Los siguientes días después del rescate de Adit fueron difíciles para los tres. No solo tuvieron que gobernar el barco solo entre los tres, sino que tuvieron que eliminar todos los trozos de carne repartidos por el barco, limpiar los restos de fluidos orgánicos y mantener la distancia con Kyman, por si a este se le pasaba por la cabeza atacarlo repentinamente. Adit se mantuvo constantemente al lado de Wayn, para evitar posibles accidentes. También se encargó de hacer las comidas para los tres, por si a Kyman intentaba envenenarlo. Ninguno de sus compañeros se quejó. La comida que hacía Adit era sabrosa.
Aquellos eran los únicos momentos del día en los que podían estar los tres juntos tranquilamente. Los únicos momentos en los que Adit podía bajar la guardia puesto que se había mantenido constantemente alerta. Ni si quiera podía dormir bien. Todas las noches procuró mantenerse alerta. Durmiendo pocas horas y realizando la mayoría de las guardias, por si a Kyman se le ocurría hacer cualquier movimiento.
Adit estaba estresado por toda la situación y peor se puso cuando por fin, después de tantos años, inició su paso a la pubertad. Su voz por fin le iba a cambiar de niño a adulto. Pero, antes de que por fin tuviese la voz de un adulto, debía pasar por una más aguda. Adit comenzó a hablar con una voz chillona e irritante. Tanto que, en los pocos momentos que pasaban los tres juntos, cada vez que se le ocurría murmurar algo o responderle a Kyman, provocaba que Wayn no pudiese contener su risa y Kyman, a pesar de mantener su cara de póker contante, por dentro, también se riese de aquella vocecilla chillona. Por suerte, este cambio no ocurrió estando con los piratas, puesto que con ellos hubiese sido más humillante.
Por culpa de la rutina, Kyman bajó la guardia con respecto a Adit. Llevaban meses y no había pasado nada extraño. Por lo que, un día, decidió descansar al fin. Dejó de vigilar desde la distancia a Adit.
Mientras Adit vigilaba que nada los atacase o que el rumbo del barco no cambiase, Kyman y Wayn dormían plácidamente. Un grave error. Aun no sabían cómo era que Adit entraba en trance. Podía activarse por simple azar. Podía activarse por tiempo. Podía activarse por todo el estrés sufrido durante días. Había miles de posibilidades para la activación del trance de Adit, por lo que nunca debió de confiarse y dejarlo sin vigilancia.
Adit entró en trance estando completamente solo durante horas y teniendo entre sus manos el timón del barco. Sin darse cuenta, cambió completamente el rumbo del barco, adentrándose en las profundidades del espacio.
Para cuando Kyman despertó, delante de ellos se divisaba un gigantesco planeta solitario en medio de una profunda oscuridad, cuyas nubes cubrían casi completamente el planeta. Estas irradiaban una potente luz, tal como si fuesen pequeños soles. Entre las nubes, por sus minúsculas aperturas, se pudo apreciar la apariencia de la superficie del planeta. El relieve era escarpado y verdoso.
Se acercaban rápidamente a aquel extraño planeta, por lo que Kyman tuvo que actuar inmediatamente. Fue hasta el timón, encontrándose con Adit en trance agarrado a este. Kyman lo agarró por los hombros para arrancarlo del timón, sin embargo, al hacer la fuerza, sus manos atravesaron a Adit. Usar la fuerza bruta no era una opción una vez Adit entraba en trance. Lo sabía perfectamente, pero estaba desesperado. Había fallado. Le había fallado a Tysie. No había protegido a su hijo. No había estado atento. Si hubiese estado atento, en los primeros minutos, podría haberlo sacado de su trance. Podría haber impedido aquella situación. Ahora tenía que sacarlo de su trance. Tenía que adentrarse en su corazón para que despertase. Y para ello debía de abrir su corazón y sincerarse.
—Joder, esto va a ser difícil —murmuró Kyman colocándose en frente de Adit—. Adit... Yo... Tú... Tu padre, Zayre... ¡Joder! Como cuesta esto —tomó aire lentamente y lo soltó igual de lento. Necesitaba relajarse para encontrar las palabras para expresar lo que sentía. Sus pensamientos se amontonaban en su mente. La única solución que encontró fue hablarle sinceramente sobre cómo se sentía él con respecto al viaje—. Sé perfectamente que deberías de estar haciendo este viaje con tu padre. Te juro que no sabía nada de esto hasta hace poco. Bueno... Relativamente poco. El plan era que os siguiese y no intervenir a no ser que estuvieseis en graves apuros. Para ello era la piel digital. Sé perfectamente que soy un intruso en tu vida. Sé perfectamente que tu padre es el que debería estar aquí, viviendo aventuras contigo, experimentando la emoción del viaje contigo. Debería ser él quien estuviese aquí compartiendo los momentos importantes de tu vida, como entrar en la Fisura, conocer a gente nueva, ir a nuevos planetas, experimentar por primera vez otros climas... jugar con la nieve... que pudiese estar en tu cambio de voz. Lo siento... Lo siento mucho... Siento ser yo el que esté aquí en vez de tu padre. Siento que un completo desconocido sea el que presencie tus momentos importantes. Me siento tan culpable... e inútil. Y quiero solucionarlo. Quiero que puedas hacer amigos. Quiero que puedas vivir aventuras. Lo quiero de todo corazón. Te prometo que lo harás, aunque no sea con tu padre. Pero, para ello, debes despertar. ¡Despierta!
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Hasta el Infinito Parte 2
Ciencia FicciónDespués de 3 años, Adit vuelve a emprender un viaje por el espacio. Esta vez, acompañado de Kyman y teniendo que ir por caminos seguros para ocultarse de los peligrosos enemigos de su tío Zayre. Aparentemente, un viaje de un año simple, sin embargo...