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Comienzo del flahsback

Narra Elizabeth

Me encontraba en la sala con un recipiente lleno frutas y con un Damián caprichoso que no quería comer por sí solo, sino que quería que yo le diera de comer como si fuera un jodido niño.

Pero estaba haciendo el sacrificio.

Solo estás haciéndolo con tal de estar cerca para poder ver sus " preciosos ojos ".

Bueno tal vez por eso, pero es solo un tal vez.......

Nah es cierto me fascinan esas esmeraldas que tiene por ojos.....

- Damián por favor es la última vez que te lo pido, se me está entumiendo el brazo - desesperada le comencé a rogar.

- no me interesa, escuchaste muy bien que Alfred dijo que no podía forzar mucho el hombro así que quieras o no tendrás que seguir dándome la fruta.

Lo fulminé con la mirada y seguí dándole de comer.

Yo metía una fruta a mí boca de ves en cuando, por eso se iban acabando un poco más rápido las frutas.

Cuando solo quedaba una uva solo una maldita uva ahí si agarró un tenedor que yo había traído de la cocina por si acaso y comenzó a tratar de quitarmela sin ninguna razón ni vergüenza.

La lucha se tornó más intensa y cuando yo por fin había trinchado la uva y la había puesto en mí boca
él me apretó fuerte los cachetes con una mano, acercó su rostro al mío, juntó sus labios con mis labios, y primero me besó dulcemente pero luego lo hizo rudo e introdujo su lengua en mí boca, sacó la uva de la mía y se alejó para poder comérsela con tanto descaro que yo por enojo junté de nuevo nuestros labios en un intento bobo por recuperar mí fruta, pero mí intento fue fallido porque él ya se la había tragado.

En venganza mordí un poco su labio y me alejé para sostener el bowl entre mis manos y posterior a eso irme a dejarlo en la cocina.

En el camino allá remojé mis labios aún sintiendo la sensación de los suyos sobre los míos.

Una maravillosa sensación.

Fin del flahsback







































































































































Salí de mí cuarto dejando a Tim ahí y me dirijí a la cocina para merendar algo.

Agarré una manzana verde de un recipiente que estaba sobre la isla y me acerqué al gran ventanal de esta que daba vista al jardín trasero, a lo lejos observé a un Damián frustrado tirando todo a la mierda.

Estaba tratando de darle de comer a sus animales pero cuando iba a agacharse para agarrar el plato de su perro y gato el hombre le molestaba y hacia una mueca de dolor muy disimulada pero yo la alcancé a notar.

Como es posible que ese hombre se vea tan jodidamete sexi. Aún cuando se queja.

Pensé para mí y decidí terminar la manzana e ir a ayudarlo.

- ¿ Te puedo ayudar en algo ? - dije a sus espaldas lo que le causo un sobresalto muy gracioso.

- ¿ me veo como una persona que necesita ayuda ? - jesús este hombre es un egocéntrico de primera.

- antes no pero ahora sí - le mostré una sonrisa falsa.

- solo ..... Cállate ¿ quieres ? - idiota.

- tu solo déjate ayudar - me acerqué, le arrebaté el plato del perro y le pregunté dónde estaba la comida.

- en la casa de Titus - respondió y me señaló una pequeña no tan pequeña casa donde estaba su comida.

Al regresar con el paquete de croquetas de Titus noté que el perro era demasiado grande, tenía unos ojos profundos oscuros y su pelaje reflejaba lo fino y bien cuidado que es.

Me miraba como si fuera una amenaza para su amo, por lo que se posicionó cerca de su pierna sin romper el contacto visual conmigo.

- a-am Damián ¿ tu compañero es a-gre-sivo o puedo darle su comida con tra-nquilidad ? - ese bello gran danés me intimida más que su dueño.

- por lo general no es así, pero algo malo tuvo que ver en ti para desconfiar.

Miré indignada al perro.

- muy bien entonces aquí te dejo la comida tu dale la de el gatito y la vaca. Diviértete - le guiño el ojo y me voy.

Lo dejé ahí maldiciendone en árabe como era de esperarse y seguí mí camino hacia la cocina.














































































A la noche en la cena estábamos todos y por cuestiones de la vida Damián se hizo de frente a mí, por lo que como dice por ahí, si las miradas mataran yo estaría en ves de 3 metros 3.000 metros bajo tierra y eso me causaba demasiada gracia.

Hacia mí mejor esfuerzo para que no se me saliera una carcajada.

































































Adoro a este chico.























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Holappp

Byeeee.


Siempre voy a estar para ti ( Damián Wayne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora