Veinticuatro

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Leonardo manejaba con tranquilidad por las calles, miraba a su alrededor manteniéndose alerta por cualquier problema; era una mañana tranquila y parecía que no pasaría nada, esperaba alguna señal de Henríquez o martinez a través de las radios intercomunicadoras pero nada. suspiro rendido, no quería volver a la comisaría tan pronto, no tenía nada interesante que hacer ahí y solo se aburriría mas.

se sorprendió mucho al sentir sonar su teléfono en el asiento del copiloto, lo tomo ansioso de ver quien lo llamaba; pero lo tomo mas de sorpresa, al ver el nombre en la pantalla del aparato


-¿Doctor Baxter?- pregunto sin salir de su asombro- ¿Cómo.....?

-lamento interrumpirte Leonardo- respondió evitando la pregunta incomoda de como consiguió su numero telefónico- pero hay nuevos hallazgos, necesito que vengas aquí en cuanto puedas.....

-esta bien- respondió aun con sorpresa, pero tratando de sonar tranquilo- estaré ahí como en unos 5 minutos mas o menos

-genial- respondió mientras se quedaba en silencio unos segundos- bueno, cuanto llegues aquí te cuento como averigüe tu numero ¿vale? pero trata de llegar rápido



Leonardo saco su teléfono de su oído colgando la llamada, dejo el aparato en su lugar mientras encendía el auto y comenzaba a recorrer nuevamente las calles de nueva york; aumento un poco la velocidad del auto, teniendo cuidado de no romper ninguna infracción, estaba curioso de lo que el doctor Stockman le diría. quizás por fin descubran donde esta esa banda peligrosa. le tomo menos de 5 minutos llegar, se bajo del vehículo y camino hacia la puerta que era resguardada por dos enormes gorilas llenos de músculos y hormonas; al llegar frente a ellos, un temblor recorrió su cuerpo, suspiro aliviado una vez que ellos se movieron de sus lugares y lo dejaron pasar.  


-me alegra que hayas podido venir así de rápido- suspiro el doctor mientras tomaba a Leonardo por los hombros, conduciéndolo hacia una gran mesa de metal, con diferentes objetos


entre los objetos, había un pequeño rastro de ADN (uña) que fue sacada del cuerpo de una víctima; a su lado, había sangre en un pequeño frasco y por último había un pequeño cabello rizado de color dorado


-encontré esto al revisar nuevamente los cuerpos- respondió mientras soltaba los hombros de Leonardo, ambos se acercaron a la mesa, no tanto, para no ensuciar los rastros- es super interesante como supieron esconderse la primera vez

-¿ya averiguo de quien son estas muestras?- pregunto el pelinegro impaciente, el castaño negó con la cabeza

-afortunadamente tengo todos los archivos de ADN de todos los ciudadanos de nueva york, así que buscando entre cada persona podre averiguar de quien se trata

en esa computadora también salen sus paraderos ¿cierto?- pregunto nuevamente el de ojos azules, estaba bien informado, el doctor volvió a asentir 

-si, y apenas tengamos las respuestas podrán ir a atraparlos y encarcelarlos- el doctor sonrío mientras tomaba sus manos, Leonardo lo miro con una pizca de miedo, era un poco aterrador 



(...........................)


-muy bien, solo necesito que no muevas tu brazo por un par de días y estarás bien- le dijo con una sonrisa, el niño pequeño asintió mientras secaba sus lagrimas. luego se levanto y miro a la madre del niño

TOMAR NUESTROS CAMINOS  [TEMPORADA 2]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora