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Afortunadamente después de aquel buen fin de semana habían tenido mas buenos días que malos. Se llevaban mejor y podían hablar de cosas triviales o importantes sobre ellos mismos.

Para Irene fue extraño al principio, poder hablar con Theron de algo que no involucrara a Calista. Realmente podían tener conversaciones enteras en las que el nombre de la mujer no saldría. Fue una buena sorpresa.

Cuando eran niños casi no hablaban, eran amigos pero aunque los niños se junten unos con otros no hablan demasiado, lo importante es jugar. Cuando fueron adolescentes Theron hablaba con Irene mientras esperaba a Calista, si quería información de Calista o si estaban en un grupo con otras personas. Luego no hablaban demasiado entre si, de hecho Theron la evito cuando supo por parte de Calista que Irene gustaba de él, nunca intentó volver a acercarse después de ese distanciamiento, y más adelante sucedio su matrimonio y siguieron hablando de Calista principalmente. Nunca tuvieron una verdadera conversación hasta ahora.

Theron lo lamentó un poco. Recordaba a Irene hablándole de algo y él sacando a su hermana a colación. Irene nunca se quejó o le comentó algo, siguió la conversación naturalmente. Ahora que podía disfrutar de hablar con ella, consideraba triste haberla conocido por veinte años y solo ahora darse cuenta que podía disfrutar tanto de su compañia.

Aun peleaban. Theron seguía siendo un imbécil la mayor parte de tiempo en la mansión, y aunque fue mejor con Irene, el personal no vio grandes cambios y siguió renunciando. Irene seguía intentando hablar con él para que cambiará y era ahí cuando discutían. O cuando Theron volvía a beber demasiado y hacia un escándalo, pero con el tiempo dejó un poco el mal habito. Un poco.

Hasta la siguiente gran pelea.

Para el cumpleaños de Irene y Calista, el progreso logrado en su relación pareció esfumarse.

Calista decidió que como una mujer casada y madre de familia, ya era hora de tener su propia fiesta. Sus padres le hicieron ver los inconvenientes, principalmente les preocupaba que ellos no podrían estar en dos lugares a la vez.

Calista lloró y se quejo. En parte entendían la molestia. Nadie podía obligarla a celebrar su cumpleaños con Irene para siempre. Ahora que era una adulta era normal que quisiera su independencia en todos los sentidos.

-Calista tiene todo el derecho de hacer su propia fiesta. Si no quiere compartir la atención en su día especial, esta en todo su derecho- apoyó Theron a la mujer, de la cual ya habían caído un par de lagrimas.

-Y el publico estará tan emocionado cuando se enteren de a cual fiesta decidas asistir- se burlo Irene.

Los padres de Irene la miraron de forma extraña. Theron también se puso incomodo y las cadenas en su corazón volvieron a apretar.

Irene al final aconsejó a Calista hacer su fiesta la noche anterior, así podía soplar las velas a las doce. A Calista le encanto la idea, hasta ahora todas sus fiestas eran más familiares y estiradas debido a que sus padres las organizaban para ambas. Ella quería una verdadera fiesta, como la de las películas. Ella había asistido a muchas pero nunca organizo una por su cuenta.

Irene pensó que ella podría organizar un almuerzo familiar y luego una fiesta de cumpleaños a la que estaba acostumbrada, con socios de sus padres, familiares que solo veía para ese tipo de ocasiones y con sus amigos soportando el serio ambiente gracias al alcohol, luego iría a bailar con ellos.

Cuando llegaron a la mansión, luego de la discusión en casa de los Vanderbilt, Theron le reclamó por el comentario que hizo contra él. Explicó que solo estaba siendo honesto, ya que si Calista lo quería, ella podía hacer su propia fiesta.

IreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora