6|Un dólar por maldecir

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NINA HANNIGAN

Horrible. Insoportable. Asqueroso. Eso es lo que se siente al tener un constipado descomunal. Tenía los ojos hinchados y la nariz roja e irritada. Por suerte no había tenido fiebre, y ahora me encontraba mejor, pero cuando desperté al día siguiente de la tormenta, me sentía como si me hubieran pasado por encima un camión. Llevaba dos días sin ir a trabajar, no me gustaba faltar al trabajo, pero Kelsie me había obligado a quedarme en casa y que ella lo tenía todo controlado en la floristería.

Papá había venido a mi piso para estar conmigo, mis dotes de cocina eras escasos, así que se había encargado de hacerme sopas calientes, y muy ricas, y algunos otros platos deliciosos. Era un cocinero excelente.

—¿Te has tomado la pastilla? —Preguntó cuando volvió al salón tras dejar los platos sucios en la cocina.

—Sí, papá.

—Tu hermana vendrá dentro de poco a verte. Y Nora y Ben te mandan saludos y te piden que te cuides. Nora quería venir a verte, te echa de menos.

—Es mejor que espere a que me recupere. No quiero pegarle nada nadie. Pero parece que tú y Kels no me haréis caso.

—No refunfuñes, soy tu padre y voy a cuidarte.

—Tengo veinticuatro años, soy mayorcita. Pero en realidad me gusta que estés aquí. Y adoro tus comidas.

—Siempre cocinaré para ti, pero deberías aprender a cocinar más allá de unos macarrones y precalentar fideos.

—Lo sé.

El timbre sonó y papá fue a abrir a Kelsie.

—La jefa ha llegado... —murmuré.

Apoyando un brazo en el reposabrazos del sofá, me giré para ver a una Kelsie sonriente cuando llegó al piso alzando un táper por encima de la cabeza.

—¡La mejor hija y hermana del mundo ha llegado! ¡Y con regalo incluido! —habló entusiasmada.

Bajó el táper de su cabeza y se acercó a darle un abrazo a papá tras saludarlo.

—La mejor hermana lo acepto. Pero la mejor hija soy yo —refuté.

—Niñas, no hay competición de quien es la mejor.

—Eso es porque yo lo soy —bromeó mi hermana.

—Ya quisieras —murmuré—. Entrégale las galletas de Kat a su dueña —alcé mis manos hacia ella para que me las pasara.

—¿Cómo sabes que son galletas y las de Kathrin?

—Ese olor es inconfundible —contesté al abrir el táper cuando me lo dio.

—Tienes mejor cara. Ya no eres Rodolfo el reno.

—Gracias por tu bonita comparación, Kels —engullí una de las sabrosas galletas—. Lo aprecio con todo mi corazón.

—Kelsie Hannigan, no hables así a tu hermana.

—Es con cariño, papá.

—¡Ja! Te ha reñido —me burlé, riéndome.

—¿Qué tienes cinco años? —rodó los ojos—. ¿Te hace la misma gracia que te diga que Creed ha venido a la floristería? A buscarte... —mi risa se detuvo de golpe.

—¿Qué?

—Deberías verte la cara, —Kelsie carcajeó señalándome— es buenísima.

—¿Quién es Creed? —Preguntó papá.

—El dueño del taller que hay detrás de la floristería.

—¿Habláis de CIWEX? ¿El taller de los hermanos Wexler? —las dos giramos la cabeza con rapidez hacia mi padre.

El Significado De Las Flores (Amores Eternos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora