Pepa amaba su don, tener un arcoíris o que la lluvia la acompañe cuando estaba triste, para Julieta y Bruno fue un poco complejo aprender como se usaba su don.
Julieta aun era muy pequeña para cocinar sola, ni siquiera podía alcanzar bien la mesa a veces tenia que levantar el piso para hacerle un banquito, así que comenzó con algo sencillo, mezclaba frutas o exprimía naranjas que su mama cortaba para hacer un jugo. Un día se veía confundida cuando al darle jugo a un nino que la había hecho enojar no funciono, pude verlo desde el techo.
Jugaba alegre con una tal Sofia amiga suya cerca del rio, el niño llego molestándolas y acabo cayendo y lastimándose la pierna con una roca del rio, Alma llego para regañar a los tres y después pedirle a Julieta que lo curara para que se pudiera ir, la niña de mala gana le dio el jugo que solía traer consigo por si acaso. Pero no funciono. Ese día Julieta aprendió que lo que curaba no era su comida, era su preocupación y amor.
Bruno no entendió en un inicio su don pero era un niño muy listo, al entrar a su cueva der visiones vio los dibujos que había en la pared. Tomo un poco de la hierba seca que se guardaba en los jarrones a la entrada y la quemo en medio de la cueva, se asusto al ver la arena girando a su alrededor, sentía que su cabeza daba vueltas cuando empezó a ver imágenes sin sentido para el, era la plaza del pueblo, mucha gente caminando de un lado a otro y luego una, dos, tres personas chocando. Bruno se veía confundido al tener un cristal con la imagen del accidente en sus manos. Al día siguiente cuando acompaño a su mama y sus hermanas a comprar, entendió su don.
Habían pasado dos años desde que obtuvieron su don, el pueblo siguió creciendo pero parecía tener algunos problemas, Alma tomo una decisión y la anuncio cuando estaban desayunando.
-Ya me voy mama iré a jugar con...
-Aun no Pepa, sentados.
-Escuchen a su mama -Los niños que se querían escapar fueron detenidos por mi al mover sus sillas.
-Gracias casita, hijos, tenemos estos bellos regalos y hay que usarlos de buena forma. Pepa iras conmigo al campo ha habido algo de sequia, necesitamos lluvia, y tu Julieta prepara algo para llevarlo al pueblo, varias personas se han enfermado y no queremos mas contagios.
-¿Y yo mama? -Hablo Bruno
-Bruno, tu te quedaras a ayudar a tu hermana.
Pepa se fue enojada con su mama, ella quería ir a jugar con otros ninos, se fue todo el camino soltando rayos y lluvia. Bruno ayudo a su hermana en lo que podía y luego ambos fueron al pueblo, todo parecía tranquilo hasta que bruno tuvo una visión involuntaria, además de llenar todo de arena la visión mostraba como toda una familia estaba enferma, la familia Ramirez saco a su hija enferma del lugar antes de que Julieta pudiera curarla.
A los ninos no les agrado tener que ayudar al pueblo todo el tiempo, así que de vez en cuando los trillizos se escavan al rio para disfrutar. Pepa intentaba hacer formas con sus nubes, Julieta les daba de probar algunos dulces que ella había hecho a sus hermanos y Bruno peinaba a sus hermanas.
-Aleja esa bestia Bruno -Gritaba Pepa amenazando con una nube negra.
-Jorge no es una bestia. -Dijo tomando su ratita de regreso. -Yo soy un fuerte caballero
Julieta se reía de la voz que hizo su hermano moviendo la rata.
-Si no lo haces le diré a mama que tuviste una visión y no le has dicho al dueño
-¿Que visión? porque nadie me dijo.
-El Juan de grande se quedara Calvo -Dijo Pepa estallando en risas, tanto que hasta causo una ligera llovizna.
-Pepa dijiste que no le dirías a nadie.
Bruno quería enojarse pero en el momento que Julieta también comenzó a reír el se les unió. Esos pequeños momentos en que los hermanos tenían se comenzaron a hacer mas escasos cada vez.
-Vamos Alma, no puedes darles un descanso -Lastima que no pudiera oírme. -Mira a Bruno, ayer le pidieron visiones y esta exhausto.
Alma había mandado a Bruno y Pepa a ayudar al campo, Julieta se había ido temprano a atender a algunas personas y o volvería hasta mas tarde. Los hermanos habían crecido y con ahora 15 años tenían mas responsabilidades. Ese día los tres llegaron tan cansados que solo se sentaron en la mesa.
-Aquí tienen -Había traído unas arepas que dejo Alma sobre la mesa. -Coman
Deje las arepas sobre la mesa y movía el plato para que cada uno comiera, y aunque no me vieran me senté a la mesa con ellos.
-Gracias casita.
-Creo que veo mi muerte justo ahora.
-Me duele hasta las nubes.
-No creo que eso sea posible Pepa.
-Claro que lo es, solo míralas ni siquiera quieren soltar una gota.
Yo me reí de los comentarios mientras servía algo de agua para ellos.
-No todo fue malo Pepa, al fin conociste a Felix. -Bruno comenzó a comer.
-No, no, no conocí a nadie con ese nombre. -Pepa comenzó a soltar vapor. -Iré a comer a mi cuarto.
Quite los muebles del camino porque salió sin ver por donde caminaba.
-No le has dicho -Pregunto Julieta comiendo también. -No piensas decirle verdad.
-No quiero que se enoje conmigo, a ti no te ha dado con uno de sus rayos.
-Bruno... ¿Por qué tu cuarto se ve diferente? -El mencionado se sorprendió. -Solía haber mas plantas.
-N-no lo se, no soy bueno cuidándolas... Y como te va con, ¿Cómo se llamaba?
-Agustín.
-Esperen, ¿Quién es Agustín? -No pude evitar mover las ventanas al escuchar eso - Julieta como que tienes novio, ¡Porque no estaba enterado!
-No le digas a mama Casita
Los pocos momentos que tenían los trillizos seguían siendo los mejores para ellos.
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El espiritu de Casita
FanficEL nació del amor y el dolor. Su deber es cuidar a la familia Madrigal. ¿Y si Casita tuviera una forma?¿Si pudiera hablar? ¿Alguien podrá escucharlo? #3 Familia Madrigal 20/04/23