Esa noche, en la cabaña que compartían las tres familias, Javiera se encontraba duchándose, mientras Hotu Matua y Lautaro se encontraban en la habitación que compartían los tres amigos.
-ya di la verdad. ¿Encuentras linda a la Javi? –dijo Lautaro
-no lo niego, ella es muy linda, pero no me atrae. –dijo Hotu Matua
Mientras tanto Javiera iba saliendo del baño, ya con su pijama y el pelo seco, se iba acercando a la puerta cuando escuchó a Lautaro decir:
-broma? La Javi es súper rica. No tiendo como no te puede atraer.
-no digo que no sea rica, no te lo niego, pero no me atrae de esa forma. –dijo Hotu Matua
Eso le rompió el corazón a Javiera, solo bastó eso para desilusionarla. Javiera entristeció y en vez de entrar a la habitación, se fue a la terraza de la cabaña, donde allí se sentó a mirar el paisaje de la playa.
Mientras tanto con Hotu Matua y Lautaro, el menor decía:
-entiendo...
-cambiando el tema... como que la Javi ya se demoró mucho. –dijo Hotu Matua
-es verdad. –dijo Lautaro poniéndose de pie de inmediato. –voy a buscarla
Mientras tanto Javiera, ella estaba mirando la tranquilidad del mar, la noche era iluminada por las luces del pueblo. De pronto su celular sonó, era Mateo:
-aló? –dijo Javiera con voz algo entrecortada
-hola Javi, solo te llamaba para recordarte que me debes traer aunque sea un llavero del litoral. –dijo Mateo
-weon por dios, son las once y media, y me llamai pa eso? Creí que era una emergencia. –dijo Javiera riendo leve
-estas bien? Te escucho medio triste –dijo Mateo
En ello llego Lautaro, quien la escuchó a Javiera hablar con voz apagada:
-estoy... -ve a Lautaro- estoy bien, te hablo por whatsapp mañana. Chao.
Y colgó.
-¿Qué pasa? –dijo la de ojos esmeralda mirando al joven mapuche
-hablabas con el Mateo? –pregunto Lautaro algo serio
-eso ya no importa. –dijo Javiera
-te está acosando? –pregunto el joven Mapuche
-oye cabro chico, no te metai. –dijo la chilena
-cabro chico? Soy menor que tú por un año. –dijo Lautaro algo molesto pero no una molestia sería, más bien una molestia infantil.
-qué edad tienes? –dijo Javiera
-16 –contesto el mapuche
-chico. –dijo la chilena riendo
Lautaro se sentó a su lado y mirándola fijamente le dijo:
-estuviste llorando?
-que? No, solo... -dijo Javiera intentando excusarse
-tus ojos están rojos y hay marcas de lágrimas en tus mejillas. –dijo Lautaro.
Javiera le miró, sin decir nada, desvió la mirada, el joven mapuche, acaricio la mejilla de la joven, la de mirada esmeralda, se sorprendió.
Mientras que Lautaro, luchaba consigo mismo para no terminar robándole un beso, su corazón latía a mil por hora, estaba sonrojado, lo sabía, sentía sus mejillas arder. Intentaba controlarse, pero ver aquellos sensuales labios de Javiera, las ganas de besarla eran grandes.
Por otro lado alguien les contemplaba desde el interior de la cabaña, era la hermana menor de Hotu Matua, una niña de diez años de nombre Hoku. Ella fue rápidamente a donde estaba su hermano mayor, cuando llego dijo:
-Lautaro se quiere comer a tu futura polola.
-que? –dijo extrañado el mayor
-el Lautaro esta por darle un beso a la Javiera. –dijo Hoku
Hotu Matua se levantó de la cama en la que se encontraba recostado y fue a la terraza. Encontrando a Javiera y Lautaro, mirándose sin decir nada, vio como Lautaro acercaba su rostro al de Javiera con claras intenciones de darle un beso, sin embargo ella al notarlo, se sonrojo leve, y se apartó.
-contrólate cabro chico. –dijo ella
-deja de llamarme así –dijo el menor algo serio.
-no. –dijo ella apartándolo de su rostro mientras reía
Se puso de píe y se dispuso a irse, cuando vio a Hotu Matua, su sonrisa se borró y desviando la mirada se fue.
Con aquella acción el pascuense supo que algo no andaba bien con ella.
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.
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Continuará.
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Nuestro Poliamor
RomanceDe una amistad desde la infancia, hasta convertirse en un amor tan grande y mutuo, como el que lo sentían Hotu Matua, Lautaro y Javiera. abran problemas que deberán enfrentar y demostrar que lo suyo es más que una faceta experimental adolescente. l...