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El dinero lo es todo, ese era el lema de Juan Osorio, el multimillonario dueño de media ciudad de México, eso sí, nadie más que su familia y sus trabajadores lo sabían, pues engañaba al gobierno y a las autoridades contratando a gente para hacerse pasar por negociantes, y así, ir comprando todo lo que se estuviera vendiendo, poco a poco convertirse en el multimillonario mas famoso de todo México.

La gente se preguntaba cómo es que un hombre que hace 10 años no tenía absolutamente nada, ahora tiene una mansión de mas de 22 millones de pesos, mas de 20 tipos de autos y con alrededor de 2 mil personas sirviéndole.

Pero alguna debilidad tendría que tener éste hombre...y así es, Niurka Osorio, Alejandra Osorio y Emilio Osorio son su debilidad. Juan decía que el dinero lo era todo porque era lo que se necesita para mantener a una familia feliz, y tenía razón, pues tiene una esposa a la que le dá la mejor vida junto con sus hijos que siempre le agradecen por todo lo que su padre les brinda, la familia Osorio no solo era la familia multimillonaria, también era una familia unida.





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A las afueras de la CDMX - mansión de la familia Osorio .

"Señor, perdón por interrumpir sólo vengo a avisarle que todo está listo para irnos" - dijo el pelinegro entrando a la sala junto a 2 hombres a su lado.

"Gracias Albert , puedes retirarte" - respondió Juan asintiendo al pelinegro antes de voltear a ver a su hijo.

"Es hora, hay que irnos" - dijo antes de ponerse de pié y salir de la casa rumbo a la parte trasera de la mansión junto con el rizado, ya que un jet privado los esperaba para despegar.

Emilio Osorio era el hijo menor de Juan, apesar de tener sólo 25 años era ya todo un hombre de negocios, es un joven muy codiciado por las mujeres, pues posee un rostro que parece esculpido por los mismos dioses, aparte del cuerpo trabajado que había debajo de ese traje negro que valía miles de pesos. Sólo existía un pequeño no tan pequeño detalle, digamos que a aquel bello caballero, no le iban las mujeres y menos sino eran un castaño de ojos mieles.

"¿Estás seguro que no llevarás a más gente?" - preguntó mirando a su padre, quién estaba en el asiento frente a él.

"Tranquilo Emilio, no tengas miedo, sólo voy a cerrar un negocio, no a matar a mis socios" - lo calmó inclinándose para acariciar la rodilla de su hijo en señal de tranquilidad.

"No es miedo, solamente es precaución, es la primera vez que te reúnes personalmente con ellos" - dijo el rizado palpando la mano de su padre, Juan nunca hizo algún rechazo a su hijo al saber que a éste le gustaban los hombres , incluso lo apoyó para que ninguno de los negociantes con los que trataba se sintiera con poder de hacerlo menos por ser gay.

"En 5 minutos estaremos llegando señor" - avisó Albert  acomodándose mejor en su asiento y persinándose por quinta vez en el viaje, a pesar de ya haber viajado mucho junto a Juan, no terminaba de acostumbrarse a los viajes en jet.

365 Days // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora