Capitulo 9

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Esa mañana, mientras Lautaro y Javiera estaban en el colegio, Hotu Matua se encontraba en el metro, dirigiéndose a la universidad en donde estudiaba, sonreía para sí mismo, se sentía afortunado, pues su madre y hermana no estarían el fin de semana ya que debían viajar a Rapanui por temas de salud de la menor, ya que allí, vive un médico que puede verle.

Sería la oportunidad perfecta para poder seder ante sus hormonas, a pesar de que no las tenía tan alborotadas como Javiera y Lautaro, sentía la necesidad de al menos de probar en cómo sería tener un trío.

Eso si, debía ser cuidadoso, si algo terminaba manchado con algo de dudosa procedencia, su madre se enojaría. Ya que le prometió pasarla estudiando todo ese fin de semana. Sin embargo las ganas de tener a Lautaro y Javiera en su cama, eran grandes.

Llegando a la estación donde tenía que bajar del metro. Una vez fuera del vagón tuvo que tomar trasbordo para la siguiente estación. Mientras esperaba el metro, se imaginó como sería su primera vez.

¿Lautaro estaría dispuesto a compartir de manera sexual a Javiera? ¿Se dejaría si quiera tocar por parte del pascuense?

La segunda pregunta era algo que lo comenzó a perseguir, lo conocía muy bien, a Lautaro le gustaba guardar las apariencias, por tanto, seguramente, querrá parecer el macho dominante cuando está Javiera, pero por otro lado, no podía evitar pensar que quizás, él se deje tocar por Hotu Matua, pues, le había dejado en claro el hecho de que tenía oportunidad con él.

Llego a la estación final, salió del vagón, y subió las escaleras que lo llevaría fuera de la estación. Y una vez fuera camino unas cuantas cuadras hasta llegar a la universidad. Chequeo la hora, faltaba media hora para que empiece su clase, por lo tanto, apresuró el paso, llego al edificio que era la universidad, subió un par de escaleras y llegó a la sala de clases, donde habían alguno alumno ya allí.

Se sentó a mitad de la sala y se puso a revisar alguno de sus apuntes. Pues en un rato, tendría prueba.

Mientras tanto Lautaro, este se encontraba en clases de matemáticas, mientras tomaba notas y la profesora explicaba, este estaba de algún modo, desconcentrado, no dejaba de pensar en la juta que iban a tener el fin de semana en casa de Hotu Matua. Estaba de cierta forma, emocionado pero sobretodo nervioso, no por el hecho de que va a ver a Javiera por primera vez desnuda, si no, que estaba nervioso por el hecho de que quizás Hotu Matua le dé también a él. No quería parecer un pasivo frente a Javiera, él quería ser él dominante.

En cuanto a Javiera, ella estaba tranquila, estaba concentrada en la clase de Lenguaje, donde el profesor explicaba, y ella tomaba nota. Y estaba activa en la clase, es decir, que hablaba para aportar algo a la clase, o preguntaba si tenía dudas. Participaba.

La hora del recreo llego para Lautaro y Javiera, el mapuche iba saliendo de la sala cuando en ello vio salir a Javiera junto con Mateo de su respectiva sala de clases.

''había olvidado que Javiera anda de amiga con ese imbécil...'' –pensó para sí mismo poniéndose serio

Mateo y Javiera solo conversaban, de vez en cuanto reían, pero nada más, intercambiaron algunas cuantas palabras más y cada uno fue por su lado. Lautaro por su parte siguió a Javiera, esta llego al quiosco del colegio y compro una caja de jugo y una galleta de avena. Cuando iba de regreso a su sala, se encontró con Lautaro, este le miraba algo enojado.

-qué pasa? –dijo ella notando el enojo de Lautaro

-pasa que no me gusta verte cerca de Mateo. –dijo el mapuche

-oh, es eso. Tranquilo, es solo un amigo, no le veo de la forma en la que te veo a ti. –dijo ella acercándose a él y le hablo al oído- a ti te veo mi pareja, a ti yo te amo y te deseo, a él no.

Beso la mejilla de Lautaro y se fue, por su parte el joven mapuche había quedado sonrojado, y juró que se había excitado cuando ella le hablo al oído, notando ese cierto tono coqueto y sensual. Había olvidado por completo su enojo, sonrió feliz recordando las palabras de Javiera y fue a su sala, pues el timbre que anunciaba el término del recreo había sonado.

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Continuará.

Nuestro PoliamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora