Cap 24

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Y ahí estaba yo, ordenando una larga fila de discos de Asking Alexandra, Cannibal Corpse, entre otros muchos más, a las dos de la madrugada, con un sueño que te cagas y cinco vasos de café en mi organismo pero siempre fiel a la chamba.Aún me quedaba ordenar algunos cómics de terror y tal vez, limpiar un poco todo para matar el tiempo y no quedarme dormido.Tenía tan mala suerte que hasta puede que venga mi jefe justo cuando ando soñando en una vida de casados con mi amor platónico por el que estoy re enculado.Y obvio, tenía que meter a Jungkook en la conversación de algún modo.

El silencio era tal que cuando la camapanita que te avisaba de que alguien entraba a la pequeña pero acogedora tienda de discos (aunque más bien parecía una de mangas), sonó, del susto que me pegué tropecé con una montañita de cómics que anteriormente había dejado ahí para ordenarlos luego de que terminara con los discos cayendo de culo al suelo sin rodeos.

Me levanté con quejidos de dolor tanto por el golpe como también por lo duro y sin piedad que Jungkook me había dado, sin duda se tomó demasiado enserio lo de dar cómo cajón que no cierra.

Crucé las cortinas y caminé rápido al mostrador disimulando cualquier muestra de dolor que tuviera y atendí a la persona enmascarada que había entrado al lugar.Su cabello tapaba sus ojos añadiendo el cubrebocas, vestía de negro por completo y para rematar su pinta de delincuente caliente y suculento, la capucha de su abrigo cubría su cabeza.Parecía el típico pibito misterioso con pasado oscuro y que tiene motocicleta haciéndole ver más aún como mafioso retenido.

Él estaba entretenido mirando alrededor como para fijarse en que estaba desfilando saliva por su belleza deslumbrante.Oh dios mío, si alguien así me va a asaltar, que me pase todos los días que yo sí me dejo.—Buenas noches, madrugadas, ¿Se le ofrece algo?, brindamos ramen gratis por si se queda a leer o escuchar música en el rincón del terror entre comillas, aunque más bien parezca el lugar donde va tu abuelita a coserte una bufanda con corazones que te entrega en público y hace que te avergüences y quieras que la tierra te trague ahí mismo con bufanda y todo.-Quise hacer chistecito de don comedia a riesgo de que viniera mi jefe de la nada y me despidiera si se ofende por el comentario.

El chico por un momento al escuchar mi voz se congeló, quedándose en silencio por un momento, sin mirarme o algo así, hasta que simplemente cruzó las cortinas y se sentó en dicho sillón que detallaba el rincón mencionado antes al haber tomado un manga con muchísima cautela.Sonreí, era del tipo serio antisocial que no hablaba con nadie y que solo demostraba todo atravez de sus acciones luciendo misterioso y poético.¿Es esto amor?

Neeh, aún no supera a mi queridísimo Jungkook, a ese si me le arrodillo para rezarle sus diez «dame tanto por culo que no me pueda parar ni para mear como quieras amén» bien merecidos.

— ¡Entonces te prepararé el ramen!-Le grité emocionado y me puse a chambear con tranquilidad.

¿Que supuestamente tenía un sueño que te cagas?, ya no, las cosas se pusieron interesantes.

Dejé los fideos haciéndose mientras me dirigía nuevamente a ordenar los últimos discos y comenzar de una vez con la mini torre de manhwas derrumbados.Cabe destacar que andábamos el desconocido y yo en la misma sala, compartiendo el mismo aire y siendo concientes de lo tenso del ambiente pero que inconscientemente ignore mientras cantaba Gary vuelve a mi en susurros inaudibles para aquellos seres vivos ajenos a mi mundo (el pibe que leía en el sillón). Finalmente había terminado con el rock y el metal, para pasar a las historias gays, heterosexuales, narcisistas, de súperhéroes, etcétera.

Empecé a ordenarlos por orden alfabético tomando primeramente una filita de libros que comenzaban (el título) con la letra A que se mantuvo intacto tras mi caída milagrosamente, y lo llevé al estante de los mangas dejando de manera un poco torpe el primero, pues aparte de ser bastante alto impidiendo que mi altura de chica adolescente bipolar con aires de futbolista alcanzará como es debido, tenía la filita en toda la cara por lo que no podía ver excelente.
Mi primer día de trabajo y ya me compliqué la vida peor que la geometría y sus isósceles y ángulos raros de ciento ochenta grados.Maldecí en voz baja pensando rápido.- Hey, chico emo, ¿Me das una mano?-Pregunté volviendo a ser don comedia a puro riesgo de que el enmascarado sacara una pistola del bolsillo y me disparara sin remordimiento porque al final de cuentas si resultó ser un mafioso extra peligroso pero retenido secretamente.

Love you // KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora