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Dos meses después Irene tuvo una despedida de soltera organizada por su mejor amiga y luego su boda. Está fue más grande y lujosa que la de su hermana. Fue mejor preparada, no tan apresurada y apoyada por todos.

Irene estaba tan nerviosa que en realidad no recuerda mucho de ese día. Solo pequeños momentos y terminaba de completar todo con las fotos y vídeos que se tomaron.

Contrataron buenos fotógrafos, estos intentaron cubrir tanto como pudieron las desanimadas caras de los novios.

Ninguno sonrió ni en la ceremonia, ni en la fiesta. La única excepción fue para Theron que pudo bailar con Calista por una canción. desde entonces bebió hasta emborracharse y como su primera vez, pasaron su noche de bodas sin ser realmente concientes de lo que hacían.

Se volvió natural en su matrimonio sin amor, que el único momento en donde realmente parecían una pareja era en la habitación. El rumor de que eran una pareja amorosa únicamente porque pasaban varias noches juntos en la cama se hizo correr.

Pero no era así en absoluto. Si, ambos compartían cama seguido. Pero la relación no mejoro por mucho que se acostaran juntos. Al principio debían estar ebrios para hacerlo. Con el tiempo Theron aprendió a aguantar que era Irene con quién estaba, sobrio.

Las familias esperaban un bebé pero ambos eran cuidadosos de no arrastrar a nadie más a su desgraciado matrimonio.

Con el tiempo los rumores se fueron apagando. No porque lo hicieran menos, sino porque los empleados no dejaban de renunciar.

Irene le insistió a Theron muchas veces que cambiará su actitud. Qué por lo menos fingiera ser el joven amo alegre y simpático a quien todos querían.

Pero el Theron con el corazón roto no podía fingir ser el Theron brillante y enamorado que fue cuando aún tenía esperanza de estar con el amor de su vida.

-Dijo que estaríamos juntos siempre- lloró una noche en que parecía más ebrio que de costumbre.

Recordaba como Calista repitió esas palabras desde el primer día que se conocieron. Siempre diciéndole con una sonrisa que nunca se separaría. El inocente Theron le creyó.

Se lo preguntó cuando eran niños y Calista dijo que si, se lo preguntó cuando entraron a estudiar y Calista dijo que si, se lo volvió a preguntar un día antes de su cumpleaños y anuncio de compromiso y ella siguió diciendo que si hasta el final.

-Estaremos juntos por siempre Theron- le susurró- Te quiero ahora y por siempre- prometió con un abrazo.

Theron no podía seguir adelante mientras recordaba las promesas vacías de Calista. Él no las pensaba como vacías, claro. No tenía idea de que esas significativas promesas para él, no tenían ningún sentido para ella.

Rompió cosas y grito. Asustó al personal y molestó a quienes tendrían que limpiar.

Irene intento acercarse pero solo recibió gritos de rencor y odió inmerecido.

-Estas siendo un imbécil Theron- le comunicó- Puedes hacer esto de vez en cuando, pero si lo haces tan seguido los empleados seguirán renunciando- informó.

-Que renuncien- dijo sin prestarle importancia- No importa, que me dejen solo.

-No estarás solo- negó Irene- Estarás solo conmigo ¿Quieres eso?

No parecía ser la gran cosa pero Irene lo dijo como si ese fuera el mayor castigo del mundo. Theron así lo creyó.

-No- musitó llorando y abrazándose a Irene- No quiero...

La botella de licor rodo y manchó la alfombra. Irene suspiró cansada y se quedó en el suelo abrazando al ebrio Theron que no dejaba de llorar y aferrarse a ella como si fuera a ahogarse si la soltaba.

IreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora