, a ver si asi entiende de una vez por todas que las sentimentalidades no son propias de la nobleza.

Escucharon los pasos sobre la arena y luego como algo golpeaba el suelo, Milo lo empujó ligeramente para que pudieran observar lo que estaba sucediendo mientras seguían manteniéndose ocultos tras la roca. Drach no supo bien quién tuvo que contener a quien, tal vez fueron ambos, Milo lo agarró y lo mantuvo sentado mientras que Drach mantenía una mano sobre el pecho de Milo evitando que se moviera.

Arrodillada y con la frente pegada en la arena la princesa emitió uno de los gritos más dolorosos que Drach había escuchado jamás, su sufrimiento parecía salir desde lo más profundo de su alma.

-No son más que cosas apestosas

El rubio lanzo algo, y solo cuando los hinchados ojos de la princesa se abrieron casi que al doble de su tamaño fue que Drach entendió lo que era: un cadáver de una foca bebe, su pelaje blanco estaba manchado de sangre y sus pequeños ojos miraban a la nada.

-No...

El sonido que hizo la chica al vaciar su estómago fue lo único que evitó que el grito de Milo llegase a los oídos de la reina, Drach tuvo que abrazarlo para evitar que saliera de su escondite

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