Capítulo 5: Nieve

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Pasaron diez días de viaje en los que Adit se los pasó explorando el barco junto a la joven del bar. Ella nunca le dijo su nombre, y tampoco se lo pidió a él. Nunca llegaron a presentarse, aun así, se contaron cientos de historias personales, intimas. Forjaron una profunda amistad en cuestión de días. Una amistad que surgió repentinamente y sin que ninguno la buscase. Una amistad que, como llego, se fue.

Adit se marchó un día sin quiera llegar a despedirse. Y nunca lo harían.

La única despedida que se dieron el día anterior fue su típico "hasta luego", esperando encontrarse la mañana siguiente en el comedor para desayunar. Al día siguiente, llegaron a Esterlyn, y Adit no apareció con su padre por el comedor.

Esterlyn era una luna gigantesca, inmóvil al lado de su planeta. Su tierra era grisácea, cubierta de gigantescos cráteres, los cuales estaban cerrados al espacio por grandes y gruesos cristales que dejaban ver la llegada y partida de las naves. Dentro de estos cráteres había ciudades. Cada una se veía distinta. Una tenía la estética de una ciudad de Biport, islas dentro de un gran mar. Otras eran ciudades repletas de carteles de neón, cemento y gente. Unas pocas apenas eran capaces de mostrarse, pues solo se podía observar las copas de los árboles.

El crucero aterrizó en una zona preparada para que las naves de tal tamaño y con una gran cantidad de agua líquida preparada para ello. El crucero atracó sin problemas en aquel puerto. Unos conductos se movieron desde el suelo, arrastrándose por las paredes del barco hasta llegar a las compuertas, donde se unieron herméticamente a estas, permitiendo que los trabajadores del crucero pudiesen abrir las compuertas.

Los tubos se estiraron y ensancharon hasta formar pasillos lo suficientemente amplios como para andar varias personas cómodamente, con una ligera inclinación y con una temperatura agradable. Permitiendo así que los pasajeros bajasen cómodamente.

Adit y Kyman bajaron del crucero, ya habían terminado su viaje en este.

Recorrieron los pasadizos bajo tierra, mediante unas cintas transportadoras que lo llevaron hasta el cráter más cercano. Este albergaba una ciudad en unas pequeñas montañas nevadas. Aquella era la primera vez que Adit veía, sentía y tocaba la nieve. También era la primera vez que sentía un frío así. Quiso ir inmediatamente al exterior para jugar con ella, pero Kyman no le dejó. Al ver su clara intención de ir a jugar con la nieve, Kyman lo llevó a alquilar ropa de abrigo por unos cuantos días.

Después de aquella parada, fueron a hospedarse a un resort vacacional. Pasarían allí tres días, esperando a que llegase la siguiente nave que los llevase hasta su siguiente destino, Novak, un asteroide controlado por el Imperio que funcionaba como puerto espacial para entrar en la Fisura.

Una vez finalizado, Kyman liberó a Adit, quien no dudó en salir corriendo hacia la nieve. Aquel resort constaba de una pista para esquiar. Esta fue la que llamó completamente la atención de Adit. Nunca había visto la nieve hasta aquel momento. Así que fue corriendo hasta un lugar lleno de esta, un camino de paso para los que subían a tirarse con los esquís, para tirarse de cara sobre esta. Se revolcó sobre la fría nieve, helándose por el frío del clima y la nieve sobre su ropa, piel y pelo. Adit disfrutó de la nieve como si fuese un niño. Al ver esto desde la ventana de su habitación, Kyman se sintió más tranquilo. Poco a poco, el antiguo Adit se volvía a mostrar. Adit no podía ocultar su verdadero ser cuando se creía solo.

La primera vez que tocó la nieve la sintió fría y pastosa. No sabía cómo describirla o con qué compararla, ya que solo conocía la arena, y no se parecía en nada a la arena. Solo sabía que estaba fría y era más moldeable que la arena.

Adit decidió cumplir con uno de sus sueños de su niñez: hacer un muñeco de nieve. Como los que había visto hacer en las películas. Él intentó hacer una bola de nieve gigante, como en las películas, para poder hacer el muñeco de nieve. Sin embargo, no era tan fácil como en las películas. Por más que rodase su pequeña bola de nieve por esta, no era capaz de hacerla más grande.

Hasta el Infinito Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora