Cap 15

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Ya era miércoles, otra fiesta.

Mi cabeza estaba llena de estrés escolar, besos, Jungkook, y simple estrés de la vida.Debía de buscar trabajo pronto, para poder pagarle la renta a la señora de sesentitantos que me alquilaba el departamento, porque sí, mío mío no era, por desgracia.

Lo bueno era que aquella mujer era de buen corazón y se apiadaba de mi, un simple chico de dieciocho años que se hizo independiente a las fuerzas, y me daba algunos días hasta conseguir el dinero, y como mi querida familia parecía haberse olvidado por completo de mi existencia, está vez tenía que preocuparme por buscar trabajo y pagarle lo más rápido que pueda a la mujer.

Pero en fin, la fiesta sería de gran ayuda para quitar un poco de peso de mis hombros al menos por algunas horas.También, el estar con mis amigos por un rato, ni ayer ni hoy había podido pasar más tiempo con ellos, preguntas escritas sorpresas no tan sorpresas porque ya avisaron que habría, de la profesora Lee.Me la había pasado estudiando y ajá.

Al llegar a mi armario, saque lo primero que ví, unos pantalones azul claro rasgados y ajustados, y una camiseta blanca y simple.Tome una chaqueta de mezclilla igual de simple que todo el conjunto, y me la puse, estos días el clima parecía querer congelarme, y me encantaba, yo era uno de esos seres que defendía al team frío por siempre.

Hoy solo estábamos mis pies y yo contra el mundo para ir hacia la dirección que envió Seokjin, en el grupo que teníamos mis amigos y yo.Por suerte, Haneul no asistía, o al menos eso creo, amén.

Tomé las llaves, y me dirigí hacia la puerta, salí y volví a cerrar, al terminar guarde las antes mencionadas llaves en el bolsillo de mi pantalón, sustituyendolas por mi celular, verificando aquel mensaje que me decía en donde sería la ansiada fiesta, y puse el google maps para guiarme, porque seamos sinceros, si salía, era para casas con luces de colores, alcohol y mucha gente, o bares, o al colegio, también a casa de Jungkook o cualquier otro de mis compañeros de toda la vida.No me gustaba salir de casa, osea, wakala.Madre mía, creo que comparto personalidad con Yoongi.

Puse mis audífonos, y toqué el aleatorio, sonando enseguida, die for you de the weekend, dios, ese hombre era puro arte.Por otro lado, comencé a caminar por la desalojada acera, bajo la luz de la luna y las estrellas, con tranquilidad.Eran aproximadamente las nueve y cuarenta y dos, había salido minutos antes de las diez, (la hora en que se suponía que comenzaba la ajá), ya que sabía que me iba a demorar con mi caminar de tortuga, por lo que tal vez llegaría a eso de las diez y media, según mis cálculos de niño de prescolar.En fin, me encanta mi puntualidad—sarcasmo—.

Una suave pero helada, ola de aire balanceaba mi cabello con ligereza, y me hacía a mi tiritar de frío, apuesto a que mis manos estarían congeladas en este momento.

...

— ¡Jiminnie!.-Jin me cubrió con sus brazos de forma en que se sintió más maternal que nada, separándose luego y dejando uno de los que antes me rodeaban, sobre mis hombros, llevándome a no se donde.

El contexto: simplemente ya había llegado y el solo poner un pie en la enorme mansión, los ojos curiosos del rubio cayeron sobre mi, y de una forma muy emocionada y sonriente, caminó hacia mi, como una madre al ver a su hijo luego de su primer día en el prescolar.

Me llevo hacia un chico mucho más alto que yo, mucho, y sobrepasando por unos centímetros a Seokjin.Tenia un aura muy varonil, al igual que su aroma, fuerte y potente que fácilmente podría hipnotizarte, se pudo observar el arduo trabajo en el gimnasio debido a sus robustos brazos, y seguro estaba que bajo esa camiseta negra, andaba un abdomen incluso tan fuerte como parecía ser aquel ser creado por los dioses tal y como Jungkook, me fijé en su rostro, el cual antes de vernos parecía tan serio que daba imagen de mafioso al que le has tocado los cojones y ahora quiere sacarte el ojo, pero que en cuanto vio a mi querido amigo y a mi, nos regaló una bonita, cálida y dulce sonrisa mostrando dos pequeños hoyuelos.Su cabello caía por su frente, era negro y parecía ser extremadamente suave, y sus ojos eran de un negro muy prepotente.

Love you // KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora