Capítulo IX

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Kid se quedó como novia de pueblo, vestida y alborotada, bueno al menos no recibió un golpe esa vez, aunque posiblemente la siguiente noche le sería lanzada una piedra filosa o incluso un montón de erizos de mar, fue una victoria que agregar a su ...

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Kid se quedó como novia de pueblo, vestida y alborotada, bueno al menos no recibió un golpe esa vez, aunque posiblemente la siguiente noche le sería lanzada una piedra filosa o incluso un montón de erizos de mar, fue una victoria que agregar a su enorme lista, ¿Quién puede decir que hizo sonrojar a un tritón? nadie en su puta vida puede decir eso, bueno tal vez...

— Ja, es bastante lindo, pero lo sería más si fuese un poco menos agresivo e impulsivo, no, la verdad es que no. — miró alrededor del mar y observó que varias de las bolsas plásticas flotaban en la superficie acuosa, algunas ya estaban vacías, otras a medio comer y otras tantas completamente cerradas. Yendo a dejar todas sus pertenencias en un lugar seco, o lo más seco posible... recogió absolutamente todas las bolsas y las dejó sobre la roca, para que cuando Law regresara pudiese comer más chocolate con café, al fin y al cabo, todo eso era para él, un bonito obsequio.— Me encantara verte otra vez Trafalgar, te estaré esperando aquí para mostrarte una nueva canción, sé que te va a fascinar, porque eres tú en quien pienso desde que te conocí, te incrustaste en mi mente como el erizo negro en mi piel.

Repitiendo la misma rutina de siempre, tuvo que regresar a su barco, donde Killer lo esperaba con un montón de toalla secas y limpias, además de unas sandalias extra, la verdad estaba harto de estar secando toda el agua que el guitarrista metía, por no mencionar la arena que se quedaba pegada a la blanca piel de su hermano.

Iban a disfrutar sus últimos 8 días de vacaciones, antes de volar en un avión directo a Miami, necesitaban llamar a las personas de siempre para que se llevasen el barco dentro de 2 días, de ese modo se asegurarían de que el Victoria Punk llegó a su destino sin un solo rasguño y ningún inconveniente.

Por esa ocasión para su siguiente encuentro con el ser místico, optó por preparar un termo lleno de café, sin leche, ni crema ni azúcar, era muy probable que le gustaría, una bebida exquisita; si Trafalgar fuese un humano (rogaba a Dios que jamás se convirtiese en un humano) lo llevaría por todo el mundo a recorrer cafeterías para probar las distintas formas de preparar tan exquisita droga.

Una vez más, esperando sobre esa roca comenzó a tararear una canción distinta a la otra, por aquella ocasión optó por no llevar ninguna guitarra o algún otro de los instrumentos de cuerda, solo serían Law, su voz y él.

— Ya era hora de que aparecieras Eustass-ya, como te gusta estar jugando con el tiempo de los demás. — dijo sin dejar de verle desde la distancia.

— Y a ti te encanta estar emboscando a la gente, Law.

— No, solo a ti, es divertido echar a perder tus planes y sacarte de quicio. — esbozó una ligera sonrisa llena de burla.

— ¿Y te gustaron los dulces? Veo que no dejaste ni uno solo, ¿Dónde está las... — su cara fue cubierta por un montón de bolsas plásticas y envolturas de golosinas que ya conocía.

— Toma las envolturas, tíralas ahora fuera del mar. — ordenó sin interesarle lo que acababa de hacer.

— Eres un ser muy caprichoso Law. — tomó las bolsas y las guardo en su mochila. — Oye, ¿tú tomas algo?

Las serenatas provocan tsunamisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora