Capítulo 19

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—Kim!! —Juan venía detrás mío.

—Deja de ser tan controlador —dije dándome la vuelta para verlo.

—Y tú deja de ser tan infantil!!, me tienes harto con tus putas acciones de mierda!! —me gritó, me sorprendí, algunas personas que estaban cerca nos quedaron viendo.

—Así que soy infantil —me mordí el labio y rogué para que las lágrimas no empezaran a salir.

—Eres tan inútil maldita puta!! —Juan estaba enojado, sabía que no lo podía controlar.

—Lo siento por entrar a tu vida —me fui de ahí.

No encontraba ni a Francisco, tampoco a Ricardo, menos a Julio. Así que me fui a la segunda planta, al balcón, aprovechando que estaba sola empecé a llorar.

Cuando ya estaba un poco tranquila, me quedé viendo un punto fijo, me abracé a mi misma por el aire helado que estaba haciendo, no quería entrar.

Creo que estaba tan metida en mis pensamientos, que no vi que alguien estaba a mi lado. Yo con cuidado me limpié las mejillas, pero de reojo vi que esa persona me tendió una servilleta.

—Estas bien? —con esa voz, supe que era Alonso.

—Si —tomé la servilleta —gracias —seguí limpiando mis mejillas, luego dejé la servilleta en una mesa.

—Casi todas las personas escucharon lo mal que te trató el imbécil de Pantoja —lo voltee a ver —toma —el me puso su saco.

—Él así es —solté un suspiro.

—No entiendo por que estas con él si te trata mal —se puso serio.

—No sé, creo que... —yo no tenía muy en claro mis pensamientos.

—Acaso lo ves ahorita, aquí, pidiendote perdón? —me preguntó.

Yo voltee a ver hacia atrás, no había ninguna señal de Juan. No pude evitar así que empecé a llorar de nuevo.

—Ven aquí —él me abrazó y yo seguí llorando.

Estuvimos un rato abrazados, él me estaba consolando, cosa que esperaba que lo hiciera Juan. Luego de un rato me separé.

—Lo siento... manché... manché tu camiseta —dije sollozando.

—No importa, ahorita lo que importa eres tú —él puso su mano en mi mejilla, hicimos contacto visual, él poco a poco se iba acercando.

—Lo siento —me alejé un poco antes de que él me quisiera besar o algo.

—Es mi culpa —se alejó un poco más —quieres... quieres ir a buscarlo? —me cambió de tema.

—No hace falta que me busque —los dos volteamos a ver a Juan.

—Permiso —Alonso se fue.

—Kimberly —yo sólo rodee los ojos y me puse a ver a la calle —perdóname, sabes que soy un imbécil. No merezco tu amor —lo último lo dijo triste.

—Qué? —lo miré de reojo.

—El amor que me brindas es puro y verdadero,  y yo sólo te doy... tristeza y enojo —él soltó un suspiro —si mañana quieres irte, le diré a Francisco que... —lo interrumpí dándole un beso, ya me había quitado el saco de Alonso.

—Es cierto, tú sólo me haces llorar y enojar, pero eso no quiere decir que yo no te amo Juan —enredé mis manos en su cabello —por que yo te amo —le di un corto beso.

—Qué hacías con eso —dijo viendo con asco el saco de Alonso.

—Esta haciendo frío y alguien no me da el suyo —sonreí cuando él colocó sus manos en mi cintura.

La fiesta terminó a las cinco de la mañana. Yo estaba que me moría de sueño. Francisco, Ricardo y Julio estaban muy ebrios, Juan y unos guardias nos ayudaron a meterlos a la camioneta y por fin nos fuimos a la mansión.

—La fiesta... continua —Ricardo paso su brazo por los hombros de Francisco.

—No les respondas si te llegan hablar —me dijo Juan —ebrios de mierda —luego rodó los ojos.

Justo que llegamos a la mansión, los tres chicos cada uno se fue a un baño, a vomitar. Le pregunté a un guardia que en donde habían pastillas.

—Gracias —le dije y las fui a buscar.

Agarré tres pastillas, me fui a la cocina a buscar tres vasos con agua y dejé cada uno en la habitación de los chicos. Luego regresé a la que compartía con Juan.

—Dónde estabas? —me preguntó mientras salía del baño, al parecer se había dado una ducha.

—Fui a dejar una pastilla a los chicos, me ayudas? —me refería al cierre del vestido.

—Si, pastillas? —ahora él me preguntó mientras terminaba de ayudarme.

—Más al rato tendrán un dolor de cabeza —me quité el vestido quedando sólo en ropa interior.

—Wow!! —voltee a ver a Juan.

—Qué? —dije sin entender.

—Te haría mía ahorita, sino fuera que el sueño me está ganando —se mordió el labio inferior.

—Ve a dormir, yo iré a darme una ducha —le di un beso corto, luego corrí al baño y cerré con llave, por si las dudas.

Yo igual me estaba muriendo de sueño, pero me quería bañar si o si. Al salir me puse una toalla, abrí sin hacer mucho ruido la puerta, Juan ya estaba dormido y había dejado la televisión encendida.

Luego de que me cambié, le puse llave a la puerta para que nadie nos fuera a molestar. Me acosté en la cama, y Juan se acostó en mi pecho, pero sin poner todo su peso en mi. Y caí en un profundo sueño.

*Al Día Siguiente*

Me estaba despertando, pero me sentía liviana. Al abrir los ojos vi que Juan estaba arrecostado en la cama, su vista estaba centrada en la televisión.

—Buenos días —dije estirándome un poco.

—Buenas tardes —lo voltee a ver y él estaba con una sonrisa.

—Cómo? —me senté en la cama.

—Son las tres de la tarde —me enseñó su celular y efectivamente eran las tres.

—Con razón tengo mucha hambre —me acerqué a él y me acosté en su pecho —qué estás viendo? —le pregunté mientras veía que seguía cambiando de canal.

—Buscaba una película, pero... —unos gritos afuera de la habitación lo interrumpió.

—La puta cabeza me va a explotar!!! —escuchamos a Julio.

—Y esta pastilla? —preguntó Francisco.

—Es para el dolor pendejo —Ricardo le respondió.

—Vamos a ver? —le pregunté a Juan.

—No —él siguió cambiando de canal.

—Bueno, yo iré —me bajé de la cama y me iba a acercar a la puerta, pero Juan me tomó de la cintura e hizo que lo viera.

—Así no saldrás —él estaba serio.

Vi mi pijama, entonces entendí. Nos cambiamos más decentes y salimos de la habitación. Juan fue a ver los chicos por que no quiso ir a ver a su padre, así que yo fui. Toqué dos veces la puerta, hasta que escuché un "pase", abrí la puerta.

—Hola —le sonreí.

—Hola, gracias por la pastilla —se estaba terminando de poner la camiseta.

—De nada, va a salir hoy? Y cómo se siente? —le pregunté.

—Si, tengo una misión. Me siento bien, gracias por preguntar. Irás a ver a tu padre hoy? —ahora él me preguntó.

(....)

Mi Mayor Obsesión (JD Pantoja & Kim Loaiza) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora