CAPÍTULO 16

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"¿Dónde estabas?" 

Dijo la niña con gran sonrisa sin dejar de ver a la persona desconocida.

"Seshia-"

"¿Quién es él?" 

La curiosidad en aquellos ojos marrones incomodaban al invitado quien con el pensamiento de tratar con una niña intentó sonreír en modo de respuesta. 

"Detente, te lo explicaré luego ¿Dónde está mamá?" 

"..."

En cuanto la expresión de Seshia se ensombreció supuso cual era la respuesta. 

Con ayuda de los sirvientes, Aron pidió que llevaran a su hermana a su habitación con la promesa de ir por ella luego. 

Las doncellas que estaban cerca, se acercaron cuidadosamente acatando la orden aún con cierto enfado por parte de la niña, quien no tenía la intención de retirarse.

"Debe acompañarme, su alteza." 

"...!" 

Fue lo último que llegó a oír la hija del Marques luego de unos segundos. 

'¿Alteza?'

La gran sonrisa de su rostro al llegar a su habitación sorprendió a las doncellas, quienes curiosas se preguntaban que había ocurrido. 

La pequeña se veía al espejo sin decir alguna palabra y daba vueltas por la habitación alegando que esperaba a su hermano. 

(...) 

"¿Su alteza?" 

En cuanto el Marques recibió el aviso de que su hijo había regresado dejó los papeles a un costado y corrió a la habitación de su hija encontrándose con una persona inesperada. 

El joven de ojos azules observó al hombre recién llegado, a la mujer de apariencia amable la cual reconoce como Marquesa y luego al que sería su compañero de escuela. 

"Es un honor conocerlo, Marques."

Claramente el parecido entre la niña que estaba en cama y esos tres era nulo, incluso teniendo en cuenta a la niña de antes. 

Por su apariencia podría decirse que realmente necesitaba ayuda, sobrevivir mas de tres días sin agua o comida para alguien tan débil era una sentencia de muerte, sin embargo, estaba seguro de que si compartía con ella el poder de su linaje sería capaz de salvarla.  

He allí el problema, al hacer uso de aquel poder era necesario gastar mucha fuerza y para alguien que experimenta amenazas constantes no parecía ser una buena idea. En cuanto aceptó la responsabilidad de salvar a la hija del marques optó por única condición que se le brindara seguridad durante un tiempo, por lo que momentáneamente este era un lugar seguro. 

"¿Puede ayudarnos?" 

La suplica en la voz de la Marquesa lo desconcertó de cierto modo, sin embargo asintió con la cabeza y pidió de favor que lo dejaran solo. 

Como alguien que pertenecía a la rama de la familia imperial, hacer uso de un poder divino era un secreto de alto estado. Sobre todo porque actualmente solo dos personas contaban con aquel poder en el imperio. 

Sin perder tiempo alguno la familia del paciente abandonó el lugar y  el joven de apariencia misteriosa dio un largo suspiro. 

Observando a la persona postrada en la cama supuso que era la protagonista de los rumores que se esparcían en la capital. 

"La nueva hija del Marques Agnes."

'Alguien cuyo nombre aún se desconoce.' 

'Alguien de linaje desconocido.'

"Tal y como yo." 

Colocando su cuerpo a un lado de la cama y uniendo sus dedos con los de la dama se sintió algo avergonzado, pues la razón por la que el poder divino se consideraba un secreto se debía a que únicamente funcionaba cuando había contacto directo. Era esa la razón por la que estaba limitado únicamente a la familia imperial, siendo la emperatriz la mayor benefactora luego de dar a luz.

En cuanto sintió una descarga por todo su ser supo que estaría agotado al cabo de un momento, la pequeña de cabellos blancos que dormía tranquilamente a su lado se llevaba toda su energía haciéndole dudar de poder resistir e instintivamente apartó la mano. 

"Esto será difícil." 

Bastó con aquel corto tiempo para que su cabeza se nublara y aún así el estado del paciente parecía mejorar al mínimo. 

"¿Quizás no debí haber aceptado?" 

Era ahora cuando culpaba a su curiosidad por haberle hecho hacer este trato. 

En cuanto pasó una hora el joven de antes aspecto brillante salió de la habitación dando buenas noticias, a lo que la familia del Marques celebró con alegría, sin embargo, el niño a sus ojos se veía sumamente cansado por lo que ofrecieron un cena y una habitación para dormir. 

"Lo lamento, ...solo quiero dormir." 

Dijo éste antes de caer inconsciente. 

(...) 

Las doncellas que preparaban todo para cuando su pequeña señorita regresara se asustaron al escuchar el fuerte ruido de la puerta. 

"¿Qué ocurre señorita?" 

Preguntó una con cautela. 

"¡No estaba!" 

Las lágrimas entre los ojos de la pequeña caían sin cesar para luego ser capturadas por el algodón de las almohadas. 

"El niño que vino con mi hermano no estaba." 

"Todo fue por nada" 

"¡No sirvió de nada!"

Las doncellas comprendieron al instante a que se refería. 

Seshía había recibido la noticia de que el invitado de su hermano estaría durante la cena por lo que optó en vestir uno de sus mejores trajes con la intención de llamar la atención. 

Tanto sus zapatos como el peinado había sido lo más complicado. ¿Para nada?

Claramente las doncellas ayudaban a su ilusionada señorita quien parecía feliz al cabo de un tiempo, pero era obvio que las cosas no salieron como se esperaba. 

"Aún tiene tiempo, señorita." 

Tratando de consolarla se dijo que el invitado se quedaría por un tiempo en la mansión logrando que las lágrimas desaparecieran. 

"Escuché de las otras sirvientas que estará en la mansión durante el invierno."

"¿Si?" 

"¿Qué le parece si mañana utiliza el vestido de lazos azules?" 

"...!"

Azul, era ese su nuevo color favorito.

Es cierto, pensó la pequeña, no debía llorar porque aún tenía tiempo. 

Si convencía a su hermano de pasar el día juntos estaba segura de que el niño bonito estaría cerca. 

'Después de todo son amigos.'

Y si ella lograba estar cerca... 

Sus mejillas se sintieron calientes en cuanto se dio cuenta de que la miraban.

¿Pero por qué no estuvo en la cena? 

El mayordomo dijo que estaba cansado por el viaje pero algo parecía ser mentira. 

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