3|Una gata instagrammer, un me gusta accidentado

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NINA HANNIGAN

El sábado me desperté más animada. Hablar con mi padre me había hecho reflexionar, sabía que él estaba aprendiendo a vivir con la ausencia de mamá y, aunque a mí aún me estaba costando, ver que él avanzaba me servía de mucho.

Al estar más animada, me puse música mientras me daba una ducha, más lenta de lo que había planeado, y después de vestirme me comí uno de los pastelitos de Red Velvet, que papá me había hecho llevarme a casa anoche, para desayunar al ver que iba algo tarde como para desayunar en Deschamps.

Mientras terminaba de atarme los zapatos mi gata comenzó a pasearse por el hueco entre mis piernas hasta que se tiró encima de mis pies estirando su largo cuerpo para llamar mi atención.

—Venga, Patitas, levanta —rasqué su barriga, haciéndola ronronear—. Tengo que ir a trabajar —maulló en respuesta—. Sé que odias que te deje sola todo el día, pero hoy volveré pronto y te daré todo el cariño que quieras. —maulló de nuevo mientras se levantaba de mis pies y se iba corriendo hacia la cocina.

Después de ponerle de comer y darle unas cuantas caricias a mi gata con dependencia afectiva, cogí mi bolso y las llaves de mi viejo coche y me dispuse a irme a la floristería.


La dos primeras horas de la mañana Kelsie y yo habíamos estado ocupadas preparando pedidos y atendiendo clientes, pero después de eso la cosa empezó a calmarse, así que nos tomamos un descanso para tomar un café y volvimos al trabajo.

Estaba terminando de preparar un pedido con Kelsie, cuando ella salió a por unos lacitos para decorar uno de los ramos que estábamos elaborando cuando la campanita de la tienda sonó. Supuse que mi hermana atendería a la persona que había entrado cuando volvió para decirme que había una mujer fuera buscándome.

—¿Una mujer?

—Sí. Me suena de haberla visto en el súper o algo así.

—Eso me ayuda muchísimo, Kels. —ironicé.

—¿Qué quieres que te diga? —se encogió de hombros—. No sé quién es, solo me suena de haberla visto por el pueblo.

—No importa. —me levanté de la silla en la que estaba sentada y dejé sobre la mesa el ramo que estaba haciendo—. Saldré a averiguar por qué me busca.

Dejando a mi hermana sola, salí a descubrir quién era la mujer misteriosa que había venido en mi búsqueda.

La vi enseguida. Una mujer de estatura media de pelo castaño oscuro, con algún que otro reflejo gris por las canas, estaba admirando los alrededores de la floristería con una bonita sonrisa en sus labios. En cuanto se dio cuenta de que estaba allí se acercó a saludarme.

—Tu debes ser Nina.

—La misma —le devolví la sonrisa—. Mi hermana me ha dicho que quería hablar conmigo.

—Oh, sí. Me han recomendado que viniera aquí y preguntara por ti para que me aconsejaras como es debido.

—La aconsejaré en lo que sea. Cuénteme que es lo que busca.

—Hace poco que decidí jubilarme, y quería hacer algo nuevo. Tengo un gran jardín en mi casa pero nunca lo he aprovechado, y como siempre me han gustado las flores, he decidido poner en marcha un aprendizaje sobre flores y llenar mi jardín de ellas. —sus ojos verdosos me miraron con ilusión.

—Eso es genial. Si quiere aprender creo que soy la persona perfecta para enseñarle. ¿Ha plantado alguna vez?

—Jamás.

El Significado De Las Flores (Amores Eternos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora