Siempre voy a estar para ti ( Damián Wayne)

17

Narra Elizabeth 

Aunque me haya dirigido a mi habitación después de esta algo extraña '' conversación ''  no pude descansar, en toda la hora estuve de aquí para allá y de allá para acá.

Pude escuchar como alguien tocaba la puerta, pensé en abrirla cuando la estaban golpeando un poco más fuerte pero me dió algo de flojera y nerviosismo ir a abrirla.

Ustedes se preguntarán porqué nerviosismo, pues llegué a pensar que podría llegar a ser alguno de los chicos para preguntarme acerca de lo que hablé con Bruce.

y por eso mejor no la abrí aunque me dirigí hacia la puerta tratando de hacer el menor ruido posible para que el que estuviera al otro lado no notara que no estaba dormida y puse mí cara de perfil sobre la puerta, de forma que mí oreja quedara pegada a esta.

Agudice mí sentido auditivo y solo pude escuchar un respiración lenta, por lo que deduje que la persona que estaba al otro lado estaba tratando de no ser descubierta.

Y ahí supe de quién se trataba.

Damián Wayne.

Pensé que sería bueno dejar mí vergüenza y decidí abrirle la puerta sin esperar nada.

Narra Damián

Puse mí oreja lentamente en la puerta para saber si estaba despierta o no.

Pero me llevé una gran sorpresa cuando ella abrió la puerta así sin más. Si no hubiera estado atento tal vez hubiera terminado en el piso. 

En su cara observé una expresión de confusión y sorpresa junto con malicia. 

- h-hola como estas - carraspeó nerviosa - quieres pasar.

Fruncí el ceño y le respondí extrañado - acaso crees que necesito invitación para estar en tu cuarto, quítate - la aparté tratando de no mostrarme intranquilo.

- como t-tu digas.

Se quedó un momento ahí parada en el marco de la puerta, miró que no hubiera nadie en el pasillo y cerró la puerta.   

Me acerqué a su cama y me senté, ella hizo lo mismo solo que un poco más alejada.

Y sus mejillas algo sonrosadas le daban un toque tierno.

Maldita sea otra vez esos pensamientos.

- sobre que hablaste con mí padre - me volví hacia ella.

- eso no es de tu incumbencia - respondió altanera, devolviéndome la mirada desafiantemente.

Levanté una ceja mirándola fijamente.

- que es lo que has dicho huérfana insolente - alcé un poco mí voz.

Se rió levemente y me contestó.

- que nuestra conversación no es de tu incumbencia. Te lo repito una vez más.

Solo atiné a agarrar con mí mano derecha el hedredon de su cama y con la izquierda acercarla a mí para pasarle la cobija por ensima y cubrirla totalmente.

La tiré boca arriba sobre la cama y me monté sobre ella. En mí defensa lo hice inconcientemente.

Soltó un grito ante mí acción y comenzó a patalear.

- como te atreves a insultarme de esa manera, deberías tenerme más respeto. TT.

De parte de ella solo se podían escuchar sonidos extraños, sabía que trataba de safarse de la cobija pero yo tenía mis piernas a los lados de sus caderas para no dejarle todo mí peso y además en mis manos tenía las puntas del hedredon bien agarradas para que no se safara fácilmente.

En un momento de desesperación de su parte pegó un grito bastante fuerte.

- me estás asfixiando maldición, suéltame.

Y me di cuenta de lo que estaba haciendo.

Pero esto no se iba a quedar así.

Le descubrí su rostro para que pudiera respirar y ella soltó un gras suspiro.

Me acerqué rápidamente aprovechando que tenía sus ojos cerrados y su mano derecha sobre la cama y su izquierda sobre su pecho.

Mí cara quedó a solo centímetros de la suya, tanto que nuestras respiraciones eran una sola.

A mí mente regresó el recuerdo de cuando nos besamos por primera vez.

Justo aquí en su alcoba. De tan solo tener ese hermoso recuerdos mis mejillas comienzan a arder pero trato de ocultarlo.

Ella abre sus bellos y admirables ojos y se dan cuenta de que estamos demasiado cerca, se pone nerviosa, lo puedo notar.

- a-h amm okay emm, podrías apartart-e un po-co por favor - murmura suavemente pues no hay necesidad de hablar fuerte.

- tu quieres que me aleje, por qué yo no quiero - esa frase salió de mis labios de una manera coqueta.

Más de lo que me hubiera gustado.

No me respondió y continúo observando mis ojos,  'procurando' o más bien obligándose a no mirar mis labios.

Y yo no puede evitar hacer lo mismo.

- entonces Eli, no me haz respondido, quieres que me aleje.

Se puso aún más nerviosa y su corazón palpitaba más rápido igual al mío.

Ambos sentimos los corazones del otro.

Yo estaba totalmente sobre ella y nuestro tórax  estaban juntos.

- si o no Eli.

-n- no - lo dijo tan suave y bajito que apenas y pude escucharlo pero esa fue mí señal.

- muy bien, eso creí - me levanté rápidamente de ensima de ella - nos vemos en la cena Maccarty.

Le guiñe mí ojo y salí de la habitación con pasos firmes pero rápidos.

Narra Elizabeth

Que mierda acaba de pasar.

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Holaaaa mis querid@s lextor@s como han estado.

Dejo esto por aquí y procedo a irme ojalá les guste y si tengo faltas de ortografía por favor avísenme.