Tontos

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¿Era acaso el lobo lo suficientemente valiente como para perseguir la luna?
Aquella que lo acompañaba sin importar qué, que mantenía su brillo incluso cuando el sol incandescente resplandecía mucho más que ella por el día.

¿Estaba acaso el lobo hecho para ser el alfa el cual aquella noche le confesó querer llegar a ser?
Cuando no podía ni siquiera admitir ni aceptar lo que sentía por aquella luna que brillaba hasta en la noche más oscura y nublada solo para que él no se pierda al andar.

O, ¿era acaso la luna muy inocente y estúpida?
Como para creer que un beta como el lobo del cual se había enamorado podía aullarle an ella sin importar la hora, el día o la circunstancia.

¿Estaba acaso la luna equivocada al pensar que el lobo podría ser aquel?
Aquel que la mire y admire incluso en su fase más oscura, dispuesto a conocer su lado más oscuro y, a pesar de las cicatrices sería capaz de quedarse y seguir viéndola como algo nuevo.

O ¿es que acaso ambos son dos bobos ciegos, incapaces de hacer algo por ambos sin esperar nada a cambio?
Pues el lobo, por miedo a ser abandonado, la buscaba solo cuando ya no podía más.
Y la luna, por miedo a ser lastimada, lo ignoraba cada vez más.

Ambos, por miedo a ser lo mejor que jamás hayan visto, por miedo a ser el cuadro más apreciado por el mundo entero, por miedo a ser el uno para el otro, corrían en direcciones diferentes pero siempre intentando encontrarse en algún punto de su largo y tedioso camino lleno de cobardía y temor, solo para no perder contacto...

Pues solo bastaba con una mirada al cielo, para que la luna entienda que él está ahí para ella, y con un brillo tan mágico, enigmático y celestial le bastaba a él para saber que ella estaba ahí incondicionalmente.

entre lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora