Cap 26

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Tae me llevó a una cafetería y compró dos Starbucks para llevar.Me dió el mío y subimos otra vez a su coche, fue cuando entonces comenzó otra vez a manejar para un reconocido parque con bastante bosque a su alrededor.Lo miré curioso tomando de mi vasito.

Él estacionó, y nos volvimos a bajar, todo este proceso en silencio.

— ¿Iremos a...?-Asintió sonriéndome de esa manera tan suya, llevó sus pasos a donde estaba la entradita de nuestro lugar secreto, aunque lo más probable era que ya otras personas lo hubieran encontrado.Como siempre en el mismo trayecto, caminamos y caminamos hasta llegar a este árbol que nos tapaba el lugar.Pasamos por ahí como unos espías encubiertos y tarán, suerte fue la que demostró mi cara cuando un mini picnic improvisado el cual consistía en papitas y coca cola arriba de una manta a cuadros moradito claro.-Feliz cumpleaños.

— Que romántico, eh.-Bromeé sonriendo mirando atentamente el paquete de papitas, eran las picantes de queso, ¿Hola?, ¿Tae acaso es un ángel?.-¿Es tu sorpresa?

— Ni se acerca.-Contestó egocéntrico guiñándome un ojo.-Esa será para después.

Lo miré con los ojos entrecerrados en un claro gesto de sospecha.Pero le dí por igual cuando él caminó primero hacía la manta, sacando de su mochila (la cual había omitido porque se me olvidó, ya sé, soy lo mejor), el cómic que tomó prestado de la tienda en donde trabajaba, más el que yo estaba leyendo que igual tomó prestado.

— Toma.-Me lo entregó y con la misma abrió la bolsa de papas.Entonces fue cuando con toda la confianza del mundo (que sí teníamos pero me puso nerviosín), se acostó en mis piernas para comenzar a leer robando dos papitas.

Apoyé mi espalda en el frondoso árbol en cambio y comencé a leer tranquilamente comiendo junto a él las papitas.Para ponerlos ahora un poco al día, Tae luego de ese momento de tensión en mi chamba se dedicó a no volver a intentar aquello que quería y por lo que estaba confundido de cojones pero no importa.Se quedó hasta las cuatro de la madrugada y se fue mientras que yo me quedé a terminar mi turno a las seis y irme a casa.Total que no dormí una mierda.

Suspiré y recosté mi cabeza de manera cansada en el árbol, toda mi vida era un lío.Vaya fanfic basura.

...

Bien, me estaban repartiendo por turnos al parecer puesto que ahora Taehyung me dejaba en manos de Seokjin.Cosa que era aún más sospechosa si me ponía a pensar, ¿Por qué no todos?, ¿Y justo a la hora?, tengo miedo.

— Jiminnie.-Saludó Jin maternal y inocente, mientras Tae se despedía de reojo arrancando el carro, yéndose sin más.-La pasaremos genial, tanto así como yo lo soy.

Hice una mueca imitando a una sonrisa.-Joder, no me digas que..

— ¡Iremos a pintarte el cabello!.-Y así fue como terminé corriendo con nueve bolsas como si mi vida dependiera de ello.

Lástima que Seok era más alto y más atlético que yo por lo que mi intento de correr no valió la pena ni un segundo.Entramos a su casa, (él llevándome a rastras), y procedió a cerrar con llave la puerta por si las moscas.Bufé, tirando dichas bolsas al sofá junto conmigo.-Jinnie, ten piedad.

— Liss me dijo que compró tinte rosa, se te verá increíble.-Supe en ese momento que no había vuelta atrás.Para cuando me dí cuenta, estaba sentado en una silla, cubierto de no se qué para no mancharme y Kim andaba pintando mis preciosas hebras rubias de rosa pastel.

— Seokjinnie, tengo un problema.-Suspire con cansancio por décimo cuarta vez en lo que quedaba de día.

— ¿Qué es?

Love you // KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora