Un silencio acogedor inundaba la recámara de los prometidos, los rizos de Emilio revueltos en la almohada y los ojos completamente cerrados haciendo que sus pestañas crearan sombra en sus mejillas.
Joaquín respiraba tranquilamente con las piernas cruzadas junto a las de su prometido, estaban dormidos en posición de cucharita sintiendo el calor del cuerpo desnudo del otro.
Los toques en la puerta los hicieron removerse en sus posiciones, el oji-café se quejó presionando más el cuerpo de su bonito entre sus brazos.
El menor abrió lentamente sus ojos y recordó quién podría ser la persona que tocaba la puerta, se liberó de la prisión de carne y hueso que tenía junto a él y se puso su bata en segundos para después abrir la puerta.
El rizado bufaba en la cama al no sentir el calor de Joaquín, odiaba que la gente lo despertara y más si era muy temprano cómo en ese momento.
- Señor, sólo vengo a avisarle que ya hice la compra de lo que me pidió y recogí de la tienda lo que compró en linea - dijo uno de los empleados dándole una bolsa de papel con el logo de una tienda de lencería.
- Gracias Luis, ¿A que hora vendrán a instalarla? - preguntó abriendo la bolsa y viendo lo que había comprado anoche. Una sonrisa apareció en sus labios.
- En 3 horas vendrán a hacer la instalación señor, ¿Se le ofrece algo más?.
- No Luis. Gracias y no te preocupes que yo voy a abogar por tí para que Emilio te deje ir a Venezuela a visitar a tu familia - expresó con una sonrisa haciendo sonrojar al chico frente a él.
Luis asintió feliz y regresó a su puesto de trabajo, Joaquín cerró la puerta con una sonrisa en sus labios y se dirigió al closet para esconder la bolsa y ponerse unas bragas color azul celeste.
- Joaquín ¿Qué tanto haces? Ven aquí - se quejó el mayor bufando al no tener el cuerpo de su bonito junto a él.
- Ya voy cariño ya voy - exclamó terminando de ponerse sus bragas para después dirigirse hacía la cama.
Se recostó junto a su prometido y éste inmediatamente lo abrazó por detrás volviendo a la posición en la que estaban.
El miembro de Emilio rosó la tela de las bragas de Joaquín y bufó, posó su mano en el vientre del menor y la deslizó hasta meterla dentro de la ropa interior de éste.
- Emi...- jadeó sintiendo la mano de su chico junto a su miembro.
- Cállate, tengo frío y tú preferíste ir a hablar con Luis que darme calor.
El ojimiel podría jurar que había un puchero en los labios del mayor. Sabía que Emilio odia que lo interrumpan cuándo duerme, pero ésta era una ocasión especial.
- ¿No tienes hambre? Hay que bajar a desayunar - sugirió el menor girándose para quedar frente a frente con el oji-café que ahora tenía la mano en su trasero.
- No, quiero saber desde cuándo tú y Luis hablan - dijo frunciendo el ceño.
- Sólo me hizo un favor - susurró acercándose a los labios de su prometido que apretó su glúteo dejándolo rojo.
- ¿Cómo que te hizo un favor? ¿Qué tipo de favor?.
- Uno que no se le dice a los chicos cómo tú - murmuró besando los labios de Emilio.
El más Alto siguió el beso no muy convencido con la respuesta de Joaquín, pero nunca se negaría a besar aquellos labios que lo vuelven loco.
- Es una sorpresa para tí, pero ahora tenemos que bajar para que limpien éste cuarto - susurró besando la punta de la nariz de Emilio.
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365 Days // Adaptación Emiliaco
Fiksi PenggemarEmilio Osorio es hijo de un multimillonario, su vida era despreocupada hasta que un suceso cambia todo su destino y comienza a vivir una vida un tanto peligrosa. Joaquín Bondoni, una persona inocente que no sabe que su vida oued3 dar un giro de 180...