Adit se pasó todo el viaje llorando en silencio. De vez en cuando, soltaba pequeños jadeos ahogados e hipidos. Su cuerpo temblaba de vez en cuando. Kyman lo notó, pero no supo cómo reaccionar. No tenía la confianza suficiente como para ir y consolarlo o darle su apoyo. Por ello, no ocurrió nada en aquella habitación.
Una vez finalizó el viaje en aquel crucero, llegando a su destino fuera de la Fisura, cambiaron de crucero prácticamente sin tiempo, pues el siguiente salía en pocas horas. Adit apenas pudo ver el puerto por el que pasaron. Aunque, por el estado en el que se encontraba, con los ojos rojos e hinchados por tanto llorar y teniendo el recuerdo de la muerte de su madre a flor de piel, tampoco le apetecía verlo. Esta vez iban en uno un poco pequeño, pero con camarotes más grandes y cómodos.
Nada más entrar en el camarote, Adit fue hacia una de las camas con toda la intención de meterse debajo de las sábanas para permanecer allí hasta el siguiente cambio de navío. Al verlo con aquella actitud, sintiéndose terriblemente culpable por lo ocurrido, por no haber hecho nada para ayudarlo, decidió tomar cartas en el asunto. Antes de que pudiese adentrarse en la cama, Kyman colocó su mano sobre la cabeza de Adit. Inmediatamente, este paró en seco y se giró para mirarlo a los ojos. En el ojo de Adit ya no se observaba el brillo de la curiosidad e inocencia de un niño. Desde hace mucho que aquel brillo había dejado de ser el mismo. La culpa lo recorrió. Aquel parche era culpa suya. Aquella situación, en parte, era culpa suya. Por ello, tomó la determinación de no permitir que aquello escalase. Iba a recuperar el brillo en el ojo de Adit. Iba a devolvérselo a su padre como lo encontró, aunque para ello debiese de desobedecer alguna orden de Zayre.
—Vamos a ver como despega —ordenó Kyman. Sin esperar respuesta, arrastró a Adit hacia la cubierta. Este se planteó volver a la habitación. Sin embargo, por las palabras que Tysie le grabó a fuego en lo más profundo de su subconsciente, por la idea de que estaba bajo constante peligro y que usar en exceso sus habilidades para algo estúpido podría suponer la muerte en una batalla, inmediatamente descartó aquel plan. Su única opción era esperar un momento en el que Kyman bajase la guardia para zafarse y salir corriendo hacia el camarote para encerrarse.
Por supuesto, sabía que Kyman era más fuerte, más rápido y está constantemente alerta. Lo sabía perfectamente. En condiciones normales, nunca tendría la oportunidad de escapar de él. Sin embargo, las condiciones en las que se encontraban eran extraordinarias a su favor.
Adit poseía una gran ventaja frente a Kyman de que no tenía que mantener ningún papel, mientras que Kyman debía de fingir ser un hombre de mediana edad normal y corriente. Por lo que, en el momento en el que pudiese zafarse, solo debía de salir corriendo a una velocidad normal.
Esperó esa oportunidad poniendo atención a todo su alrededor. Buscando cualquier persona o situación que pudiese generar esa oportunidad. Sin darse cuenta, dejó de estar triste para ponerse alerta. Kyman no tardó en darse cuenta de aquel cambio y sonrió sutilmente.
Sin poder evitarlo, llegaron a la cubierta a tiempo para ver como el barco comenzaba a despegar hacia el espacio, surcando el basto cielo morado hacia unas inmensas nubes de aspecto esponjoso. Las llamas que se formaron alrededor de la proa eran de un amarillo oscuro.
Adit se maravilló al ver tales colores y formas. Sin darse cuenta, fue hacia la barandilla. En el momento en el que Adit tuvo esa intención, Kyman lo soltó. Se quedó cerca de él para fingir ser un padre e hijo normales, viendo como Adit observaba fascinado lo que dejaron atrás. Aquella tierra llena de plantas de colores y casas de estilo griego antiguo lo fascinaron y generaron un terrible sentimiento de culpa. Por haber estado llorando la muerte de su madre, una muerte que ya había llorado en su momento, se perdió el ver y sentir un planeta tan bello. Uno al que probablemente nunca volvería. Por estar deprimido por algo que nunca pudo evitar, por algo sobre lo que no tenía ningún tipo de control, se perdió algo maravilloso. Se había perdido la oportunidad de conocer a gente maravillosa. No quería que algo así volviese a ocurrirle. No iba a permitir que volviese a ocurrir. Tomó la determinación de no volver a pisar la Fisura, pues fue su incursión en ella lo que provocó que aquellos recuerdos volviesen como si estuviese allí mismo.
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Hasta el Infinito Parte 2
Ciencia FicciónDespués de 3 años, Adit vuelve a emprender un viaje por el espacio. Esta vez, acompañado de Kyman y teniendo que ir por caminos seguros para ocultarse de los peligrosos enemigos de su tío Zayre. Aparentemente, un viaje de un año simple, sin embargo...