VEINTITRÉS

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esa llamada si le provoco la mayor tristeza del universo, nunca pensó que las últimas palabras que escucho de Benjamín hacia el fueran de despedida; se permitió derramar algunas lagrimas estando a solas, ¿Porqué no le había dicho que lo amaba mas veces? ¿Porqué tuvo miedo de demostrar lo que sentía por Benjamín por el temor de que lo rechazarán todas las personas que quería y lo despidieran de su trabajo?.

al principio tenía miedo de como reaccionarían las personas a su alrededor, una relación de dos hombres no era normal para ciertas personas; no sabía como pensaban su familia, pero estaba preparado a escapar con Benjamín si fuera necesario. sentía que le habían quedado palabras para decirle. y sentir que no lo podría hacer le dolía. El fresco aire de la noche le golpeo la mejilla volviéndolo a la realidad, la bocina de su auto comenzo a sonar, la verdad es que no le preocupo ya que habían niños jugando en el parque; quizás en un mal golpe del balón, este le haya pegado sin querer a la patrulla, haciendo que la bocina comenzara a sonar. Sonrío mientras se levantaba e iba a apagar la alarma, al acercarse pudo notar como su teoría era cierta. habían niños jugando cerca, y al parecer habían golpeado accidentalmente su auto.

Se acerco con una sonrisa, los niños estaban asustados al pensar que el policía los regañaría por el accidente; pero se sorprendieron al ver que Leonardo apagaba la alarma, cuando esta ya no sonó mas se volteo a ver a los niños.

-tengan mas cuidado a la próxima vez ¿de acuerdo?- les sugirió mientras sonreía- la calle no es un buen lugar para practicar algún deporte 

-en verdad lo sentimos oficial- un joven de 13 años tomo camino hacia al frente- no quisimos dañas tu vehículo

-no te preocupes- sonrío- suelen pasar este tipo de accidentes, lo importante es que ustedes estén bien

-¿no está enojado con nosotros?- pregunto una pequeña niña de 8 años, tomando fuertemente a su conejo de peluche

-claro que no- le acarició el cabello- fue solo un accidente, ahora vayan a jugar.........tengan cuidado

-¡gracias oficial!- dijeron los niños en coro mientras corrían en dirección al parque cercano para comenzar a jugar, Leonardo les sonrío mientras recordaba como eran sus hermanos y el a esa edad.

subió a la patrulla aun con una sonrisa en su rostro, decidió terminar el patrullaje por hoy, ya era tarde y estaba realmente muy cansado; condujo con velocidad mínima, habían niños jugando en la calle y corrían el peligro de arrollar a alguno. Cuando entro a una calle un poco mas vacía decidió ir un poco mas rápido, deseaba llegar a casa y probar la cena que Mike y su padre habían hecho.

Le quedaba al menos 2 cuadras para llegar a casa, agradecía al cielo haber tenido una noche tranquila patrullando; estaciono la patrulla en la acera, la cerro con seguro y camino hacia la puerta. desde afuera se escuchaba los gritos de Mike posiblemente escapando de alguna golpiza de Raphael. la verdad le alegraba escucharlas después de años separados giro la perilla abriendo la puerta, al entrar se encontró con Mike tirado en el suelo mientras que su hermano Raphael estaba haciéndole una llave.

-¿que paso ahora?- pregunto una vez que cerro la puerta, ambos hermanos lo miraron

-¡tu eres policía!- grito el rubio buscando ayuda- ¡tu deber es ayudar a los ciudadanos! ¡sobre todo a mi que soy tu hermano y llevo tu misma sangre!

Con una mirada, Leonardo hizo que Raphael soltara a su hermano de su tortura; el pelinegro sonrío mientras veía como su hermano pequeño se sobaba la espalda y Raphael se estiraba con una sonrisa,  Mike le agradeció con una reverencia mientras corría a la cocina

Leonardo y su hermano pelirrojo se sentaron en el sofá en silencio, este último había notado lo cabizbajo que había llegado su hermano y eso lo preocupo; miro hacia los lados viendo que no hubiera nadie para poder conversar a gusto con su hermano, Leonardo miraba hacia el frente, decaído y triste.

-estuviste llorando, ¿no es así?- pregunto llamando la atención de su hermano, quien negó con la cabeza

-solo estuve pensando- sonrío tratando de tranquilizarlo- mañana nos iremos a la playa, una salida familiar.

-a mi no me puedes mentir Leonardo Antonio- se quejo el pelirrojo, Leonardo odiaba que lo llamaran por su segundo nombre

-no te estoy mintiendo Raphael Clarisse- sonrío en un contra ataque, sabía que a su hermano tampoco le gustaba su segundo nombre, ya que lo consideraba nombre de chica

-sabes que odio mi nombre- se quejo mientras lo miraba con el ceño fruncido, Leonardo río

-tu empezaste- le contesto con una sonrisa en sus labios- y no, no te estoy mintiendo. solo necesitaba un ambiente tranquilo sin tantos problemas, quejas y papeles por llenar 

-ya veo- suspiro mientras veía atentamente a su hermano

Leonardo era muy malo para mentir, de eso no había duda y Raphael lo sabía perfectamente; aunque no quería admitirlo, Raphael también sabía que su hermano estuvo llorando. se conocían perfectamente el uno al otro, tanto, que entre ellos habían formado una especia de lazo de "gemelos". aunque de gemelos no tuvieran nada.

-¿ya empacaste las cosas para el viaje de mañana?- pregunto el pelinegro volteándolo a ver, Raphael se encogió de hombros

-solo lo necesario- comento- traje de baño, unos juegos para entretenernos, etc

Después de unas horas su hermano menor los llamó para la cena, ambos hermanos se levantaron viendo los platos ya servidos sobre la mesa; se sentaron, dieron gracias y comenzaron a comer. Leonardo tenía una preocupación, la nueva banda que llego a la ciudad estaba dispuesta a matar personas inocentes por lograr su objetivo. y estaba seguro que esa banda vendría por el, seguramente para matarlo. pero juraba con todas sus fuerzas que los atraparía y los metería por muchos años a la cárcel.

(.............................)

-vamos muchacho- sonrío mientras veía como su prisionero aun luchaba por romper sus ataduras- dinos lo que sabes sobre la seguridad de la comisaria, trabajaste por mucho tiempo ahí y tenemos información de que tu te sabes todas las claves y accesos para entrar sin problemas

-no lograrán sacarme información, no importa cuantas veces me tortures- suspiro cansado, sintiendo como sus cuerpo ardía incontrolablemente- no traicionaré a nadie 

-veo que sigues con la osadía de no querer contarnos nada- suspiro cansado, saco una navaja de su bolsillo y se acerco al rehén poniendo la navaja sobre su mejilla- pero la fuerza de voluntad no te llagara muy lejos

Con agilidad corto rápidamente la mejilla del muchacho,  este último gimió de dolor ante ese contacto; la sangre brotaba recorriendo su mejilla y manchando su ropa, miro con enojo a su secuestrados, indicándole una vez mas que no diría ninguna palabra

-no te preocupes, con o sin tu ayuda lograremos entrar a los archivos- sonrío limpiando la navaja que estaba manchada con sangre- solo hace falta matar al jefe y tendremos toda la información que necesitamos

-ellos están especializados- lo amenazo- su seguridad es mejor, no podrás con ellos

-eso ya lo veremos amigo- camino hacia la puerta dispuesto a irse, con un chasquido de dedos, los 6 hombres que lo acompañaban lo siguieron hasta la puerta- no habrá comida para el, una semana sin comida ni agua, cuando este muriendo de hambre y suplicando vendremos por la información y el no dudará en decirnos

los 7 hombres salieron del cuarto, el joven que estaba sentado en la silla cerro sus ojos con fuerza tratando de no derramar ninguna lagrima; no sabía cuanto tiempo había estado encerrado, pero luchaba con todas sus fuerzas todos los días por escapar y advertirle a sus amigos que se encontraban en peligro.



-no se cuanto tiempo me tome, pero saldré de aquí y les advertiré de sus planes- susurro mientras mordía su labio y caía nuevamente en la inconsciencia.









CONTINUARA











































































TOMAR NUESTROS CAMINOS  [TEMPORADA 2]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora