VI

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-Creo que deberíamos perdonarla.

- ¿¡Que!?

-En parte no es su culpa ella estuvo con Sasuke primero y está enamorada de él...

- ¿Que? Hinata, por dios tu no sabías eso hasta ayer y ella no debió meterse con TU novio.

Y así fueron los últimos días, Hinata defendiendo a la fea de Sakura y Ino regañándola. Ahora odio a esa estúpida pelirosa, por culpa de ella Hinata ya casi no me presta atención por estar discutiendo con Ino sobre perdonarla.

-Estoy igual que tu -dijo Sai suspirando con desgano.

Gruñí y me crucé de brazos recostándome en el sofá de la habitación de Ino, frente a la enorme cama donde estaban las chicas discutiendo y al lado de Hinata, Naruto durmiendo y babeando como si Ino no estuviera gritando.

-Es nuestra amiga, d-desde pequeñas, d-dijimos que nunca nos separaríamos por un chico.

-Oh ¿y sabes quien rompió esa regla? ¡Sakura!

-P-pero es nuestra amiga...

-Aagh, Gaara ¡llévatela antes de que la golpee!

-No es necesario -dijo Hinata tomando sus cosas y saliendo de la habitación.

La seguí en silencio hasta la salida de la casa, tomé su mano para detenerla, me miraba con su ceño fruncido y mordiéndose los labios, esa era su cara de enojo que se mantenía desde que empezaron las discusiones con Ino.

- ¿Te llevo a tu casa? -pregunté.

Desvió la mirada.

-Está bien, de todas maneras, mi papá no está.

Subimos al auto y me guié por las indicaciones de Hinata, su casa era aún más grande que la de Ino, esperé a que se abriera el portón y continué. Retire la llave ya dentro del garaje y nos quedamos en un silencio incómodo donde ninguno sabía que preguntar o decir.

- ¿Que paso con tu padre? -pregunté tratando de romper el hielo.

-Se irá de nuevo.

-Oh -dije volviendo al incomodo silencio.

-¿Q-Quieres... Entrar?

Pasé la tarde en su casa, platicamos sobre lo que haríamos en vacaciones de invierno, yo dije que tal vez planee un viaje con los chicos, y ella que solo estaría en casa ya que su hermana pequeña se iría con su padre, la que por cierto estuvo mirándome de manera extraña todo el tiempo.

Ahora estamos acostados en el sofá, mi cabeza está apoyada en el hombro de la peliazul, cierro los ojos disfrutando como acaricia mi cabello, podría estar así todo el día. Ya eran casi las ocho de la noche, Hinata insistió en que me quedara a cenar y así lo hice, como siempre la comida de Hinata estuvo deliciosa, me despedí dándole un beso en los labios solo para verla sonrojada al estar su hermana presente, en realidad solo quería besarla, hacerla sonrojar era muy fácil.

Mi tío ya estaba en el departamento, lo salude y fui a mi habitación, me tire en la cama enterrando la cara en la almohada, ya la extraño, maldición.

Naruto llamó por lo mismo de todos los fines de semana; fiesta. Me negué, miré la hora en mi teléfono, 1:24, maldicion. Extraño a Hinata, me siento imbécil por extrañarla. Golpeo la almohada con frustración, las caricias y todo en ella definitivamente me dejaron flechado, algo que no admitiría ni diría a nadie, ni a Naruto. La ojiperla me tenía en sus manos.

Tal vez haga algo estúpido, como sacar el auto de mi tío e ir a su casa a esta hora de la madrugada.

Como estoy haciendo ahora.

Mala InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora