22

37 5 0
                                    

Suena la maldita alarma que Alfred me obligó a poner solo porque según el debía tener una rutina matutina para no parecer una vaga, así que yo Elizabeth Maccarty estoy levantandome a las 7:00 en punto de la mañana solo para complacer a Alfred. Miro por la ventana y me doy cuenta de que está algo nublado.

Aunque en el orfanato me levantaba a las 6:30 para ayudarle con el desayuno a la señora Lili.

Cuando bajé al comedor todos menos Bruce porque supongo que ya se había ido a la empresa. Me acerqué y Alfred rápidamente me ofreció fruta, jugo de naranja y un vasito de flan de vainilla.

Me dispuse a comer y cuando terminé le di las gracias a Alfred llevé la vajilla al lavaplatos, la lavé y me dirigí a la biblioteca que descubrí hace unos días.





































































































Mí tiempo en leyendo se fue en un dos por tres, cuando vi el reloj de pared me dí cue Ta que había pasado por lo menos unas cuatro horas leyendo y eso que no había salido ni siquiera para comer o ir al baño, pero el tiempo que pasé aquí me sirvió para pensar en todo lo que ha pasado en estos días, la ayuda Damián aquella noche, Bruce siendo muy educado conmigo, los chicos igual todo lo que Alfred a hecho por mí, acompañarme de compras, las otras cosas que ha hecho Damián........ Sus abrazos..... Caricias........ Su besos.......

Debo aclarar las cosas no él, no puedo ni debo andar besándolo y dejarme besar de él aún sabiendo que no somos absolutamente nada, además no es como si nos lleváramos muy bien que digamos, ni siquiera sé con exactitud por qué el me ha estado besando.

Será que el también está sintiendo cosas por mí.

No la verdad no creo, aunque nadie confirma lo contrario.

Ah, después de la comida voy a preguntarle. Si es lo mejor, al fin y al cabo si Bruce me confirma que ya he sido adoptada debo llevar una buena convivencia con todos en especial con Damián.





























































































La hora de la comida ya pasó y estoy buscando a Damián para hablar con él.

Me siento demasiado nerviosa.

Que pasará dónde yo esté haciendo mal mis cálculos, o sea que tal si quedo en ridículo frente a él preguntándole algo tan fuera de lugar.

Dejo esos pensamientos de lado al momento que lo veo en el jardín trasero sentado en el césped supongo que meditando. Estoy por irme cuando el me habla.

- que necesitas Elizabeth - sin abrir los ojos me habló.

- necesito hablar contigo - de cuando acá estoy tan segura.

- ¿ sobre qué ? , por qué si es algo que me obligue a perder el tiempo y dejar de meditar te juro que .......

Respiro hondo y le suelto de golpe.

- ¿ por qué me besas tan repentinamente cuando estamos solos ? - no puedo creer que se lo vaya dicho.

Soltó una risa demasiado burlona más de lo que había esperado.

Aún riendo me dijo.

- ¿ Qué has dicho Maccarty ? - por qué siento que me arde la cara, no sé si es de rabia o vergüenza.

- lo que escuchaste - la voz me sale algo temblorosa.

Se puso totalmente serio.

- enserio crees que esos" besos " han significado algo para mí.

Lo acabo de confirmar mí ardor en la cara es de rabia, desilusión y decepción y quién sabe de qué otras cosas más.

- eres un .....

Solo puedo apretar los puños y mantener baja la mirada.

- de verdad creíste que tú una huérfana me podrías llegar a gustar a mí, porque me imagino que con esa intensión me estabas buscando no? Para preguntarme que si yo estaba sintiendo algo por ti..

Debo empezar a respirar, me duelen las palmas de mis manos de la presión que están haciendo mis uñas en estas. Solo debes respirar Elizabeth.

Comenzó a llover, ah, maravilloso

- ¿ No es así Elizabeth? - no soy consciente de todas las otras cosas que me dijo, hasta que terminó de hablar.

- solo quería confirmar eso........... PERO NO TENIAS PORQUÉ TRATARME ASÍ..

Mí pobre garganta.

- ESCÚCHAME BIEN NIÑA INSOLENTE - me agarra el brazo con fuerza - A MI NO ME VENGAS A GRITAR EN LA CARA NO TIENES NINGÚN DERECHO A HACERLO.... - lo tengo demasiado cerca y además mí brazo está comenzando a doler de la fuerza que está haciendo.

Lo freno dándole una cachetada.

- ERES UN JODIDO IMBÉCIL QUE NO MERECE NINGÚN TIPO DE RESPETO..... - Lo miré desafiante o bueno lo más que pude por qué estoy segura que en estos momentos mis ojos y nariz están ya notoriamente rojas por las lágrimas que he derramado pero que se han confundido con la lluvia. Me acerco de nuevo a su rostro y le susurro - por mí te puedes ir al mismísimo infierno imbécil.

Me fui corriendo hacia la entrada que hay a la casa por la cocina y apenas entré vi a los otros chicos en la cocina con Alfred tomando supongo que Chocolate caliente.

Corro hacía mí habitación como la cobarde que soy y me encerré en el baño.

Me derrumbo al momento que cierro la puerta y me deslizo por la misma.

Grito, golpeó el piso y golpeó mí cabeza con la puerta .

Retiro lo que dije anoche.


















































































Odio a este imbécil.

Siempre voy a estar para ti ( Damián Wayne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora