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"¿Te gustaron pequeño?" preguntó una tierna Niurka.

"Si mami" asintió con sus ojitos cafés brillantes.

La entrada principal se abrió y un par de camionetas negras entraron a la intimidante mansión Osorio.

De una de ellas bajó Juan Osorio con el saco sobre su hombro y la corbata un poco desalineada.

El pequeño Emilio salió de la cocina cómo un rayo andante al escuchar la voz de su padre dando órdenes a sus trabajadores.

La puerta fué abierta para él y el olor a hogar lo inundó.

Paz.

Hasta que todo el ambiente de paz se rompió con el chillido de su hijo corriendo desde la cocina hasta él.

"¡Papi!" gritó corriendo aún más rápido mientras Juan le sonreía con los brazos abiertos esperando el momento para tomarlo en ellos.

"Hola pequeño guerrero" saludó tomando en brazos a su hijo.

"Hola Padre" susurró escondiéndose en el cuello de Juan.

"¿Cómo estuvo la escuela hoy?" preguntó acariciando la pequeña espalda de Emilio.

"Muy bien, hoy hice un negocio" exclamó emocionado mientras salía de su escondite para ver el rostro orgulloso de Juan.

"Wow, ¿De qué fué el negocio?"

"Desde hoy hasta el final de los días de escuela, Eduardo me dará sus fresas a cambio de mi manzana" anunció feliz mientras Niurka se asomaba por el pasillo.

"Eso es perfecto Lewis" felicitó dejando un beso en la frente de su hijo menor.

"¿Y la princesa de la casa dónde está?" preguntó viendo a su esposa acercarse para dejar un casto beso en sus labios.

"Mi hermana está en casa de ese niño feo de su clase" bufó frunciendo el ceño.

"¡Emilio!, no le digas feo, es un compañerito de Alejandra" retó tomando en brazos a su rizado.

"Los niños siempre dicen la verdad Querida" siguió el mayor riendo.

"Juan" advirtió.

"Está bien, Emilio hijo, no debes decirle así a los niños que hablan con tu hermana, a veces no están preparados para escuchar la verdad" aconsejó viendo a Niurka rodar los ojos.

"Esta bien Padre" asintió cómo si de verdad estuviera guardando ese consejo en algún lugar de su mente.

"Tan obediente mi hermoso caballero" susurró Niurka dejando besos en el rostro de su hijo.

"Será un valiente y fuerte caballero" susurró Juan observando a su pequeño tratar de devolverle un poco de besitos a su Madre.












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365 Days // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora