XVIII - Un vestido.

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La magia podía ser compleja, te lo digo yo un ser hecho de ella. Y en ocasiones como está podía confundirme tanto como el hecho de estar "sangrando" ¿Qué paso si todo parecía ir mejor?

Bruno había hecho un trabajo magnifico tapando todas las grietas pero parecía no importar porque poco a poco se volvían a abrir, solía ser lento y sin dolor. No se había formado gritas nuevas... o no muy grandes como las primeras que vimos.

La familia parecía ir bien, Mirabel estaba feliz de poder ayudar cuidando de Antonio cuando los adultos no podían, además de ayudar a su papa y tío cuando se quedaban en casa para hacer tareas o limpieza.

Creo que fue en el cumpleaños de Isabela, cuando volvió el dolor.

Alma estaba preparando una fiesta enorme, si cuando se recibía un don era común que gran parte del pueblo estuviera reunido, ahora sería seguro que cada habitante de Encanto estaría presente.

–Nuestra adorable y perfecta Isabela pronto cumplirá dieciocho años, debe ser celebrado como se debe. –Anuncio una mañana casi medio año antes.

Isabela mostró una enorme sonrisa, pero juraría ver un tik en su ojo, dejo caer su cabello ligeramente para disimular. Mientras del otro lado de la mesa Mirabel la observaba.

–Isabela será una señorita en toda regla una mujer ejemplar... –Alma seguía con su discurso, haciendo a Camilo casi caer dormido sobre su desayuno.

Pero Mirabel miraba a su hermana con asombro. En verdad admiraba a su hermana mayor.

Así que comenzó a preparar su regalo. El bordado que había aprendido al final era decente y planeaba hacerle un vestido grandioso.

–Tiene que tener flores por doquier y muchas plantas... pero no puedo usar solo rosa sería muy aburrido. ¿Que opinas casita?

Extendió el dibujo al frente y así pude verlo también. Era muy bonito como una flor de colores que se abría.

Los siguientes seis meses Mirabel la paso trabajando en el vestido. Las suaves mangas verdes y la parte de arriba se parecían a las hojas de los árboles, mientras que la falda iba en capas que parecían pétalos y solo al final había una pequeña parte rosa.

–Isabela es genial, puede hacer crecer cualquier planta en cualquier lugar... todo mundo la adora y dicen que es perfecta.

Intenté darle un abrazo pero claro no podía tocarla así que moví las baldosas debajo de ella para mecerla un poco.

Al final decidió darle el vestido un día antes de la fiesta con la esperanza de que piense en usarlo. Le asegure que todo saldría bien pero me equivoqué.

Cómo no había momento en que Isabela no estuviera acompañada de la abuela se lo tuvo que entregar frente a ella.

–Mirabel no tengo tiempo para ti hay...

–Lo sé abuela solo tomara un segundo... Es para ti Isabela.

Isabela tomo la caja, con algo de duda la abrió y saco el vestido con cuidado. Sus ojos se abrieron con asombro e incluso sonrió, sonrió de una forma que hace mucho no veía. Y Mirabel pareció ver también esa expresión, se iluminó, todo su trabajo, sus desvelos habían valido...

–Es horrible... –Solo fue un murmullo de su abuela.

Pude ver a Isabela apagarse, apretó el vestido mientras cerraba los ojos.

–Isabela debemos irnos ya, hay cosas más importantes que hacer.

Isabela dejo caer el vestido al suelo y se fué.

¿Que pasó? Todo estaba bien...
¿Por qué duele? ¿Porqué estoy... sangrando?

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2023 ⏰

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