VI -Dones y Cuartos

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¡Que emoción! ¡Que emoción! Faltaba una semana para el cumpleaños de Isabela, quería poder hacer su puerta ya.

Además Julieta hoy dijo que está embarazada, aunque Pepa también aviso hace algunos meses que esperaba a su segunda hija, o tal vez hijo.

-Pedro, la familia sigue creciendo -No dejaba de caminar frente al retrato. -Dos pequeños más y pronto será el don de Isabela.

Me senté recargando la espalda en la pared, era muy emocionante como había pasado el tiempo, el pueblo era más grande al igual que la familia.

-Pero hay algo que me preocupa... Alma está siendo -Suspire. -¿Exijente, pesada? No lo sé... Hace mucho que no descansa, ni cuando eran niños trabajaba tanto.

La gente del pueblo confiaba mucho en ella y se había vuelto la líder desde hace 45 años pero parecía que desde entonces no descansaba ni un momento, todo el tiempo tenía algo en mente, algo de que ocuparse, una preocupación o una exigencia con ella y su familia.

-Además me preocupa como ha cambiado su cuarto... Hay Alma...

En un inicio su cuarto era como una habitación de sus recuerdos pero como iba pasando el tiempo se expandió, mostraba un campo con diversos cuadros colgados alrededor todos eran "fotos" de su vida, la mayoría de Pedro.
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-Ya casi es hora Pedro. -Ya casi era el cumpleaños de Isabela así que me despedí del cuadro de Pedro donde había estado contándole el día de hoy y camine al pasillo donde estaría la puerta.

Ahora creo que debería contarte cómo yo, la casa de los Madrigal, hace las puertas y también sobre la vela. O por lo menos lo que yo se.
Yo no soy la magia, tampoco una persona, soy parte del milagro. La magia llega de otro lugar hasta la vela y la mantiene ardiendo, ella representa todo el milagro y también es como mi corazón.

Para el lugar escogí el lado derecho de la casa, del lado donde estaba la puerta de Julieta, dibuje una puerta con mi mano y así de simple está apareció, al igual que un nuevo bolsillo en mi ropa.

-Pero a esta puerta aún le falta algo. -Mire con una gran sonrisa la cerradura donde faltaba el pomo y sabía dónde conseguirlo.

Camine hasta la guardería, abrí con cuidado la puerta para asegurarme que estaban dormidos, me tope un una tierna imagen, Dolores e Isabela se habían dormido juntas, tal vez por los nervios de la cumpleañera. Me acerque hasta ellas.

-Isa-be-la Feliz cumpleaños, es hora de que recibas mi regaló... -Deje un beso con cuidado en su frente.

Di un paso atrás cuando una pequeña luz violeta salió, poco a poco esta creció formando una flor, cuando la tome esta se convirtió en la perilla que estaba buscando.

-Espero con ansias saber que bello don tendrás y espero que seas feliz con el.

Fui hasta la puerta que había comenzado a brillar y ahí lo deje, listo para que su dueña lo reclamara, así la puerta no le daría don a alguien más y se preparaba para buscar en el corazón del dueño.

Al día siguiente Alma había hecho una fiesta muy grande invitando a todo el pueblo para celebrar que su nieta tenia un don. Había música, comida, algunos bailaban por un lado otros charlaban por algún rincón, la casa estaba llena de vida.

Alma también se había encargado de mandarle a hacer un vestido a su nieta y aunque ella quería que llevara el cabello suelto, la niña insistió en que su tío Bruno le hiciera sus dos trenzas. Dolores quería estar con ella al momento de recibir su don pero su mama no la dejo, quería que estuviera cerca de ellos.

-Buena suerte Isa -Dolores solo pudo acompañarla hasta el telón que habían preparado.

Sus padres estaban arriba de una escalera que conducía a su puerta, Agustin cargando a Luisa pues Julieta no podía, pero ambos con una gran sonrisa. Y aunque no me viera la acompañe por el camino hasta su puerta.

Cuando toco la puerta flores comenzaron a brotar sobre esta, con gran entusiasmo la abrió, el cuarto era grande y parecía sacado de un sueño, un campo de flores silvestres al centro, enredaderas de flores blancas por las paredes, grandes macetas con flores de todo tipo, todo estaba lleno de colores.

Pero me duele que eso haya durado mucho...

Julieta ya estaba por dar a luz y Camilo, el hijo de Pepa ya había nacido, era adorable pero muy ruidoso lloraba por todo, sobretodo cuando lo despertaban o tenia hambre, tenia un buen apetito.

Alma parecía molesta porque Pepa pasaba demasiado tiempo en casa aunque ya se hubiera recuperado de su embarazo, además le recordaba todo el tiempo un montón de cosas.

-Enserio Pedro, no se que le esta pasando, "que no llueva se va enfermar" -No pude evitar imitar a Alma. -"Debes irte a regar los campos" "Deja de mimarlo" "Ahí esta Bruno que el lo cuide, no tiene nada mas que hacer".

Suspire pasando una mano por mi cabello.

-Además no deja en paz a Isabela... Ya no juega con dolores, todo el tiempo es "practica con tu don" "párate derecha" "No juegues con eso" "Péinate bien o no te despeines" "Las rosas son rojas no azules"... Hay veces que quisiera poder hablar, que alguien me vea.

Me quede un momento mas frente al cuadro de Pedro y luego fui a pasear por la casa.

Savias que las habitaciones cambian según van cambiando sus dueños... Por ejemplo desde que Alma le prohibió a Bruno hacer visiones a menos que ella le diga han aparecido mas y mas escalaras para llegar a su cueva de visiones, suerte tiene que haya podido mover su cama mas abajo...

Al entrar en el cuarto de Isabela pude ver como este comenzó a cambiar, el pasto desaparecía poco a poco, llevándose con el las flores silvestres.

-Al menos sigue siendo lindo...

El espiritu de CasitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora