13

372 26 0
                                    





Cerró el grifo de la regadera, tomó su toalla y se envolvió en ella, salió de la ducha y se recargó sobre el lavamanos, levantó su rostro y vió su reflejo, se sentía cansado, estaba mas tranquilo desde que Emilio le dijo que lo protegería con su vida, pero ¿era necesario tanto riesgo?. Él podía seguir trabajando y Emilio tenía negocios limpios, podrían tener una vida tranquila si lo deseaban, pero sabía que el mayor llevaba en éste negocio desde pequeño y sería muy difícil apartarse de todo.

Se asustó cuándo vió a Emilio abrir la puerta, tenía los nervios de punta y necesitaba los mimos del rizado para tratar de tranquilizarse, éste se acercó a Joaquín por detrás y olisqueó su cabello húmedo. Acarició con sus manos los brazos de Joaquín y comenzó a dejar besos sobre su piel mojada.

El roce de los labios de Emilio en su piel eran cálidos, ladeó la cabeza instintivamente para darle más acceso y sin pensarlo 2 veces el rizado atacó su cuello, jadeó al sentir los dientes del mayor mordisquear su piel, necesitaba besarlo, giró un poco su rostro y tomó los labios entre los suyos, era un beso cargado de necesidad y de sentir que lo tenía cerca de él.

Cuándo se separaron Emilio lo acostó sobre el mármol del lavamanos, le quitó la toalla de un sólo jalón y se arrodilló para estar a la altura del culo de Joaquín, separó las nalgas del ojimiel y tanteó con su lengua el borde de su entrada.

- E...milio - jadeó Joaquín.

- Shhh - siseó

Introdujo su lengua y al instante las paredes internas del castaño se adaptaron a la sensación provocando que Joaquín gimiera fuertemente y arqueara la espalda, cuándo sintió que el castaño estaba lubricado sacó su lengua y se puso de pié, se quitó el cinturón junto a su pantalón y su bóxer que se deslizaron hasta quedar en sus tobillos, alineó su pene en la entrada de Joaquín y lo penetró fuerte y rápido.

- Mierda, Emilio.

El mayor colocó sus dos manos en los omóplatos de Joaquín y lo penetró más fuerte, sabía que estaba siendo brusco y sin cuidado, pero también estaba seguro de que a Joaquín le estaba encantando porque podía ver su rostro en el reflejo del espejo frente a ellos. Sabía que no iban a aguantar mucho porque los dos estaban muy necesitados por tener su orgasmo, así que tomó la pierna derecha de Joaquín elevándola un poco y se enterró más profundo dando en su próstata.

- ¡Joder Emilio ahiii! - gimió brutalmente el ojimiel.

Siguió envistiendo contra el punto dulce del menor hasta que sintió ese calor instalarse en su vientre, dió las últimas estocadas y se corrió gimiendo el nombre de Joaquín haciendo que éste se corriera también sobre el mármol.

Cuándo se recuperaron, el oji-café ayudó a Joaquín a levantarse, lo sentó sobre la base porque el ojimiel aún seguía débil, la imagen perfecta que estaba frente a él era digna de ser pintada y ser puesta en un museo, Joaquín tenía el cabello pegado a su frente por el sudor y estaba sonrojado excesivamente.

- Mañana Nikolás te llevará a tí y a Alejandra al aeropuerto, su vuelo sale a las 8 de la mañana - dijo el rizado pegando su frente con la de Joaquín y dándole un beso esquimal.

- ¿Que? No...¿A dónde? - preguntó el ojimiel alejándose del rostro de Emilio para verlo consternado y con el enojo invadiendo su cuerpo.

¿Era una jodida Broma?

- A Toluca... dijiste que querías estar con tu familia - Se acercó a Joaquín y colocó sus dos manos en las mejillas y lo besó, dulce, queriendo recordar cada milímetro de sus labios, su sabor, su color, estaba completamente enamorado de Joaquín y no hay duda.

365 Days // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora