Ella no sabía cómo gestionar aquellas emociones que sentía, quería ir con esa persona y romperle los dientes de un puñetazo. Ella nunca había sido violenta pero esos pensamientos violentos de su parte, le era imposible no pensar en querer cometer un delito.
-Javiera? –dijo el pascuense llamando su atención.
Ella no dijo nada, le miro un instante y se fue, Lautaro y Hotu Matua intentaron detenerla, pero ella se fue, y no, no fue a su casa, ambos la siguieron.
-Javiera espera! –dijo el mapuche.
-lo voy a matar! –dijo ella en plena ira.
-a quién? Le conoces?! –dijo el pascuense.
-ese es el número del Mateo! –Dijo Javiera pasando de una ira incontrolable a una pena tremenda, que comenzó a derramar lágrimas- se suponía que era mi amigo.
-Javiera, debes mantener la calma. –dijo Hotu Matua
-deberíamos ir a denunciarlo. –dijo Lautaro
-tienes razón. –dijo el pascuense.
Javiera se sentía frustrada, enojada y triste, Hotu Matua le abrazo y le dijo:
-primero cálmate... debemos pensar fríamente.
-Hotu tiene razón, si no tenemos la mente serena puede que comentamos un grave error. –dijo Lautaro.
Javiera se secó las lágrimas y dijo:
-tienen razón... debo calmarme.
-sabía que había algo extraño con ese idiota. –dijo Lautaro.
Al día siguiente, cada uno tuvo que asistir a sus clases, mientras Hotu Matua iba la universidad, Javiera y Lautaro asistía al colegio. Ambos llegaban junto como todos los días, ella venía riendo, gracias a que Lautaro la hacía reír, sin embargo no reía con ganas, solo lo hacía por no quedar de grosera, ya que lo ocurrido la tarde anterior, de lo que se enteró, no solo la entristecían y la enojaban, sino que, era cosas de preocuparse.
Aquella sonrisa que traía se borró al ver a Mateo sentado en una banca del patio revisando su celular. El enojo de Javiera se hizo aún mayor.
''quizás me haya tomado fotos peores que la que le mandó a Hotu Matua'' –pensó ella
Sintió la mano de Lautaro sostener la suya, ella le miró y le sonrió con ternura, con solo sostener su mano, la logró calmar.
Ambos fueron a un lugar apartado para poder conversar, pero ambos sabía que solo buscaban un lugar privado, no para hablar, si no que poder pololear.
.
.
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Continuará.
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Nuestro Poliamor
RomanceDe una amistad desde la infancia, hasta convertirse en un amor tan grande y mutuo, como el que lo sentían Hotu Matua, Lautaro y Javiera. abran problemas que deberán enfrentar y demostrar que lo suyo es más que una faceta experimental adolescente. l...