XXVII

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Rápidamente, Matsuri se ganó un lugar en nuestras vidas. Hino la adoraba y ella lo adoraba a el, pasábamos tiempo juntos en la universidad y de vez en cuando se quedaba con nosotros a cenar.

Fue fácil formar un vínculo cuando tenemos tanto en común.

Crecimos en la misma ciudad, sabíamos lo que era tener dificultades para llegar a fin de mes y nuestros padres son unos idiotas alcohólicos.

Sin contar que, teníamos historia.

-Suri, mira -dijo el pequeño mostrándole su dibujo a Matsuri. "Suri" le llamaba, al no poder pronunciar bien su nombre.

-Esta hermoso tu dibujo, cariño -respondio cariñosamente. Hino movió sus manos con emoción al recibir una respuesta positiva.

-Recuerda que tenemos que hacer silencio -susurré en su oído, el pequeño llevó sus manos a su boca con una sonrisa traviesa y asintió.

Cuando la clase terminó, corrió por los pasillos con todas sus fuerzas y volvía junto a nosotros.

-Siempre se anima cuando te ve -dije.

Matsuri sonrió mirándolo correr.

-Es adorable. Por cierto, hay una fiesta mañana y me preguntaba si... querías ir.

-No lo sé, las fiestas ya no son lo mío.

-Oh, vamos. No me dejes plantada.

-Lo pensaré. ¿Quieres estudiar para el exámen?

-Claro.

Se subió al auto mientras yo arreglaba a Hino en su silla, no pude evitar notar que algunas personas nos miraban. No era secreto para nadie que solíamos pasar tiempo juntos.

No voy a negarlo, Matsuri me atrae y sé que es recíproco, pero dar el primer paso parecía demasiado.

Desde Hinata, sentía miedo de volver a sufrir.

Estudiamos hasta que Temari llegó del trabajo y preparó la cena, Hino se durmió luego de comer y nos sentamos fuera de casa a fumar un cigarro mientras charlabamos.

- ¿Hino alguna vez ha preguntado por su mamá? -preguntó mientras acariciaba a Kurama.

-Aún es muy pequeño, pero sé que lo nota. En la guardería siempre se queda mirando a los demás niños con sus madres.

-... ¿Qué pasó con ella?

Humedeci mis labios y fruncí el ceño, nunca me sentía preparado para hablar de ella.

-Es una larga historia. Probablemente fue lo mejor que pudo hacer -dije, culpandome.

- ¿De qué hablas?

Suspiré.

- ¿Recuerdas a Akatsuki?

Parpadeó sorprendida.

-Claro que los recuerdo. Me dejaste por ellos.

Mordí mi labio.

-Fue lo mejor para ti, créeme. Me fui de Suna para alejarme de ellos, pero los problemas me siguieron hasta aquí. Estuvimos juntos todo el tiempo y eso la arruinó, intenté alejarme pero... no funcionó.

Bajó la mirada pensativa.

- ¿A que te refieres con que la arruinaste?

Empuñe mis manos, dudando si debía contarle o no.

-Me metí en las drogas -dije avergonzado, incapaz de mirarla a la cara- ella tenía una buena vida y yo la arruiné. Su familia era adinerada y yo, bueno... terminé metiéndola en las drogas también.

Mala InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora