Las campanas resonaban por todo el imperio donde muchos estaban al pendiente de la sentencia dictada al traidor.
"Dentro de 10 días, cuando el sol se oculte entre las nubes y suene la última campana del templo serás ejecutado por el intento de asesinato contra el Emperador."
Muchos de los presentes aplaudieron ante las palabras del canciller y muchos otros rogaron piedad para el hombre que arriesgo su vida en las batallas.
"Con esto dicho, serás trasladado a los calabozos del imperio donde esperarás por tu muerte y donde solo obtendrás alimento una vez al día."
Incluso luego de haber escuchado que pronto moriría, la persona en el centro de todo permanecía con la mirada perdida.
"¡Justicia!"
La gente no estaba contenta con lo último, ya que siendo un criminal una comida al día era un privilegio.
"¡Castiguen al traidor!"
Para evitar crear conflictos entre la audiencia y el juzgado, el hombre considerado culpable fue trasladado hacía la prisión bajo la protección de varios guardias.
"¡Justicia!"
Y con esto, era de conocimiento público que el poder de la nobleza sufriría un gran golpe tras la muerte del único Duque.
"¿Qué ocurrió entre el emperador y su majestad?"
"Shhh! Esa persona ya no es su majestad"
Los susurros entre la gente desaparecían conforme el lugar quedaba vacío.
"..."
Por mi parte, mis ojos jamás se apartaron del lugar por el que lo ví desaparecer. Yo aún no lo podía creer.
"Dalia."
Podía escuchar mi nombre ser llamado varias veces, pero era imposible ignorar el dolor que oprimía mi pecho.
Esto no debería de estar pasando.
"Dalia."
Alguien me sujeto de los hombros para luego abrazarme. Solo entonces me fijé en las lágrimas que caían de mis ojos.
"La gente pensará que es extraño."
Poco importaba la opinión de otros. Estaba enojada, estaba dolida, al final de diez días perdería al hombre que quería.
"...Él"
Susurré lo más bajo que pude.
'Fue abandonado hasta el final por la mujer que amaba.'
(...)
"¿Estás loca?"
Los gritos de la mujer que consideraba mi amiga llamaba la atención de la gente que circulaba en la calle.
"¿Cómo piensas colarte a prisión sin ser una criminal?"
"Encontraré la manera."
Necesitaba ropa nueva y solo había un lugar que vendía lo que buscaba.
"...!"
Sus ojos se llenaron de sorpresa al ver cual era mi objetivo e intentó detenerme.
"Dalia, esto es serio, si esa mujer llega a enterarse de esto correrás peligro."
"..."
Si lograba entrar como una cortesana nadie sospecharía, pues era de conocimiento para la nobleza que este truco servía al deshacerse de las molestias.

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REVENGE
Acak"Ódiame si eso te hace sentir mejor." No importaba en lo mínimo. "Porque aún así me perteneces."