XVIII

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-Hinata, por favor para de llorar, ¿quieres? -me decia por quinta vez Ino, acariciando mi espalda.

-No puedo creer que te mintiera todo este tiempo -Sakura se llevó una mano al pecho- aunque entre nosotras, nunca me cayó bien, siempre tan ido, en su mundo aunque claro ahora tiene mucho sentido.

-No ayudas, cerda.

-Solo digo -respondió con una mueca.

-No debí tratarlo asi, el lo estaba intentando y lo abandoné -solloce, limpiando mis lagrimas con las sabana-- ¿por que no ha venido?

-Hinata, tu misma le dijiste que se alejara un tiempo.

- ¡Pero lo extraño tanto!

-Oh, por dios -exclamó Sakura subiendo sus gafas- Hinata, es un drogadicto y un ladrón, una vez robó el collar que mi abuela me dio por mi cumpleaños, no te merece y el estereotipo de chico malo ya está muy usado, supéralo -finalizó arrogante.

- ¡No es un ladrón! Te devolvió el dinero, y tu odiabas ese collar.

-Hay mas chicos en el instituto.

- ¿Para qué termines cogiendo con ellos? -solté.

Sakura tomó aire haciendo que su pecho se elevara y sus fosas nasales se abrieran, le habia golpeado donde le dolía.

-Eso fue diferente...

-Era mi novio.

-Tu no lo amabas -se excusó.

-Pero era mi novio, y tu mi mejor amiga.

-Bueno, no debiste dejar que se aburriera, tu eras su novia pero yo logré mantenerlo satisfecho, un chico tiene sus necesidades y claramente no lograste satisfacerlo.

-Oh, por favor...-dijo Ino, apretando el puente de su nariz- Sakura, no puedo creer que dijeras eso.

-Ustedes -bajó sus lentes y acomodó con brusquedad su cartera sobre su brazo- son unas intolerantes, me largo.

Nos quedamos mirando la puerta cerrada, desconcertadas.

-Que idiota -dije.

-No sé que le pasa, enserio. Ha estado actuando así desde que..

-Desde que está con Sasuke, lo sé.

-Tal vez Gaara no sea el chico ideal, pero por lo menos no es una víbora como Sasuke.

-Sé que en el fondo no es asi, ¿sabes? Quiere impresionar a su padre, lo imita.

-Eso es muy triste -dijo, con tu tono lastimero pero luego comenzando a reírse.

Me contagió con su risa aun cuando tenia ganas de seguir llorando, sacó unos cuadernos de su mochila y los dejó sobre la mesa junto a mi cama.

-Enserio detesto que tu padre te volviera a encerrar aquí -comentó con los hombros caídos.

-Sabíamos que en cualquier momento Neji soltaria todo, pero aguantó mas de lo que imaginé, creo que mi padre lo presionó bastante para que le contara.

-Que intenso, la verdad yo habría soltado todo en dos minutos, su mirada es muy inquietante.

Una enfermera entró a la habitación, su cabello azul estaba perfectamente arreglado al igual que su uniforme.

-Buenas tardes, señoritas -dijo con una sonrisa- lo siento mucho, Ino, pero el médico quiere ver a Hinata.

-Está bien -respondió haciendo un puchero- pero volveré mañana.

Mala InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora