Capítulo XV

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La corriente del agua siguió su ritmo, al parecer estaba lejos de acabar, Law no podía permitir que volviese a ocurrir el incidente de hace unos minutos, por lo que aun en contra de los deseos de Eustass, lo abrazo y lo llevo a la orilla

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La corriente del agua siguió su ritmo, al parecer estaba lejos de acabar, Law no podía permitir que volviese a ocurrir el incidente de hace unos minutos, por lo que aun en contra de los deseos de Eustass, lo abrazo y lo llevo a la orilla. — Obedéceme una vez en tu vida y quédate a salvo en la orilla. — dijo mientras se aseguraba de que Kid tocase la arena.

— No tiene mucho sentido, el salvajismo del mar me volverá a arrastrar.

— Si te arrastra yo volveré a regresarte a tierra, no me importa cuantas veces intente tragarte, yo... te ayudare. — declaró tomando la mano humana y entrelazando sus dedos.

— Gracias, pero ya deberías saber que a mí no me importa eso, el mar solo estaría reclamando lo suyo. — esbozó una sonrisa mientras se acomodaba contra una de las rocas para darse estabilidad.

— apretó los labios, bajo la mirada pensando bien las palabras que le diría. — No digas ese tipo de cosas, el mar puede ser caprichoso...

— Conozco a alguien que es así, y me gusta mucho. — le dio un beso tronado en los labios, para después recibir otro golpe de una ola.

— No creo que el mar vaya a calmarse ahora, deberías volver mañana, de seguro hará un mejor clima. — se soltó de la roca de la cual también se aferraba junto a Kid, el mar lo jalaba hacia él.

El guitarrista no quería alejarse en ese momento, no después del beso, no después de su declaración, bien sabía que al día siguiente debía partir para hacerse los susodichos exámenes.

— No Law, no quiero apartarme de tu lado ahora, ni nunca, sin embargo, sabes que mañana debo irme, por ello no me interesa lo agresivo que sea el clima ahora, deseo pasar el tiempo contigo. — alcanzó a tomar su mano antes de que fuese arrastrado, lo jalo hacia su cuerpo para poder abrazarlo con un brazo y empezar a recorrerse hacia atrás con ayuda de su mano libre, su objetivo era mantenerlo cerca el mayor tiempo posible.

— recargó su cabeza en el pecho de Kid, estaba algo tibio. Conforme pasaba el tiempo podía sentir el palpitar de su corazón, era una melodía intensa y la amaba, era diferente a todo lo conocido. — ¿Cuánto tardaras en regresar?

— Dos semanas más o menos, si todo sale bien una semana y media, no quiero irme tanto tiempo y dejarte solo. — abrazó con más fuerza contra su pecho, enserio no quería soltarlo.

— Tu corazón late fuerte Eustass-ya, es como ese sonido que a veces se escucha cuando subes a tu barco y tocas para otros que no soy yo. — acarició toda esa piel con las yemas de sus dedos, siguiendo un camino indefinido de sus brazos.

— Si, Killer hace ese sonido con algo que se llama batería, cuando regrese te mostraré videos de él practicando. — levantó el mentón de Law solo para plantarle un beso en la nariz y en los labios.

Los besos no se detuvieron, en vez de hablar dejaron que sus acciones transmitieran sus sentimientos, ya no le daban importancia a la furia de la naturaleza, ya se encontraban más cerca de la puerta del hogar de Kid que del mar, por lo que estaban más seguros. Law se encontraba totalmente recostado sobre el cuerpo de Eustass, su aleta se agitaba felizmente de un lugar al otro entre las piernas de quien lo abrazaba con ternura y acariciaba cada parte de su espalda. Kid completamente acostado sobre el suelo, restándole importancia al dolor que sufriría después por estar recargado en una superficie para nada cómoda.

Las serenatas provocan tsunamisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora