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El resoplido del viento fresco rozó su piel desnuda y ésta se erizó al instante. Con el sueño tan ligero que había empezado a tener fué imposible no despertarse.

Alzó sus párpados lentamente y no le gustó lo que observó, el lado de la cama junto a él estaba vacío.

Acarició el colchón con su mano y ésta estaba fría, Emilio ya llevaba rato despierto. Se incorporó sentándose mientras recargaba su espalda en la cabecera, los dolores comenzaban a ser su peor pesadilla.

Se frotó los ojos y aclaró su vista, sonrió cuándo encontró a su prometido parado en medio del gran balcón mientras tomaba una taza de té seguramente.

Llevaba un pantalón deportivo color gris y su torso estaba al descubierto, el ojimiel agradeció haber escogido a aquel hombre para ser el Padre de sus hijos.

Salió de la cama y se colocó su ropa interior y una bata afelpada encima, caminó tratando de no hacer ruido y al salir del calor de la habitación sintió el fresco de la mañana.

Rodeó el cuerpo del Emilio con sus pequeños brazos y sintió la piel fría de su abdomen, seguramente si Niurka lo viera así lo retaría por salir sin cubrirse del clima.

- Buenos días - saludó el mayor girándose para ver aquel rostro que tanto ama.

- Me dejaste sólo en la cama - reprendió formando un puchero.

Emilio dejó la taza de té sobre la mesa en la que estaba puesto el desayuno y tomó el rostro de Joaquín entre sus manos para dejar un beso lento y suave sobre sus labios.

- No podía dormir, por eso me levanté temprano y decidí salir a ver cómo amanecía - susurró inclinándose para dejar otro beso sobre la pansita de su bonito.

Si Joaquín no conociera a su prometido dejaría pasar el hecho de que Emilio haya tenido insomnio, pero en éste caso no es así, porque lo conoce y sabe que algo lo inquieta.

- ¿Qué te preocupa cielo? - preguntó acariciando la mejilla del más alto viendo cómo éste se relajaba ante su tacto.

- Nada irrelevante... Sólo soñé con mi Padre y me dejó un poco confundido.

- ¿Quieres hablar sobre eso? - volvió a preguntar conectando miradas con los cafés que lo veían con adoración.

- Si...

La pareja se acercó a la mesa del desayuno y el castaño se sentó sobre las piernas de su prometido en cuánto éste tomó asiento en una de las sillas acolchonadas.

- Cuéntame - murmuró acariciando los brazos que lo rodearon para protegerlo del frío.

- No fué algo tan impresionante, pero soñé que estábamos en su despacho y él estaba ahí...con su traje liso e impecable, sentado en su silla de siempre y yo frente a él, hablamos de inversionistas y negocios de los que yo no sabía, por ejemplo, me dijo que tengo que cobrar una deuda de billones en Rusia, también me habló de mamá y me pidió que la cuidara porque él haría un viaje largo. Hablamos de tí y me dijo que estaba feliz por vernos juntos. Luego él se levantó y me dijo que algo en mi mapa estaba mal, que le había perdonado la vida a alguien a quién no debí y después todo fué negro y me desperté - narró con la vista perdida en los alrededores.

- ¿Tienes idea de quién puede ser esa persona? - cuestionó tensándose un poco.

- En realidad no - dijo volviendo de su transe.

- Es muy evidente cómo para que no lo sepas - bufó el menor rodando los ojos mientras se servía un poco de café sobre su taza.

- ¿Tú sabes quién puede ser? - cuestionó observando el ceño irritado de su pequeño bonito.

365 Days // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora