Emilio Osorio es hijo de un multimillonario, su vida era despreocupada hasta que un suceso cambia todo su destino y comienza a vivir una vida un tanto peligrosa.
Joaquín Bondoni, una persona inocente que no sabe que su vida oued3 dar un giro de 180...
No estaba claro si lo que había pasado entre Emilio y Joaquín había sido Amor ó Guerra, pero lo que si estaba completamente claro es que todo eso había marcado un antes y un después en su relación. Cuándo se recuperaron del orgasmo, Joaquín se colocó un bañador y se dispuso a broncearse en los camastros del yate, en cambio, Emilio se tiró sólo al mar completamente desnudo después de rogarle mil veces a Joaquín de que se tirara con él, pero el ojimiel sólo respondió que por hoy ya había tenido suficiente contacto con el mar.
El rizado salió del agua y se encaminó hacía dónde estaba el castaño, subió las escaleras a la segunda plataforma del yate y un sentimiento cálido se situó en su pecho, Joaquín estaba acostado sobre el camastro, con los ojos cerrados y con el ceño relajado, su piel tenía una capa de sudor y un tono un poquito más oscuro, le dieron ganas de besar cada pulgada de su piel.
Caminó y cuándo estuvo cerca de él se inclinó apoyando sus brazos a los lados de los hombros del ojimiel y lo besó, le tomaron segundo a Joaquín corresponder al beso, pero cuándo sintió el sabor de los labios se dió cuenta que pertenecían a los de Emilio, dulces, pero sin empalagar, era un sabor natural y único que comenzaba a volverlo loco, descubrió que su nuevo hobbie es besarlo.
El mayor acarició con su lengua los labios de Joaquín pidiendo permiso para adentrarla y cuándo éste entreabrió los labios los atacó con los suyos en un beso pasional que dejaba expresar todo lo que sentía el oji-café por él, se besaron por unos segundos más hasta que por la falta de oxigeno se separaron jadeando sobre los labios del otro, cuándo abrieron sus ojos sonrieron a la par, se habían dejado de ver sólo unos minutos, pero estaban felices de poder verse otra vez y mejor si era así de cerca.
- Vamos a la cama - susurró el castaño acariciando la mejilla de Emilio.
- No haz dormido nada, además te tengo una sorpresa - dijo el rizado besando castamente los labios de Joaquín.
- Tus sorpresas me dan miedo - murmuró con intriga.
- Ésta no te dará miedo porque te llevaré a un Baile de Antifaces - excusó Emilio sonriendo.
- ¿Un baile?
- Así es
- ¿Con ropa de Gala y personas Importantes?
- Ajá - sonrió ampliamente por unos segundos hasta ver el gesto de Joaquín.
- ¿Te has vuelto loco?...No tengo nada que ponerme - dijo intentando pararse, cosa que fué imposible con Emilio casi sobre él.
- Tranquilo Joaco, en la CDMX te está esperando gente que te ayudará a arreglarte - susurró dejando castos besos en todo su rostro, haciendo que Joaquín cerrara los ojos y disfrutara de los mimos que Emilio le hacía. Abrió los ojos y acercó sus labios a la barbilla de Emilio delineando con besos su mandíbula.
- Dijiste Baile eh - beso - con hombres - beso - y mujeres - beso - con vestidos cortos - beso - y trajes costosos -
- Mhm - jadeó cerrando los ojos.
- Pero tú ya no estás soltero, ¿verdad? - susurró tomando entre sus labios la piel de Emilio dejando una marca rojiza debajo de su mandíbula, sonrió con satisfacción cuándo la vió.
- No lo estoy...soy tuyo
Completamente tuyo
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