Capitulo 18

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Mientras iban caminando, Lautaro le dijo a Javiera:

-oye, deberías decirle esto a tus padres, no debes ocultárselos.

-tienes razón, quizás ellos pueda hacer algo también. –dijo Javiera sonriendo.

En ello se toparon con Hotu Matua, quien venía de la comisaría, pero ellos no lo sabían, creyeron en ese minuto que él venía de la universidad.

-buenas noticias! –dijo el mayor con felicidad

-por qué no has visto el mensaje que te mandé? –dijo Lautaro entre enojado y extrañado

-porque mi celular lo tienen recluido lo de la PDI. –dijo Hotu Matua

-a ver, de que nos perdimos? –dijo Javiera con algo de confusión.

-en la tarde hice la cimarra, no fui a clases y me fui directo a la comisaria de carabineros a poner la denuncia de que te estaban acosando, me pidieron algunos datos y ahora están haciendo la orden de detención, confirmaron que realmente se trataba del Mateo. –dijo el pascuense.

-en serio?! –dijo Lautaro sorprendido

En cambio Javiera sonrió feliz, y abrazo a Hotu Matua emocionada.

-gracias!

Hotu Matua le abrazó, y le dijo:

-lo que sea por nuestra mujer.

Ella le dio un beso en la mejilla, haciendo que el pascuense se sonrojase. Lautaro algo celoso dijo:

-que buen movimiento. Te adelantaste a nosotros.

-por cierto de que se trataba el mensaje? –pregunto el pascuense

-era para pedirte captura de pantalla a los mensajes que el mateo te envió para que justamente fuésemos a la comisaría a denunciar el acoso. Pero te nos adelantaste. –dijo Javiera

-entiendo. –dijo Hotu Matua.

-cuando no respondiste el mensaje, realmente nos preocupaste, creímos que te habían robado el celular. –dijo Lautaro riendo

-no soy tan descuidado como... otros. –dijo Hotu Matua

Haciendo enojar un poco a Lautaro, Javiera les miró y comenzó a reír, recordando esa vez que a Lautaro le metieron la mano al bolsillo en el metro y le robaron su celular, hace dos años.

-bueno cambiando el tema... -dijo él acercándose a Javiera- ¿Cuándo vamos a...?

-oye sí! Quiero que repitamos lo del otro día! –dijo Hotu Matua

Javiera se sonrojó un poco y miro a otro lado diciendo:

-hay... no sé cuándo puede ser...

-nuestros padres se enojarán si se enteran de nuestro trío? –dijo Lautaro meditando.

-quizás los míos si se enojen. –dijo Javiera algo preocupada.

-idiota, ya la hiciste preocuparse de más. –dijo el pascuense enojado.

-a quien llamas idiota, idiota?! –dijo el mapuche aún más enojado.

-cabros, no es para tanto. –dijo Javiera.

Luego se fueron a pasar el rato en la casa de Javiera, al llegar la madre de esta les recibió diciendo:

-hola niños! Cómo están?

-hola mamá! –dijo Javiera

-hola su... señora Blanca! –saludaron Lautaro y Hotu Matua

Sí, por poco y llama a la madre de Javiera como suegra, cosa que no pasó des apercibida por la madre y el padre de Javiera, quien se encontraba sentado en el sillón leyendo el diario.

Los hermanitos de Javiera no lo notaron, ya que estaban en su mundo, jugando con unos dinosaurios de juguete, mientras reían.

-después de ese momento incomodo, Javiera dijo:

-bueno, nos vemos al rato. –y se llevó a ambos a su habitación.

No cerraron la puerta para no despertar sospechas, ambos padres de Javiera, por su parte, se quedaron extrañados no solo por el actuar extraño de los chicos si no por el hecho que casi llaman suegra a Blanca.

-también notaste que casi me llaman suegra? –dijo Blanca al notar que los gemelos fueron corriendo a jugar al patio de la casa.

-lo note, yo siempre creí que uno de ellos lo haría pero ¿ambos? ¿No te parece extraño? –dijo Arturo, el padre de Javiera.

-puede ser por dos cosas, o ambos se están disputando a Javiera, o puede que sean una relación poliamorosa. –dijo Blanca

-espero que sea la última opción, no me gustaría saber que grandes amigos, como lo son Hotu Matua y Lautaro, se peleen. –dijo Arturo

-son muy unidos, quizás no hay que esperarse mucho a que sepamos que a lo mejor comparten a nuestra hija. –dijo la madre de Javiera

-tienes razón –dijo el padre de la misma.

Mientras tanto en la habitación de Javiera, ella les dijo a Hotu Matua y Lautaro:

-casi dejan la escoba...

-jeje... -rieron ambos algo nerviosos.

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Continuará.

Nuestro PoliamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora