SIETE

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Pasaron unos minutos, pero Karai termino por reconocerlo; una sonrisa enorme apareció en su rostro, el chico también sonrió.

_¡Samuel! Que alegría verte, tanto tiempo_ ambos se abrazaron debido al momento_ ¿Como has estado?, La última vez que te vi fue en tu cumpleaños hace 2 años

_me ha ido estupendo, estoy trabajando en una empresa de abogados y me está yendo muy bien_ sonrió_ ¿Y tu? ¿Como te ha ido?

_muy bien también_ sonrió _ estoy trabajando en una tienda de ropa, mi novio es policía, ahora mismo tuvo que ir a su trabajo ya que ocurrió algo

_¿Tu novio?_ preguntó sorprendido _ vaya, no pensé que ya tuvieras novio

_pasan muchas cosas en dos años ¿No lo crees?_ le preguntó mientras sonreía

_¿Quieres comer un helado?_la invitó con una sonrisa, Karai lo miró no muy confiada_ yo invito, no te preocupes

_¿Crees que no tengo dinero?_ preguntó sonriente en tono de burla

_claro que no_ río_ solo quiero invitarte por un helado, como en los viejos tiempos ¿No lo crees?

_tienes razón _ sonrió_ vamos

(......)

Leonardo entró por el techo como lo había comentado antes, sigilosamente bajo hasta el piso en donde estaban los ladrones y rehenes; tenía que pensar muy bien en lo que haría para detenerlos y para que no hubieran más heridos, era peligroso, pero debía proteger a la ciudadanía.
Tomó su radio tratando de comunicarse con sus compañeros que estaban afuera, cuando lo logro trato de hablar lo más despacio y entendible.

_ya estoy adentro, ustedes estén muy atentos a lo que suceda cuando salgan_ escucho un si del otro lado_ preparen sus armas, y no llamen la atención de los ladrones o descubrirán que estoy adentro

_no se preocupe comandante_ respondió el oficial sin dejar caer su arma_ estaremos listo para cuando usted nos de la orden

_gracias_ comento para luego colgar la llamada

Tomó su arma de servicio y comenzó a avanzar directo en donde comenzaba a escuchar los sollozos de los rehenes; se escondió entre algunas cajas con posibles cheques en blanco, vio por el agujero a las personas supuestos ladrones.

_esos policías no tendrán opción que dejarnos escapar si no quieren ver muerto a estos imbéciles_ río uno de los ladrones, el jefe río con las fuerza

_aun hay que tener cuidado, hay muchas entradas al banco y también muchos policías _ comento un hombre con una cicatriz en la boca

_mientras tengamos a estos estúpidos en nuestras manos, los policías ni nadie podrá acercarse ni tocarnos un pelo_ le dijo un quinto personaje

Los 5 comenzaron a reír frenéticamente, sin pensar que Leonardo estaba detrás de ellos escuchando todo; los hombres chocaron puños felices por el atraco y saber que nadie podría detenerlos, Leonardo apretó los puños viendo como los hombres abandonaban la habitación.

Con mucho sigilo camino hacia la puerta de aquella caja fuerte, asomo un poco su cabeza por el marco de la puerta y pudo ver todo; muchas personas lloraban al ver a las personas heridas en el suelo agonizando del dolor, habían niños pequeños entre los rehenes. Apretó los dientes de irá. Tomó nuevamente su radio y contacto a Enríquez y Martínez para darles un informe de la situación, los dos policías escucharon todo obedientemente; estaban decididos a seguir el plan de su oficial al mando.

Leonardo pudo acercarse más y llegar junto detrás del escritorio de una de las gerentes que de encargaba de entregar el dinero, respiró profundamente mirando su pistola en mano.

Sería difícil acercarse más a ellos para arrestarlos, Leonardo se levantó de donde estaba dejándose ver ante los ladrones. Estos últimos estaban sorprendidos de ver a un oficial dentro

_¡Todos boca abajo!_ grito el pelinegro, todos le hicieron caso justo antes de que una lluvia de proyectiles comenzaran a romper todos los vidrios del banco.

Muchas de esas balas le llegaron a los ladrones quienes aún trataban de mantenerse de pie, Leonardo trataba de mantener a todos tranquilos diciéndoles que pronto estarían bien.

La lluvia de proyectiles duro máximo unos 2 minutos, cuando los policías vieron la señal que Leonardo les hizo desde adentro se detuvieron para no dañar a nadie más; los policías entraron poco a poco para ayudar a las personas, las personas que estaban heridas fueron atendidas inmediatamente en una ambulancia estacionada afuera. Enríquez y Martínez entraron junto a Leonardo para ver cómo estaba, agradecieron que su jefe no hubiera resultado herido en ese atraco; los tres se abrazaron tiernamente, y se disponían a irse cuando misteriosamente otro disparo se escuchó detrás de la policía

Uno de los ladrones había tomado las fuerzas necesarias para levantar el arma en sus manos y detonar un último disparo antes de caer desmayado, ante los ojos de Enríquez y Martínez cayó el cuerpo de su amigo al suelo, viendo como la sangre brotaba por encima del uniforme de policía.

_¡Rápido una ambulancia!_ grito Enríquez alarmado a los rescatistas, acostaron a Leonardo en el suelo, poniendo un chaleco antibalas en su cabeza.

Tratando de que Leonardo no cerrará los ojos.

_vamos leo, aguanta ¿Vale?_ Martínez tomaba su mano, viendo como la respiración de Leonardo comenzaba a detenerse poco a poco

Los rescatistas entraron rápidamente para atender a Leonardo, sacaron el chaleco antibalas del cuerpo del pelinegro para ver qué tan profunda era la herida; tomaron un pedazo de tela limpia apretándola contra la herida para que dejara de salir sangre.

_tenemos que llevarlo al hospital_ comento el que mantenía la tela contra la herida_ esta herida necesita sutura, además de una transfusión de sangre.

_¿Podemos acompañarlo?_ preguntaron los dos al mismo tiempo

_claro que si_ comentó _ nosotros nos adelantaremos en la ambulancia con los heridos del asalto, ustedes pueden seguirnos en las patrullas

_esta bien_

Acostaron a leonardo en la camilla con mucho cuidado, sacándolo del banco y subiéndolo a la ambulancia; Enríquez y Martínez sabían lo que debían hacer ahora, avisarle a su familia sobre el estado de leonardo.

(.........)

Los hamato disfrutaban una tarde tranquila, esperaban que Leonardo llegará pronto para comenzar a cenar; pero al pasar de horas se preocupaban más porque Leonardo no regresaba a casa, el teléfono de la casa sonó, y Donatello se levantó a contestar.

_¿Halo?_ pregunto con tono de voz tranquilo

_hola? , Doni, soy yo Martínez _ Donatello sonrió

_¡Hola! ¿Como va todo?_ preguntó mientras  sentía como un silencio incómodo se apoderaba de la conversación_ ¿Paso algo?

_lamento darte esta noticia, pero es importante_ suspiro poniéndose triste, a tal punto de casi llorar

_¿Que paso?_ pregunto asustandose_ Martínez por favor

_leonardo resultó herido en el asalto al banco de la ciudad _ sollozo secando sus lágrimas con las mangas del uniforme_ estamos en el hospital, le están haciendo una transfusión de sangre ahora, nosotros estamos esperando en la sala afuera.

_¿Te han dicho algo sobre su estado?_ pregunto alterandose, Martínez sollozo aún más

_nada, aún está en pabellón_ comento _ pero nos están pidiendo datos familiares que no conocemos, es mejor que venga el señor Splinter para dar esa información

_no te preocupes_suspiro sintiendo un nudo en su garganta_ le avisaré a mi padre lo sucedido, estaremos en el hospital en unos cuantos minutos

_gracias_ comento el policía antes de colgar la llamada_ aguanta leo, aguanta


Continuará

TOMAR NUESTROS CAMINOS  [TEMPORADA 2]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora