Irene

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-¿Podemos hablar?- Marcos tomó la mano de Irene.

La mujer suspiró retirando su mano lentamente y asintió tranquila.

Ambos se alejaron de la multitud hasta llegar a un cuarto vacío pequeño, Marcos debía haberle pagado a alguien, Irene está segura de que no deberían haber salas al azar abiertas y vacias en un juzgado.

Tenían tiempo, no era que Calista ya no podría ver nunca más a Melody, pero la mujer estaba haciendo un gran drama "despidiéndose" ahora que ya no tendría la custodia.

Solo un par de sesiones en terapia y Calista pudo llegar a la madura conclusión de que ella no era la mejor en ese momento para hacerse cargo de Melody. Necesitaba concentrarse en sí misma, la clave era que debía concentrarse en mejorar, pero quizás porque la terapeuta sólo uso las palabras adecuada, Calista estaba completamente de acuerdo.

Ahora sería Marcos quien tendría a la niña la mayor parte del tiempo, tendría que dejar de lado sus viejas andanzas. Aunque no era como si aún frecuentara mujeres distintas todas las noches. De hecho no se había acostado con nadie desde que Irene dió por terminada su "relación" después de la fiesta de Calista.

No era que Marcos no lo entendiera, que en realidad tendrían que terminar alguna vez, que a Irene le resultaba imposible proyectarse en un futuro con él. De hecho, esas fueron las palabras que ella uso; "En el futuro que veo, estas ahí" Marcos casi sonríe, pero él no era tonto, podía leer el ambiente y el lastimoso tono con el que Irene hablaba era todo lo que necesitó para darse cuenta de que el discurso no terminaría bien. "Como el padre de Melody, como un familiar y amigo de la familia, por supuesto que estas ahí, pero..."  "No es contigo", terminó Marcos por ella.

Irene parecía culpable. Marcos la abrazó, no quería que se sintiera así. Ella fue clara desde el principio, ambos lo fueron, Irene no estaba preparada para una relación seria y mucho menos con él.

Marcos era una pieza complicada en la vida de Irene. No era solo su historial de infidelidades, o que no se arrepintiera de ello. No era que Irene aún no pudiera confiar por completo en él. También estaba el hecho de que era un ex de Calista, y no sólo un ex, uno que se casó con ella y uno a quien su hermana resentia. Uno culpable de que por escogerla, su hermana prácticamente tuviera una crisis de identidad. Y finalmente, era el padre de Melody. No era que él no hubiera pensado en eso, el punto que tenía más peso sobre toda la situación era en realidad que Marcos era el padre de su sobrina.

Irene no sería tía y madrastra, ¿Cómo explicar aquello al resto? ¿Cómo explicárselo a Melody? Ni ella, ni Marcos querían hacer que Melody creciera en un contexto familiar complicado. Por lo que Marcos en realidad tampoco pensó que podría pasar toda su vida junto a Irene, él también siempre supo que lo que había entre ellos tendría un final, aunque fuera uno que él no quería.

Pero pensó que quizás tendrían más tiempo. Eso era lo que en realidad lamentaba. ¿Cómo es que pasó más tiempo con su primera esposa y con Calista que con el amor de su vida? Marcos se cuestionaba sus decisiones de vida todo el tiempo desde que se enamoró de Irene.

Pero ya no había nada que hacer, eran decisiones ya tomadas y ejecutadas.

Su casi medio año con Irene sería el momento de su vida que tendría que atesorar por el resto de esta.

De todos modos, ahora como padre de tiempo completo, tendría poco tiempo para lamentarse. No era que antes no se preocupara por Melody cuando no estaba con ella, pero pensar en ello y tenerla bajo su cuidado eran cosas distintas. Balancear su vida entre el trabajo y su hija sería un reto lo suficientemente grande como para mantener su mente, al menos, un poco alejada de Irene y sus gloriosos meses juntos.