De niños, los cuentos sobre criaturas mitológicas siempre nos motivan e inspiran en nuestro día a día, aunque en pocas ocasiones nuestras vidas nos guían en algún punto a "encontrar algo". Por ser humanos dejamos de lado la grandiosa habilidad de cr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kid se encontraba tomando una siesta en su camarote, Killer le acompañaba, pues pasaron toda la tarde revisando las nuevas partituras, incluso descartando algunas letras que estaban de más, era obvio que eso era un trabajo de equipo, pero siempre era Kid quien realizaba las composiciones y escribía las canciones, los demás solo daban opiniones y sugerencias; no se quejaban, ellos no tenían la increíble habilidad del joven que fungía como vocalista y guitarrista.
Esa noche llevaba la pinta de ser muy calmada, sin nada fuera de lo común, o al menos eso se pensaba, una voz que bien conocía Kid estaba cantando "Promises", el humano se incorporó en su cama, miro directamente la ventana redonda, su vista le permitía observar el mar en movimiento, pero lo que le importaba era esa voz que hacía eco, sin despertar a Killer, quien dormía en el suelo de su habitación sobre un montón de almohadas, salió del camarote, descalzo, sin nada más que su pijama...
Esa voz, como la primera vez que la escucho, lo hipnotizo hasta el punto de que no era consciente de sus acciones, solo camino hasta ese lugar al que solía asistir todas las noches, exceptuando esa.
Haciendo a un lado las plantas que le estorbaban se abrió paso entre la maleza, ahí estaba, Trafalgar sentado en la roca, dándole la espalda, era igual de hermoso...
— Law. — susurró mientras pegaba su pecho a la roca, levantó el mentón solo para poder seguir admirando la belleza de aquel tritón.
— detuvo su cantar solo para mirar por encima de su hombro con la vista enfocada en la cara de Eustass. — Eustass-ya...
— ¿Don... — no terminó de entablar su pregunta, porque varias envolturas de basura le cayeron en la cara.
— Toma tu basura, no contamines el mar, los animales se llegan a tragar esto y se asfixian. — dijo sin dejar de verlo.
— Esta basura es de los dulces que traje la otra vez, están vacías, ¿por qué me las regresas ahora?, pudiste botarlas en la arena. — dobló las envolturas y las metió en el bolsillo de su pijama, escaló la roca solo para poder sentarse a lado de Law. — ¿Por qué no las tiraste tu?
— Son tus cosas, es tu responsabilidad. — cruzó sus brazos sobre su pecho tatuado.
— Cortaste tu cabello, ¿perdiste tus poderes? — acercó su mano para acariciarlo.
— ¿De qué estúpidos poderes estás hablando? — empujó su mano para evitar su contacto.
— Hablo de tus poderes mágicos como tritón, se supone que por esa razón no se cortan el cabello y si lo hacen los pierden.
— Te mintieron, nosotros tenemos cabello común y corriente, solo se enreda y ya... me lo corte por comodidad.
— Te ves muy guapo de esa forma, te va mucho mejor el cabello corto, ahora puedo ver mejor tus facciones y tu rostro, aunque me gusta más que ya no tengas ese flequillo estorboso que me impide ver tus ojos, ¿todos tienen el mismo color? O ¿solo existen dos variantes o cuantas de color de ojos?
