Capítulo 17: Tanr

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Los siguientes días después de haber escapado apresuradamente de aquel planeta, Kyman y Adit los pasaron revisando las rutas en busca de una forma de llegar a Mitxe, un planeta enano controlado por la Alta Mesa donde podrían vender aquel barco, comprar otro y separar sus caminos.

Nada más estar ambos solos, Kyman no dudó en contarle todos sus planes. Le dijo que los dejaría marcharse a vivir sus aventuras y que, una vez se reencontrasen en Snie dentro de un año, fingiría matar a sus amigos para que pudiese marcharse y continuar con sus vidas sin que Zayre les pusiese precio a sus cabezas. Por supuesto, ante tal noticia, Adit solo pudo alegrarse.

Una vez tuvieron la ruta asegurada hasta Mitxe, Adit fue a reunirse con sus amigos para darles la buena noticia.

En aquellos días de convivencia, Tanr, el ser vegetal que los ayudó en el planeta huérfano, había resultado ser un ser inteligente, agradable, amigable y payasote. Tenía una personalidad extrovertida que permitió que los tres jóvenes pudiesen forjar rápidamente una amistad. Además, con su facilidad para aprender el idioma imperial de forma fluida, y las magistrales clases de Wayn, la comunicación entre todos fue fluida.

Desde que lo conocieron, tuvieron ganas de preguntarle cómo es que conocía aquel idioma. ¿Quién le enseño? ¿Fueron los mismos que construyeron aquel templo? ¿Fueron ellos los que lo construyeron? Tenían muchas dudas y, hasta el momento, habían temido preguntarle. Temían que Kyman se enterase de lo que les contase, no le gustase y terminase eliminándolo. Aunque, durante las comidas, cuando a Tanr se le escapaba algún que otro comentario inoportuno sobre la comida y sus preferencias por la carne, Kyman no había demostrado molestia o había intentado eliminarlo.

Sin embargo, supusieron que fue debido a la forma de decirlo. Tanr solía comentarlo como una broma o comentario gracioso que provocaba risas en vez de preocupación. Pero, aquellos comentarios provocaban aún más dudas en Adit y Wayn.

Quisieron preguntarle, pero, por temor a lo que contase, no lo preguntaron hasta estar seguros de que Kyman no lo viese como una amenaza. Una vez Kyman le contó todos sus planes, Adit tuvo la certeza de que sus amigos estaban a salvo. Así que iba a aprovechar para realizarle algunas preguntas a Tanr.

Adit abrió la puerta de la cocina, donde estaban ambos preparando la comida deteniendo abruptamente la conversación. Wayn y Tanr dejaron momentáneamente lo que estaban haciendo para mirar hacia la puerta, temerosos de que fuese Kyman, quien había decidido matarlos. Pero, al ver que tan solo era Adit, continuaron como si nada.

—Como te iba diciendo... Esta salsa de Bripo y Go la solemos preparar para la carne fibrosa. La deja completamente tierna. Además, el toque picante de Go hace cosquillas en mi... ¿Cuál sería el equivalente para fretal? Creo que sería como paladar y garganta. No sé si os provocará un cosquilleo ahí. Nunca se la he dado a probar a un humano. Adit di ah —dijo Tanr girándose con la cuchara de madera en mano con la que estaba removiendo la salsa.

Adit se acercó y tocó con la punta de la lengua la salsa, desconfiando de lo que fuese a pasar. Esperando que esta le picase de sobremanera. Sin embargo, el resultado fue muy agradable. Por la cara de sorpresa que puso Adit, y cómo este le arrebató la cuchara para tomar más, Tanr entendió que también era agradable para ellos.

—Esto va a quedar perfectamente con la corteza de Tropo.

—Por lo que cuentas, parece que conociste a otros humanos.

—Sí... De ellos aprendí a hablar. Bueno, un poco. Lo poco que me dejaban acercarme a su celda. Mi padre siempre odió que me acercase a jugar con la comida.

—¡¿COMIDA?! —gritaron ambos humanos aterrados, tanto por lo que les pudo haber pasado en aquel planeta como lo que les podría pasar al estar al lado de Tanr. No sabían cuáles eran sus intenciones reales y las ganas de comer carne humana que sentía Tanr. ¿Cuánto tiempo podía aguantar sin comer carne? ¿Se volvería loco y los atacaría? Adit no podía perder una sola parte y se quedaría sin esta para siempre.

Hasta el Infinito Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora