Capítulo VII

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A la mañana siguiente, Trafalgar amaneció sobre su cama cubierto con las algas trenzadas que le servían como cobija, la dejo a un lado solo para poder estirar sus brazos, el cabello largo le estorbaba en su visión, por esa ocasión lo peinaría en u...

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A la mañana siguiente, Trafalgar amaneció sobre su cama cubierto con las algas trenzadas que le servían como cobija, la dejo a un lado solo para poder estirar sus brazos, el cabello largo le estorbaba en su visión, por esa ocasión lo peinaría en un chongo y sostendría su flequillo con una diadema de perlas, incorporo su cuerpo solo para continuar con su estiramiento, revisó los bocetos clavados en la pared, iría a visitar al tritón a su castillo de coral para sus revisiones diarias. Ingirió unos pescaditos antes de empezar con su rutina. La familia le saludo como de costumbre, antes de cumplir con sus obligaciones diarias.

Ese día el ambiente era bastante tranquilo, el equipo de excursiones llegaba al complejo de castillos, con bolsas llenas de plantas especiales y objetos del mundo humano, incluyendo joyas.

— Buenos días tenga usted Doctor Trafalgar, hemos traído las plantas medicinales y extrajimos el veneno de los peces globo que encargo, todo fue enviado a su hogar. — dijo aquel tritón de mayor musculatura y una cicatriz en el torso.

— Ah bien, gracias Zoro-ya, por favor si trajiste algo resistente, pero al mismo tiempo flexible envíalo a mi castillo, hubo una situación con...

— ¡Toraooo! — Luffy grito eufórico, se lanzó por la espalda del médico solo para abrazarlo. Para su desgracia se lanzó hacia él con tanta fuerza que terminó por empujarlo a las bolsas que dejaron sobre las piedras lijadas. — Ups, lo siento, es solo que tengo que contarte lo que viví en el abismo.

— estaba a punto de zarandearlo, apretó la mandíbula con fuerza, rechinaron sus dientes, sus manos arrugaron la tela de las bolsas.

— Luffy, ya te dije que no le hagas eso, es nuestro Doctor y si nos lo matas Chopper va a tener que tomar su lugar, sabes que todavía sigue aprendiendo, solo tiene 40 años. — dicho esto ayudo a Law a recuperar el equilibrio en el agua.

— Ahora no tengo tiempo de escucharte Mugiwara-ya. — le quitó el sombrero que le ayudo a ponerse el otro día, lo dejo flotando por ahí solo para irse al castillo, Tony ya debería estarlo esperando ahí.

Al llegar no tuvo que pedir permiso para entrar o para ingresar directamente a la habitación del tritón herido, se encontraba acostado cubierto por aquella extensión de algas trenzadas.

— Law, no deja que su familia lo ayude y mucho menos quiere comer. — Tony giró su cabeza empujando el cabello castaño que le estorbaba.

El primer paso que hizo fue peinar a Tony con dos chongos como los suyos, los sujeto con el propio cabello, procedió a quitar el montón de vegetación de encima del paciente.

— Escucha, el hecho de que ya no tengas brazo o lo más importante tu aleta no quiere decir que no puedas llevar una vida normal, estuve trabajando en algo desde que me fui. — rebuscó en su bolsa la piedra en la que dibujo diversas siluetas y estructuras. — Con los materiales que encontré en mi viaje pude pensar en una "prótesis" te será útil mientras los materiales no se desgasten. — sacó la piedra lisa para mostrarle sus dibujos y anotaciones.

Las serenatas provocan tsunamisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora