Capítulo 21

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Ya era hora de que nos teníamos que ir, siendo sincera yo no lo quería dejar, pero tampoco quería dejar a Juan, ellos dos son importantes en mi vida.

—Y porque no se quedan esta noche —mi padre nos sonrió.

—Por mi esta bien —le sonreí y volteé a ver a Juan.

—Igual —Juan también sonrió.

—Se pueden quedar en tu habitación hija —él me dio un beso en la frente —yo me retiro, buenas noches —nos sonrió y se fue.

Con Juan apagamos las luces y nos fuimos a mi habitación, yo me puse mi pijama y él se quedó solamente en bóxer, cerré la puerta con llave, nos acostamos y los caímos en un sueño profundo.

*Al Día Siguiente*

Me desperté por que me sentía libre, osea, que sentía que Juan no estaba a mi lado, lo confirmé cuando abrí los ojos y él no estaba. Me di una ducha y luego me cambié de ropa, bajé a la cocina por que escuchaba voces, al entrar vi que los dos hombres de mi vida estaban haciendo el desayuno.

—Esto no se ve todos los días —dije con una sonrisa.

—Juan se ofreció a ayudarme a hacer el desayuno —mi padre me sonrió.

—Nunca me cansaré de agradecerle suegro por haber ayudado a los chicos y a mi en la cárcel —Juan puso tres platos en la mesa.

—Tranquilo yerno, eres la felicidad de mi hija, si ella es feliz yo también —no pude evitar ir a darle un abrazo a mi padre.

—Tú igual eres mi felicidad papá —le sonreí.

—Lo sé —él me dio un beso en la cabeza —vamos a comer antes de que se enfríe la comida.

La comida se miraba tan rica, pero sentía que se me revolvió el estómago, me puse la mano en la boca y salí corriendo directo al baño.

*Narra Juan*

Vimos que Kim salió corriendo, yo no lo dudé y salí corriendo detrás de ella, llegamos al baño, ella empezó a vomitar en el inodoro, yo sujeté su cabello para que no se fuera ensuciar. Pase mi mano por su espalda. Cuando ya estaba más tranquila, mi suegro trajo un vaso con agua y dejamos que ella se limpiara.

—Qué habrá pasado? —mi suegro estaba preocupado.

—Igual me pregunto lo mismo —estábamos afuera del baño esperando a Kim. Ella salió después de tres minutos.

—Lo siento —se limpió la boca con una toalla.

—Qué tienes amor? —con cuidado le hice una coleta de caballo.

—Ni yo lo sé —nos fuimos a la cocina.

—Quieres que te llevemos al hospital? —mi suegro se puso al lado de ella.

—No, estoy bien —ella nos sonrió —creo que sólo ocupo descansar —me volteó a ver.

—Esta bien —saqué las llaves de mi auto.

—Si te vuelves a sentir mal me llamas por favor —Kim y mi suegro se dieron un abrazo, yo le di la mano y salimos de la casa.

En el camino de regreso a casa, Kim iba viendo por la ventana, mientras que yo iba manejando, en un momento tomé su mano con la mía.

—Segura que estas bien? —le pregunté.

—Si —ella soltó un suspiro —sólo tengo un dolor de cabeza, pero con una siesta se me quita —siguió viendo por la ventana.

Llegamos a la mansión, Kim se fue a nuestra habitación, mientras que yo me fui a buscar a los chicos, los encontré hablando con unos guardias. Me puse en medio y vi que estaban viendo un mapa.

—Qué hacen? —vi que el mapa estaba con unos círculos rojos en varios lugares.

—Estamos viendo varias opciones para conseguir dinero —respondió un guardia.

—Cuándo irán? —hice otra pregunta.

—Hoy en la noche iremos a todos estos lugares —dijo Ricardo señalando los lugares que marcaron.

—No los podré acompañar, Kimberly se siente mal —solté un suspiro.

—Tranquilo, cualquier cosa que pase nos acompañarán como cien guardias —dijo Ricardo.

—Con permiso —los guardias se fueron.
—Sabes qué es lo que tiene Kimberly? —me preguntó Francisco.

—Vomitó y tiene dolor de cabeza, ahorita está dormida —dije viéndolos.

—La llevarás al hospital? —me volvió a preguntar Francisco.

—Yo digo que es lo mejor, pero ella no quiere ir —levanté los hombros.

—Crees que esté embarazada? —Francisco y yo volteamos a ver a Ricardo.

—Bromeas? —le respondí.

—No te gustaría formar tu propia familia? —me preguntó Francisco, al parecer apoyaba la idea de Ricardo.

—Pues sí, pero no me gustaría que le llegue a pasar algo malo a Kimberly a mis hijos —me puse serio.

—Amigo, sabes que estamos para protegernos entre nosotros —Ricardo puso su mano en mi hombro.

(....)

Mi Mayor Obsesión (JD Pantoja & Kim Loaiza) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora