40| Problemas.

113 17 11
                                    

──Suleiman

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──Suleiman.──Dijo la mujer mientras caminaba por su aposentos del palacio.

──¿Qué sucede abuelita?──Pregunto el Sehzade dejando su caballito de madera en la mesa.

──Ha llegado el momento en que nosotros volvamos a tener el poder.──Sonrió Azra.

──Pero yo no quiero tener el poder.──Dijo el niño.

──Calla.──Ordeno la mujer ocultando su evidente molestia.──Debes estar exhausto, duerme mi lindo Suleiman.──Comenzó a cantar Azra.──Cuando seas un gran hombre tu el rey serás.

──Descansa.──Susurro Suleiman mientras era arropado por su abuela.

──Sueña con los ángeles.──Sonrió falsamente Azra mientras salía de sus aposentos.

(Si quieren pueden poner, "Mi canción" Del rey león 2 xD, pues de eso se basa la siguiente escena JAJAJA)

──Desterrada y perseguida, sola y sin protección.──Comenzó a cantar la mujer.──Cuando piensa en esa mujer, aumenta mi tensión, pero tengo un sueño lindo que me hace sonreír, me convierte en una niña y me ayuda a dormir.

──Que Harika no respire más y a su hijo pueda yo atrapar.──Azra hizo una pequeña pausa mientras daba una vuelta en el pasillo.──Que Gunay llore de aflicción, ¡Esa es mi canción!

El pasado y mis rivales he tratado de olvidar, y aunque sea insignificante las quisiera yo matar.

Y aunque sea insignificante, las quisiera yo matar.

Se derramara la sangre, ese es trabajo para mi.

La melodía en mi hablar y en el contrapunto en su gemir, que sinfonía de destrucción, ¡Esa es mi canción!

Yavuz se fue, mas Azra sigue aquí y al cachorro voy a educar, para convertirlo en fiera compasión por la maldad.

¡Tambores llaman a pelear!

¡Y Suleiman se sienta en el trono!

¡La cruel venganza, al fin vendrá!

Puedo oír la voces, de nuestra cruel venganza y sangrienta a rebelión, el tiempo ya llego.

¡Esa es mi canción!

La traicionera mujercita camino por los pasillos, en busca del rey que le había dado cobijo durante tantos años, pues tenia que hacerle una oferta que el no pudiese rechazar.

La oferta era la siguiente, pues, iba a proponerle que si la ayudaba a subir a Suleiman al trono otomano, le regalaría parte del imperio otomano y todo el imperio Safavida, puesto a que lo conquistaría.

Quisiera ofrecerle parte del imperio Frances también, pero sabía que eso era imposible, pues conocía perfectamente a los dos emperadores, y sabia exactamente que ninguno iba a dejar que alguien tocase su reino.

Toco la puerta y entro a la habitación,  le hizo una reverencia al rey y comenzó a mover sus fichas, el hombre acepto, pues, si todo salía bien, agrandaría su reino y tendría mucho más dinero que antes, era evidente que le convenía, fuera cual fuese el riesgo.

La reina no estaba de acuerdo con el traro, pero su esposo no le permitía opinar sobre asuntos políticos, por lo que se retiro de la habitación, de forma silenciosa, con la excusa de que se sentía indispuesta, iba a enviarles una carta a las sultanas para que tuviesen en cuenta o que venia.

La reina era una mujer muy joven, si bien el rey tenia la misma edad que las sultanas, no, me equivoque, el rey era mayor que las sultanas, esta joven reina, llegaba recién a los dieciséis años, pero había amado a su pueblo desde que asumió su rol, por lo que no quería que nadie saliese herido, prefería avisar al estado otomano de lo que planeaba la traicionera mujercita.

El nombre de dicha reina era Mehtap.

El nombre de dicha reina era Mehtap

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──¿Es que no se cansa de arruinarlo todo?──Pregunto Harika al tiempo que arrugaba la carta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──¿Es que no se cansa de arruinarlo todo?──Pregunto Harika al tiempo que arrugaba la carta.

──Esa malnacida.──Hablo Gunay.──Debimos haberla perseguido.

──Eso es evidente.──Nurgul miro con resentimiento a la pared.──Ojala se muera en su barco.

──Sea lo que sea, debemos estar listas para cualquier cosa.──Hablo Emira.──Debemos evitar a como de lugar cualquier intento de ocasionar una revuelta.

──Eso es cierto, la gente es débil, y por un par de monedas son capaces de traicionarnos.──Dijo Gunay con cierta decepción.──Informare a mis hijos de esto, necesitamos a Francia y a los Safavidas para poder parar cualquier situación.

──Yo hablare con mi hijo de esto.──Dijo Nurgul.──Voy a avisarle que este preparado para cualquier cosa.

Y una vez más, nuestras cuatro sultanas tuvieron que volver a unir fuerzas, deseando que esta fuese su ultima batalla y que no muriese ninguno de los suyos.

Reinas OtomanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora