IX

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Corrí lo más rápido que pude, empujando a la gente, pero no me detuve. Tenía que encontrarla.

Sentí que algo andaba mal cuando vi a Deidara saludarme cínicamente con la mano, y a Naomi con un chico. Hinata no estaba con ella, tampoco con Naruto.

Busqué por todo el maldito lugar, hasta que frené de golpe cuando vi una débil luz al fondo de un oscuro pasillo, sin pensarlo dos veces avancé, escuchaba risas y murmullos.

Abrí la puerta de golpe, pude divisar apenas a Hinata que estaba en posición fetal en un rincón.

Nunca había sentido tanto miedo por alguien.

- ¿Gaara, que haces aquí? -apenas me había percatado de la gente que había ahí, solo reconocí a Yahiko y Konan.

Konan me miraba con miedo y sorpresa, retrocediendo hasta quedar detrás del cabeza de naranja, los ignoré y me tiré de rodillas al suelo para examinar a Hinata. Con una pierna a cada lado de su cuerpo la abracé, su brazo izquierdo estaba descubierto y tenía un punto rojo justo en la vena. Estaba drogada.

-No a ti -susurré quitando unos mechones de cabello que estorbaban en su cara.

Con cuidado volví a recostarla y me levanté dispuesto a romperle la cara imbecil de Yahiko, el le había hecho esto. Lo pateé logrando que cayera, me puse encima inmovilizándolo y lo golpeé hasta que mis puños dolieron. Konan estaba histérica, suplicaba que me detuviera, el resto de gente había huido en cuanto lo patee.

- ¡Fui yo! -gritó.

La miré con enfado y ella solo lloró más fuerte retrocediendo dos pasos y poniendo sus manos al frente tratando de cubrirse. La tomé del brazo con tanta fuerza que se quejo por el dolor y la empuje a la pared, gritó por el golpe. Estaba furioso, no debieron meterse con ella.

- ¿Te envió Obito?

-No sabía que estarías aquí enserio lo siento, por favor no sabia que la conoces... no me hagas daño -suplicó sollozando.

-No respondiste mi pregunta -exclamé apretando más su brazo.

-Solo hacia mi trabajo, Gaara -respondió más calmada- sabes que ellos te están buscando, deberías estar ocultandote.

La solté y tosió acariciando su cuello. Solo es su trabajo dice, como si fuera algo bueno. Me agaché tirando de mi cabello, esto empeoraba cada vez más.

- ¿Que ha dicho Obito? -pregunte mordiendo la punta de mi dedo.

-Solo está paranoico por que saben mucho, casi todo en realidad. Han estado con él desde el principio -respondió colocando la cabeza de Yahiko en sus rodillas con cuidado- en Suna la policía nos estaba pisando los talones, por eso llegamos aquí.

- ¿Y por qué mierda nos fastidian a nosotros?!

- ¡Está desesperado! Todos lo estamos. Cuando inculpó a Naruto, comenzaron a investigar y conectaron todo hasta llegar a Obito, la policía atrapó a la mayoría de los nuestros. Por eso estamos aquí, los prefiere de su lado, asegurarse de que no le dirán a la policía. O bajo tres metros bajo tierra donde no podrán hablar -dijo con la cabeza gacha- equivocarse lastimó su ego.

-Que se vaya a la mierda.

-Gaara...

-Ella no debería estar aquí, no debí -solté mirando a Hinata, con dolor en mis palabras.

Konan estaba estupefacta.

- ¿Enserio tú...

-Es mi novia.

-Yo... Enserio lo siento... No lo sabía, sabes como es esto -dijo sollozando.

Mi relación con Konan nunca fue la mejor, ella era una persona demasiado amable y tranquila, y yo muy agresivo e irracional. Incluso cuando hacía de las suyas, meter a chicos ingenuos y curiosos en drogas duras, la primera dosis era gratis, luego volvían solos por más.

Mala InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora