Capítulo XIX

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♫ Klavier ---- Rammstein

Trafalgar Law se quedó en silencio observando al humano que se quedo mudo, con los ojos cerrados, en ese estado podía admirar sus pestañas rojas que se mojaron por sus lágrimas, Law se alteró al verlo llorar, puesto que era lo mismo que le ocurrió...

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Trafalgar Law se quedó en silencio observando al humano que se quedo mudo, con los ojos cerrados, en ese estado podía admirar sus pestañas rojas que se mojaron por sus lágrimas, Law se alteró al verlo llorar, puesto que era lo mismo que le ocurrió a él cuando creía que Kid lo había abandonado, pensó que estaba sufriendo; acunó su rostro entre sus manos, apretó ligeramente su piel.

— Eustass-ya despierta, por favor, dime que te pasa, ¿Qué te duele? — preguntó empezando a entrar en desesperación hasta que lo vio abrir los ojos mientras curvaba sus labios en una sonrisa pequeña, esto lo dejo confundido por lo contradictorio de sus expresiones.

— No me duele nada, ya no me duele nada, cuando estoy contigo nadando libre en el mar todos mis malestares desaparecen, el agua y tu compañía se llevan todo lo malo. — depositó suavemente la roca en el piso a un lado de su muslo, sobrepuso sus manos en las del tritón, frotó sus mejillas como si fuese un gato restregándose en una superficie cómoda. Kid llenó de besos cortos las manos que lo acariciaban con amor.

— ¿Por qué te sale agua de los ojos? ¿por qué estas sonriendo?, no tiene sentido, a mí me salió agua de los ojos porque estaba sufriendo por tu ausencia, ¿Cómo puedes decir que estas bien? — apoyó su frente contra su pecho caliente, arrugo las cejas y cerro sus ojos, estaba sintiendo esa picazón de nuevo, esto era el indicador de su cuerpo para decirle que iba a salirle agua otra vez.

— Law, no me has entendido, podemos llorar por muchas razones y no todas son malas, yo no sufro ahora, cuando estoy a tu lado todo mejora, mi vida es mejor desde que te conocí, lloro porque estoy feliz, tu regalo me ha conmovido; tuve un buen escenario imaginario. — abrazó a Trafalgar por los hombros, arrullándolo contra su pecho. — Yo estaba en tu hogar, vivía como un tritón de aleta rojiza, estabas tú también, te veía atender a la gente con amabilidad y empeño, luego estábamos en un bonito castillo de coral y roca, era tuyo, me dejabas vivir eternamente a tu lado. — hundió su cara en la cabellera húmeda del tritón, aumento la fuerza de su abrazo.

— confundido correspondió el abrazo, quería ver su cara, sin embargo, por la fuerza ejercida sobre su cuerpo apenas podía moverse, el latido del corazón de Eustass le brindaba una calma superior a la que el sonido de las olas chocando con las rocas lo hacía.

Se mantuvieron abrazados un buen rato, acariciando sus pieles con delicadeza. Hasta que Kid lo separó un poco solo para cargarlo entre sus brazos, levantarse del piso y caminar fuera de la casa, aunque no tenía la fuerza suficiente en esos momentos para llevar tremenda carga, lo hizo, lo llevo hasta el mar, donde se sumergió poco a poco hasta que Trafalgar pudo nadar por sí solo.

— Eustass-ya... — llamó mientras sostenía las manos ásperas y grandes del humano, notando que sus uñas eran de un color diferente.

— ¿Qué? — pregunto con voz un poco fastidiada.

Las serenatas provocan tsunamisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora