13|Canciones, cicatrices y confesiones

32 3 1
                                    

CREED WEXLER

—Ian —Llamé a mi hermano mientras limpiaba mis manos con una toalla limpia.

—¿Qué? —Contestó aún metido debajo de un Renault gris.

—¿Cómo le pido salir a alguien?

Las ruedas de la camilla chirriaron cuando mi hermano salió rápidamente debajo del coche y se levantó.

—¿Perdón? ¿Qué has dicho?

—Lo que has oído.

—A ver Creed... —Sacudió su cabeza rápidamente, como si tratara de asimilar algo que creía imposible—. ¿Te refieres a salir de salir o a salir de la otra forma?

—¿Qué coño dices? ¿Puedes hablar en cristiano?

—Quiero decir que si te refieres a salir de pedirle a alguien que sea tu pareja o... salir de ir a tomar algo.

—Lo segundo, Ian.

—Ah. Eso es más propio de ti.

—Ignoraré el tonito de voz que has puesto al decir eso... ¿Qué tengo que hacer?

—No creo que sean tan idiota como para no saber decirle a alguien: Oye, ¿quieres que vayamos a tomar algo luego?

—¿Ya está?

—¿Sí?

—Pues vaya mierda de ayudante estás hecho.

—Oh, espera... —ladeó la cabeza y sonrió pícaramente—. Vas a invitar a Nina a salir.

—Sí. ¿Y por qué sonríes de esa forma tan extraña? Parece que te haya dado una parálisis facial —hice una mueca de desagrado.

—Idiota... —murmuró—. Lo digo porque dijiste que entre Nina y tú solo podría llegar a haber una amistad, y por tu repentina pregunta y por tu cara, no parece una salida de amigos.

—Somos amigos.

<<Aunque me haga sentir cosas tan... indescriptibles y que deberían acojonar a cualquiera>>, pensé.

—Si...

—Vamos, Ian ayúdame. No quiero ser un gilipollas con ella

—¿Acabas de admitir delante de mí que te sueles comportar como un gilipollas? Creo que estoy alucinando.

—Si te doy un puñetazo por idiota sí que vas a alucinar.

—Eh, ¿a qué no te ayudo?

—Está bien —gruñí—. Bueno... No quiero ser un capullo, así que, ¿qué hago? Y no quiero que parezca que la invito a una cita, por qué no lo es. Es solo una salida.

—Sí, claro, una salida... —murmuró y lo ignoré—. A ver, dijiste que ella quería ir a probar tu gimnasio, ¿no? —Asentí—. Pues invítala a ir contigo mañana, y después, con la excusa de que se ha hecho algo tarde, la llevas a cenar a un sitio que pueda gustarle. Además, su coche está listo, así que puedes ir a verla a la floristería y decirle esas dos cosas.

—Esa es... una buena idea.

—Siempre tengo buenas ideas.

—Tampoco fanfarronees, Ian —negó con una pequeña sonrisa en los labios.

Unos segundos después su cara sonriente fue sustituida por una totalmente seria.

—Sé bueno con Nina, parece una buena chica. Creo que podría acabar siendo una buena amiga para Violet, pero no solo eso, sino que creo que podría ser buena para ti, no la cagues —palmeó mi hombro con delicadeza.

El Significado De Las Flores (Amores Eternos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora